A diferencia del año pasado, este 2021 los casos de COVID-19 en niños se quintuplicaron luego del inicio de clases presenciales en marzo. En la Ciudad de Buenos Aires (CABA), la franja etaria de 0 a 19 años fue la que tuvo mayor crecimiento de casos de coronavirus desde la semana de inicio de clases que pasó de 80 casos en una semana a 450; mientras que en todo el país los casos en la población en edad escolar se encontraban por debajo de los 3.800 por semana, pero tras la presencialidad se acercaban a los 5.000.
En este marco, un informe realizado por El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) da cuenta de cómo afecta el COVID-19 en niños, cuáles son sus complicaciones y hace hincapié sobre las secuelas a largo plazo. Es que, previo a la multiplicación de casos de COVID-19 en niños, no había certeza del impacto de la enfermedad en los menores de edad.
Cómo afecta el COVID-19 a los niños
En su informe, Unicef remarca que "este es un virus nuevo y todavía estamos aprendiendo cómo afecta a los niños o las mujeres embarazadas" sin embargo, ya sabemos que es posible que personas de cualquier edad se infecten y lo transmitan, "aunque las personas mayores o aquellas con afecciones médicas preexistentes parecen más propensas a desarrollar enfermedades graves".
Es así que los niños de cualquier edad pueden enfermarse con COVID-19 y si bien experimentan síntomas similares a los adultos, los más frecuentes son: fiebre, tos y cansancio. Otros síntomas pueden incluir dificultad para respirar, dolor o presión en el pecho, dolores musculares o corporales, dolor de cabeza, pérdida del gusto u olfato, confusión, dolor de garganta, congestión o secreción nasal, diarrea, náuseas y vómitos, dolor abdominal y erupciones cutáneas. Además de estos síntomas, los bebés pueden tener dificultades para alimentarse.
Qué es 'Long COVID': las principales secuelas a largo plazo en niños
Otra de las preocupación y por las que los padres de niños contagiados con COVID-19 deben estar atentos, es en la condición posterior a la enfermedad, ya que este virus tiene síntomas que persisten durante semanas o meses en algunas personas después de la recuperación inicial de la infección.
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"Se necesita más investigación para comprender mejor los efectos a largo plazo del COVID-19, pero los adultos jóvenes y los niños sin afecciones médicas crónicas subyacentes, así como los que experimentaron síntomas leves durante la infección aguda por COVID-19, también se han visto afectados", detallaron en el informe.
Si bien el número de niños con COVID prolongado no está claro, desde Unicef detallan que los síntomas persistentes en los niños pueden incluir "fatiga, problemas gastrointestinales, dolor de garganta, dolores de cabeza y dolor y debilidad muscular". Según el estudio, los niños y adolescentes también pueden verse afectados por el síndrome inflamatorio multisistémico en niños (MIS-C), una afección rara pero grave que parece estar relacionada con COVID-19.
El síndrome inflamatorio multisistémico
Si bien hay casos en los que se detectó el síndrome inflamatorio multisistémico, especialistas hay habían advertido a El Destape que se trata de cuadros aislados pero que son imprescindibles detectar tempranamente para ser tratado. Las características clínicas pueden incluir: fiebre persistente; erupción; ojos rojos o rosados; labios, lengua, manos, pies hinchados y/o rojos; problemas gastrointestinales; presión arterial baja; flujo sanguíneo deficiente a los órganos; y otros signos de inflamación.
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A nivel mundial, se estima que 1 de cada 5000 niños que padecen COVID-19 desarrollan síndrome de Pims, según un reporte de la Real Escuela de Pediatría y Salud Infantil de Reino Unido, publicado en febrero. Es por eso que los especialistas piden especial atención a los niños que padecieron COVID-19 ya que, según el informe de la Sociedad Argentina de Pediatría, la media de duración entre los síntomas iniciales de COVID-19 y el comienzo del síndrome inflamatorio es de 45 días.
¿Cómo puedo protegerme del COVID-19?
En este marco, desde Unicef realizaron una serie de recomendaciones y recordatorios para evitar infecciones:
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lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón o un desinfectante para manos a base de alcohol;
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cubrirse la boca y la nariz con el codo o un pañuelo flexionado al toser o estornudar. Deseche el pañuelo usado inmediatamente;
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mantener al menos 1 metro de distancia entre usted y los demás;
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limpiar y desinfectar con regularidad las superficies que se tocan con frecuencia, como teléfonos, pomos de puertas, interruptores de luz y encimeras;
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buscar atención médica temprano si usted o su hijo tienen fiebre, tos, dificultad para respirar u otros síntomas de COVID-19;
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evitar los lugares concurridos, los espacios confinados y cerrados con poca ventilación y trate de practicar el distanciamiento físico de las personas en público;
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usar máscaras de tela cuando esté en lugares públicos donde haya transmisión comunitaria y donde el distanciamiento físico no sea posible;
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mantener todos los espacios interiores bien ventilados