Renunció un director del CONICET: denunció persecución ideológica y religiosa

En su carta de renuncia al CONICET, Manuel García Solá dejó en claro que su salida no respondía a motivos personales. Estaba en representación del sector agropecuario y había presiones por parte del Gobierno para que deje el cargo.

08 de noviembre, 2024 | 14.54

Manuel García Solá presentó su renuncia a su cargo como director de la Red de Seguridad Alimentaria (RSA) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET), en representación del sector agropecuario, cargo para el que fue designado por la Sociedad Rural Argentina (SRA) en 2022. En una dura misiva, el ex directivo denunció “persecución por ideas científicas, políticas o religiosas” dentro del organismo científico.

En su carta de despedida, el exfuncionario dejó en claro que su salida no respondía a motivos personales, sino a un profundo rechazo por lo que él consideró persecución. Según la carta, el cambio de rumbo que tomó el gobierno de Javier Milei respecto a las políticas científicas y tecnológicas, especialmente tras el cambio de administración en 2023, fue un factor determinante.

El exdirector denunció que el sector agropecuario había sido víctima de un aislamiento progresivo en las políticas científicas, donde las iniciativas que él mismo impulsó fueron desmanteladas o paralizadas. “La relación entre CONICET y la Sociedad Rural, que logramos fortalecer con el esfuerzo de todos, se cortó abruptamente cuando los actores cambiaron”, expresó García Solá en su carta dirigid al presidente de la Sociedad Rural, Nicolás Pino.  

El proyecto de transferencia de tecnología de CONICET al sector agropecuario, que incluía una alianza con la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) y asociaciones de criadores, se estancó por el giro político en las políticas científicas del nuevo gobierno.

La renuncia de García Solá con fecha del 6 de noviembre, estuvo precedida por una reunión con Pino, quien le habría solicitado su dimisión a raíz de las presiones provenientes desde el Gobierno. “Tal como usted me lo solicitara en la reunión que tuvimos en el día 5 de noviembre del corriente en su Despacho”, le replicó a Pino.

El renunciante aprovechó la ocasión para expresar su desacuerdo con lo que calificó como un acto de “persecución por ideas científicas, políticas o religiosas”. En su carta, subrayó que, a pesar de haber sido nominado por la SRA, su accionar en el CONICET fue independiente y ajeno a los intereses de la entidad.

“En primer lugar, quiero recordarle que, en la historia reciente de la Humanidad, jamás se alcanzó la libertad económica, en la que coincidimos y por la que bregamos en la SRA, sin libertad política, libertad de pensamiento y disenso democrático, sin respeto a las ideas del Otro, sin tolerancia y sin justicia en la distribución de los bienes”, detalló García Solá en su carta.