Dos caras, una moneda: relato y realidad en la Argentina de Milei

El modelo económico de Milei cristaliza una economía desigual, con sectores privilegiados por la especulación financiera mientras se profundiza el deterioro del consumo, los servicios básicos y los derechos laborales, en una Argentina que enfrenta su crisis social más aguda en décadas.

19 de enero, 2025 | 00.05

El año 2024 registró por primera vez en la historia argentina doce meses seguidos de baja del consumo masivo. El acumulado del año fue una caída del 13,9 por ciento. Como dice el refrán: si alguien come dos pollos y otra persona ayuna, la estadística observa dos personas satisfechas. Dado que existe una parte de la población que pudo aprovechar las ganancias extraordinarias en dólares ofrecidas por la timba financiera y, por lo tanto, expandió su capacidad de compra, y que otros quemaron ahorros para sostener su nivel de vida, eso significa que la mayoría de la sociedad que no forma parte de esos grupo en realidad sufrió un recorte mucho más profundo de sus gastos. No es un ejercicio teórico sino una descripción  de la realidad: el consumo de carne y de leche es el más bajo en un siglo. 

El nuevo impulso a la dolarización de la economía, que había anticipado El Destape hace un mes, busca cristalizar esa economía a dos velocidades. Una verdadera sociedad de castas. La tarea del formidable aparato de comunicación estatal y paraestatal montado desde la Casa Rosada será ocultar, en un año electoral, una de las dos caras, la más desagradable, de esa moneda. Mostrar, por ejemplo, el superávit que le permite cumplir con los acreedores, pero no el recorte a los jubilados que lo hizo posible. Durante 2024, el haber mínimo cayó un 13 por ciento, más el costo de los medicamentos que ya no tienen cobertura. El modelo exitoso consiste en sacarle dinero a los trabajadores y jubilados para garantizar ganancias extraordinarias a los bonistas. Eso no sale en la tele.

Los voceros oficiales y oficiosos instalan la idea de que este gobierno terminó con la inflación. Eso no se verifica. El IPC de diciembre fue el mismo que en octubre, con la núcleo más alta. La cifra anual, 118 puntos entre enero y diciembre, es sensiblemente más baja que la del 2023 pero sigue estando por las nubes y subestima el peso de los servicios en el gasto de los hogares más pobres, que en algunos casos se multiplicó por diez. La bicicleta financiera tomó nuevo impulso por la renovada promesa de mantener bajo el precio del dólar y las tasas en pesos por las nubes. Sin ese artificio, el esquema macro volaría por los aires. Cada peso que sale de los esforzados bolsillos de un laburante termina alimentando ganancias extraordinarias en la timba. Dos caras de una moneda.

A pesar del valor prohibitivo de las tarifas, los primeros calores de un verano que hasta aquí había sido amable gatillaron una serie de cortes de luz en la ciudad de Buenos Aires, el conurbano bonaerense, Rosario y otras localidades del sur de Santa Fe. Las empresas reconocieron más de 70 mil hogares afectados pero existen denuncias de subreportes. Desde el gobierno y las empresas responsabilizan a los usuarios por un supuesto pico de demanda a partir del uso de aires acondicionados. Es una explicación endeble, ya que la demanda eléctrica de la industria en lo que va de este mes corre un 18 por ciento por debajo del mes pasado y cayó un 27 por ciento si se lo compara con enero del 2024. A los vecinos que salieron a protestar les aplicaron el protocolo antipiquetes.

En las redes y en los canales cuya línea editorial se digita desde el primer piso de la Casa Rosada hablan de éxito y no reportan que el ministerio de Salud dio de baja a 1400 empleados, la mayor parte de ellos profesionales que prestaban servicio en lugares sensibles como el Hospital Posadas, el Español, el Laura Bonaparte, el PAMI, el Instituto Nacional de Cáncer y el Malbrán. El último día de enero vencerá el contrato de otros equipos, entre ellos los que sostienen la dirección encargada del plan nacional de vacunación. Las autoridades todavía no informaron si van a renovarlos o qué pasará con esa área. Los salarios de los médicos que atienden en el sistema público siguen congelados: en el gobierno avisan que no van a aumentar. Cada vez más eligen irse a trabajar al sector privado o al extranjero.

Los incendios en Epuyén, Nahuel Huapi (que ya lleva tres semanas y arrasó con más de 4000 hectáreas de bosque reservado), Santa Fe y Tandil, entre otros focos que surgieron en esta semana, son combatidos por un sistema que también está raleado por despidos, trabajadores en situación precaria y recortes de presupuesto. En la tele le dedican más tiempo a los fuegos que azotan California. En simultáneo se avanza en la entrega de las capacidades estratégicas desarrolladas durante décadas, desde el plan nuclear a la industria satelital, y soberanas, como el Atlántico Sur, las Malvinas y la Antártida Argentina, espacios que hoy están abiertos para que los ocupantes británicos realicen actividades económicas y militares sin siquiera protestas del gobierno nacional.

En este contexto, la reapertura de los mercados de deuda le permitirá al gobierno sostener el atraso cambiario durante el año electoral. Algo que ya se intentó varias veces y siempre terminó mal. Los dirigentes de todos los colores que apostaron a darle aire a este gobierno para que haga el ajuste, creyendo que eso les permitiría ganar popularidad por contraste y que, además, Milei dejaría una economía ordenada a quien lo reemplace, se equivocaron dos veces. En primer lugar porque la polarización y el recuerdo aún fresco de otros fracasos le permiten al presidente contener, por ahora, una fuga entre quienes apoyan sus políticas. En segundo lugar porque cuando este esquema se agote, en tres meses o en diez años, terminará con una nueva crisis y no con un suave aterrizaje.

Con el diario del lunes, ningún político erró tanto al cálculo como Mauricio Macri, que pasa, por estas horas, el momento más crítico de su carrera, con la amenaza concreta de perder, en pocos meses, lo que construyó durante años. El pase del intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, del PRO a La Libertad Avanza, no es el primero ni va a ser el último, pero marca un quiebre. Después de varias semanas de idas y vueltas alrededor de la posibilidad de una alianza, con Macri danzando al ritmo que marca Milei, el pase de Valenzuela dejó al expresidente expuesto públicamente al desamparo. El éxodo continuará con legisladores provinciales, luego con diputados y senadores y por último llegarán los gobernadores. Hay poco, o nada, que pueda hacer para evitarlo.

En cualquier caso, la facilidad con la que algunos históricos dirigentes del PRO, incluso de sus sectores más moderados, defeccionaron hacia LLA (muchas veces obviando incluso una explicación, como si fuera redundante, como si esa evolución fuese lógica y natural) no hace más que confirmar que la nueva ultraderecha, que tiene en Milei su héroe local y recibirá este lunes, en Washington, un impulso inédito en todo el mundo a partir de la segunda asunción presidencial de Donald Trump, es una fase, la más brutal hasta ahora, del viejo ciclo neoliberal, y no una ruptura, como dicen o creen algunos cruzados de este nuevo fascismo de pantallas. Esa caracterización resulta imprescindible a la hora de entender la naturaleza del desafío que enfrentará, en los próximos años, la humanidad.