Ningún entrenador ha ganado la Copa del Mundo de fútbol dos veces en la era posterior a la Segunda Guerra Mundial, pero el francés Didier Deschamps está a una victoria de entrar en los libros de récords cuando enfrente a Argentina en la final el domingo en Qatar.
Pero cuando se le pregunta sobre la posibilidad de que reescriba la historia si se convierte en la primera persona en ganar el Mundial dos veces como entrenador y una vez como jugador, el francés se aleja del centro de atención y permite felizmente que su equipo sea el que arrastre el interés.
"No soy lo más importante, es el equipo. Por supuesto, estoy orgulloso y todos sabemos que ahora tenemos la oportunidad de defender nuestro título en la final", dijo Deschamps. "Así que eso ya es un gran logro. Haremos todo lo posible para asegurarnos de estar más felices el domingo por la noche".
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"Realmente no pienso en mí mismo. Estoy satisfecho con el hecho de que hemos tenido este éxito", agregó.
Deschamps es el cuarto entrenador que lleva a un país a finales consecutivas de la Copa del Mundo después de Vittorio Pozzo (Italia), Carlos Bilardo (Argentina) y Franz Beckenbauer (Alemania Occidental). Los dos últimos perdieron una final cada uno.
Pero su legado perdurable será unir a una escuadra de Francia que, en el pasado, se había fracturado por luchas internas e impertinencias antes de construir una escuadra que sabía cómo avanzar en los torneos.
Después de haber capitaneado a la "generación dorada" de Francia que ganó el Mundial de 1998 y la Eurocopa de 2000, el DT de 54 años ahora ha nutrido a otra generación de oro durante la última década.
ARMAR UN EQUIPO
Como entrenador, Deschamps guió a Francia a la final del Campeonato de Europa en casa en 2016, donde perdió ante Portugal en la prórroga, la final de la Copa del Mundo de 2018 donde goleó a Croacia y ahora el partido culminante en Qatar.
"Lo llamamos el amuleto de la suerte, pero la mejor cualidad de Deschamps es su habilidad para armar un equipo", dijo el exinternacional francés Patrice Evra. "A veces no elige a los mejores jugadores porque su motivación es 'el equipo es la estrella' (...) Es alguien que puede armar un equipo para ganar un torneo"
"Es un entrenador increíble y muy humilde (...) ¡Para mí es el mejor entrenador francés por lejos!", agregó.
Lo que también distingue a Deschamps es su confianza en la juventud, pese a la gran cantidad de talento disponible para él.
Esa confianza saltó a la palestra cuando puso para la semifinal al dúo relativamente inexperto del mediocampo formado por Youssouf Fofana y Aurelien Tchouameni, que jugaron 25 partidos entre ambos.
"Bueno, la experiencia no lo es todo, tienen grandes cualidades y juegan en los mejores clubes", dijo Deschamps. "Tal vez necesitan jugadores experimentados que los guíen, pero tienen calidad (...) No dudé en ponerlos".
ADAPTABILIDAD
Lo que ha hecho que Deschamps tenga éxito en los torneos, especialmente en los Mundiales desde 2018, es no ceñirse a una identidad o filosofía en particular, que suele ser la característica que define a los grandes equipos.
En cambio, se ha adaptado a las circunstancias y los oponentes. Ha habido partidos en los que Francia ha dominado la posesión mientras que en otros se ha contentado con ceder el balón y golpear a sus rivales en el contraataque.
La segunda táctica funcionó de maravilla en la semifinal contra Marruecos, que había llegado a los cuartos de final jugando con muy poca posesión pero tuvo problemas para hacer un buen uso del balón mientras Francia se recostaba.
"Cuando crees que estás cerca de ganar contra Francia, en realidad estás bastante lejos. Aprenderemos de esto para el futuro, deja un sabor amargo", dijo el seleccionador de Marruecos, Walid Regragui. "Didier Deschamps ha demostrado que es el mejor entrenador del mundo en los últimos 10 años".
Con información de Reuters