Varios exparticipantes de Gran Hermano, uno de los realitys más vistos de la televisión argentina, contaron haber vivido situaciones terribles durante y después del reality. La mayoría de las veces, las personas que se postulan pagan un precio muy alto por tanto nivel de fama y exposición. Este fue el caso de Marcelo Corazza, quien se consagró como el primer ganador 21 años atrás.
Mientras algunos participantes se presentaron al programa con el objetivo de volverse famosos, otros como Marcelo lo hicieron porque realmente necesitaban el dinero. Más allá de que la jugada le salió bien y ganó, los años posteriores a su debut en la pantalla chica no fueron nada fáciles: perdió muchas oportunidades laborales por ser un ex Gran Hermano.
“Yo no buscaba la fama, necesitaba el premio nada más, y fue durísimo, la sufrí. Yo era profesor de Educación Física y me rechazaban en todas las escuelas porque no querían un profesor tan expuesto. Hoy sería re cool, pero en ese momento era distinto”, contó Marcelo en diálogo con el ciclo radial Por si las Moscas (La Once Diez).
En este sentido, el exconcursante explicó que cuando volvió a su vida normal "fue muy duro, porque quería entrar a trabajar a colegios y no podía". Es por esto que Corazza dijo que es fundamental "tener la cabeza muy fría" para bancarse toda la exposición que llega después, y recordó que el primer año posterior al reality la gente lo vivía parando en la calle y le pedía autógrafos hasta a su familia.
Por otro lado, Marcelo destacó que ese alto nivel de exposición también que hay que soportarlo todos los días si uno elige ser parte de un reality. "Los participantes tienen que recordar que todo lo que se muestra, es lo que hiciste vos adentro de la casa. Hay que estar muy fuerte de la cabeza hoy para mostrar todo lo que sos en realidad. Acá te levantaste mal, te ven. Subís de peso, te ven. Esto es vida real y es un desafío grande para cualquiera hoy”, cerró Corazza.
La experiencia de Diego Leonardi, otro excampeón de Gran Hermano
Diego Leonardi se consagró como ganador del reality en 2007. De igual manera, él también vivió en carne propia las consecuencias negativas de tanta exposición. "La racha y la fama me duraron menos de dos años. La popularidad queda, pero no la parte económica, nada se reditúa", explicó.
Hoy en día, Leonardi lleva una vida normal como cualquier otro trabajador. "La gente fantasea que los que aparecimos en la tele somos multimillonarios, entonces te ven trabajando de remisero y te juzgan si te la gastaste en droga, si te estafaron, y para mí eso fue recontra doloroso. Yo ahora trabajo, tengo mi empresa de hamburguesas de pollo saborizadas, manejé remises, colectivo, pero fue difícil", cerró.