La navidad en Francia y en Reino Unido llega con paros masivos en los servicios de trenes de ambos países para exigir mejoras salariales en respuesta a la inflación que golpea a los distintos países a través del mundo. La falta de negociación entre los sindicatos y los gobiernos generó el freno en el transporte en uno de los días con más actividad del año.
En el caso de Francia, los trenes de alta velocidad (TGV) que dejaron de salir este 24 de diciembre, segundo día de paro de revisores de la compañía nacional de ferrocarriles SNCF, aumentaron respecto a los de ayer.
Un acuerdo entre la dirección de la empresa y los sindicatos desactivó la protesta prevista para el fin de semana siguiente, que coincide con Año Nuevo. Mientras que ayer un tercio de los trenes estuvo paralizado, se prevé que tanto hoy como mañana haya una anulación del 40% de los trayectos. En las estaciones francesas, los pasajeros trataban de reconciliar el respeto al derecho de huelga con cierta irritación por las fechas de la protesta.
"Están en huelga por una razón, lo entiendo, pero no durante las vacaciones de todos. Ya tenemos suficiente estrés", lamentó Inga Skripkina, de 41 años, en la estación de Lille Flandres, norte del país, según un testimonio a la agencia de noticias AFP. Ante la inflación, los revisores pedían un nuevo aumento salarial que vaya más allá del alza del 12% ya negociada y que se aplicará en los próximos dos años, según la firma SNCF.
La inflación anual se sitúa en torno al 6% en Francia, una tasa inferior al de muchos otros países europeos.
En tanto, en Reino Unido, la empresa Network Rail ofreció al Sindicato Nacional Marítimo, de Ferrocarril y Transporte (RMT, en inglés) un aumento salarial del 5% este año, pero fue rechazado porque los trabajadores exigen un alza del 7%, ya que la inflación en el país supera el 10% anual. En ese contexto, los empleados del sector decidieron no trabajar a partir de las 15 hora local, pese a que la Nochebuena es tradicionalmente uno de los días de más actividad del año.
Esa medida de fuerza se suma a la Policía de fronteras británica, que ayer inició una huelga de ocho días en seis de los aeropuertos más grandes del Reino Unido, en reclamo por aumentos salariales y en medio de temores de que la medida desate interrupciones y congestión durante los días de Navidad.
Por su parte, los miembros del sindicato de Servicios Públicos y Comerciales (PCS), empleados por el Ministerio del Interior, iniciaron ayer un paro en los aeropuertos. La medida de fuerza fue decidida después de rechazar un aumento salarial del 2%, la quinta parte de lo solicitado por el sindicato (10%). El país es golpeado por una ola de protestas sociales de una magnitud que no se había visto en décadas. El gobierno, sin embargo, se muestra inflexible frente a los reclamos de los trabajadores.
El secretario general del sindicato PCS, Marck Serwotka, advirtió que habrá una "escalada" en los paros de funcionarios en enero si el gobierno se niega a negociar. Los empleados de correos (Royal Mail) también se unieron a la huelga, con lo que produjeron retrasos en los envíos. Otros paros también tendrán lugar en los transportes ferroviarios.
El martes y miércoles, el sector de la salud también se vio fuertemente impactado por una huelga de las enfermeras y del personal de las ambulancias.
Con información de Télam