La inauguración presidencial de Javier Milei coincidió con la fiesta de Januká, la Fiesta de la Luz. Durante su discurso de asunción como presidente de Argentina, el economista destacó la importancia de la libertad, que según sus palabras, es la verdadera esencia de esta celebración.
¿Pero qué se celebra exactamente durante estos días en la colectividad judía? Básicamente, Januká es una de las fiestas más populares dentro del judaísmo y se conmemora anualmente a partir del 25 de kislev, el tercer mes del calendario hebreo. Este año, la festividad comenzó el 7 de diciembre y culminó el 15, ya que tiene una duración de ocho días y ocho noches.
Otra de las referencias religiosas de Javier Milei fue el Libro de los Macabeos. La guerra de los macabeos es un ejemplo de cómo los más débiles pueden vencer a los poderosos, de cómo pocos pueden superar a muchos y de cómo la luz puede vencer a la oscuridad. Esta es la historia que dio origen a la tradicional celebración de Januká. En el año 165 A.C, los macabeos se rebelaron contra el Imperio seléucida y lograron recuperar el segundo templo de Jerusalén, que había sido capturado por los griegos. Este hecho marcó el inicio de una nueva etapa en la historia de la región, marcada por la influencia griega y la lucha por el poder.
Januká tiene su origen en las conquistas de Alejandro Magno en el año 332 A.C. Tras su muerte, sus generales se disputaron su legado y los seléucidas intentaron expandir su poder y controlar a los pueblos conquistados, incluyendo Judea. En el año 175 A.C, el rey seléucida Antíoco IV intentó obligar a los judíos a unirse a su causa, pero no tuvo éxito. Además de capturar el templo sagrado de Jerusalén, intentó profanarlo y prohibió la fe judía. Nueve años después, un sacerdote llamado Matatías y sus hijos iniciaron una rebelión que ganó fuerza tras la muerte del religioso. Fue entonces cuando su hijo, Judá el Macabeo, lideró a los judíos en la batalla.
Según el Talmud, el milagro de la luz que dio origen a Januká ocurrió cuando Judá y sus seguidores se dieron cuenta de que solo tenían aceite suficiente para mantener encendido el candelabro durante 24 horas. Sin embargo, las llamas se mantuvieron vivas durante ocho días seguidos, lo que permitió a los vencedores conseguir más aceite y celebrar el milagro.
Durante Januká, también conocida como la fiesta de las luces, los judíos encienden una Menorah, un candelabro especial con espacio para nueve velas. Cada noche se enciende una vela hasta completar ocho, en referencia al milagro de los ocho días. La vela restante, llamada shamash, cumple un papel de servidora. Además, se recitan oraciones, se cantan canciones típicas y los niños reciben regalos en recuerdo del milagro ocurrido en el Templo hace más de 2 mil años.