Macri presidente: ¿Cuánto durará la luna de miel con el electorado?

09 de enero, 2016 | 21.56
Hace 30 días, el dólar oficial estaba en 9,8 pesos y el blue, 15. Para comprar billetes estadounidenses había que tener un mínimo de ingresos declarados y pedir autorización a la AFIP. Poco más de 14 mil trabajadores del Estado en sus tres niveles (nacional, provincial y municipal) se mantenían en sus cargos pero con incertidumbre por el futuro. Los productores agropecuarios pagaban 35% por exportar soja, 28 por trigo y 25 por maíz. Sabbatella ocupaba su cargo en la AFSCA e insistía con que el Grupo Clarín se adecúe a la "ley de Medios".

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¿Qué cambió este mes, que por su intensidad bien podrían haber sido varios años? Ni más ni menos que el presidente de la Nación, Mauricio Macri. El ex jefe de Gobierno porteño cumplió con la meta que se planteó a fines del 2001, cuando, aun presidente de Boca, se lanzó a la política teniendo siempre a la Casa Rosada en la mira. Tras derrotar en el balotaje a Daniel Scioli por 2,8 puntos en el balotaje, asumió de la forma que gobernó la Ciudad: en conflicto con la ex mandataria Cristina Kirchner, al punto de que una medida cautelar hizo cesar su mandato a las 0 horas del 10 de diciembre y así, Federico Pinedo fue quien finalmente le entregó la banda presidencial a Macri en la Casa de Gobierno.

Desde entonces, el fundador de PRO actuó rápido y dejó entrever ganadores y perdedores de sus políticas, aliados y rivales, con un estilo que poco tuvo que ver con el discurso negociador y dialoguista que prometió en su campaña durante las elecciones 2015.

Uno de los rasgos que Macri había prometido imprimirle a su gobierno era el de una mayor institucionalidad. Sin embargo, recuerda la politóloga María Esperanza Casullo, "es el primer presidente desde 1983 que no convoca a sesiones extraordinarias cuando asume". El corolario fue que Macri gobernó hasta el momento por la vía de DNUs en temas en donde la urgencia por sacar las leyes son, cuanto menos, cuestionables. Así modificó la ley de Ministerios, atrasó el Código Procesal Penal y modificó la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. En esa sintonía, nombró en comisión a Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz en la Corte Suprema, proceso que quedó, por el momento, en stand by.

Casullo definió este primer mes de Macri al poder como "totalmente esperado y sorprendente al mismo tiempo". "Esperado en relación al perfil de su electorado por muchas políticas que llevó adelante, teniendo en cuenta los apoyos sociales de sectores de poder y grupos económicos y que manifestó en la propia plataforma; la rapidez y la antiinstitucionalidad con la cual llevaron adelante las medidas no deja de ser sorprendente", subrayó.

Macri se impuso gracias a la zona centro del país, con muy buenos rendimientos en la provincia de Buenos Aires (donde perdió por apenas 2 puntos en el balotaje), la Ciudad, Córdoba y Mendoza. El apoyo de los sectores medios y productores agropecuarios (aunque no exclusivamente) sustentaron su carrera hacia la presidencia. Hacia ellos, podría decirse que Macri respondió: puso fin a los derechos de exportación a las economías regionales, trigo, maíz y carne; dio de baja también los cupos de exportación y sorteó la devaluación del 40% con el mucho más amigable título del fin del cepo cambiario.

De cierto modo, hasta los despidos masivos en el Estado podrían tener buena recepción en el corto plazo en parte de su base electoral. Para Casullo "por la cantidad de personas que fueron dejadas sin trabajo, es una cifra que va a tener un impacto económico. Esas son medidas populares con el núcleo duro del macrismo, que lo votó para que logre la titánica tarea de hacer como que el kirchnerismo no hubiese sucedido".

En ese sentido, el director de Isonomía Juan Germano coincide que "era esperable una lucha para profesionalizar el Estado y combatir la alta cantidad de empleados públicos que se habían nombrado en los últimos meses y hasta días". Germano considera que "el gran acierto de fondo se dio con la liberalización del cepo cambiario y el sostenimiento del dólar dentro de los valores esperados". Entre los errores, le remarca dos: "La designación de dos jueces de la Corte Suprema de Justicia por decreto, que generó ruidos en su coalición interna, aunque rápidamente el tema paso a segundo plano y estos temas no son los que tocan "el metro cuadrado de los habitantes"".

Por otro lado, la fuga de General Alvear puede ser un dolor de cabeza para Macri: "La fuga de golpea en uno de los mandatos autoproclamados por el Presidente, que es la lucha contra el narcotráfico. Si se sostiene en el tiempo, puede ser un hecho que tenga repercusiones en términos de opinión pública".

Mauricio Macri festejos
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Con sus decretos y medidas inconsultas, Macri arremetió con un estilo más parecido al confrontativo que el dialoguista que venía a instaurar, sostiene el autor de Mundo Pro, Sergio Morresi: "Fue un primer mes sorprendente, arremetió con una agenda muy fuerte, en algunos puntos refundacional. Optó por la celeridad antes que la paciencia y la espera que lo había caracterizado. Antes era un tiempista, ahora arremetió a fondo".

"El PRO nos acostumbró en estos años a una visión más acuerdista, que no fue la que llevó adelante en Nación", agrega el escritor. ¿Cómo repercutió este estilo en el electorado? Grosso modo, se podría decir que reforzó apoyos en algún punto pero no tendió puentes necesarios para unir a los argentinos. Para Morresi, "para la gente que lo votó no va a ser visto como algo negativo, tampoco por los que no lo votaron. El votante de Scioli habrá dicho que esto era lo esperable y ya lo sabían".

Mauricio Macri
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Germano considera que la mayoría del electorado "sigue expectante". "Independientemente que pueda gustarle más o menos alguna medida específica, la palabra que más los representa es tiempo, todavía es demasiado pronto para hacer calificaciones estructurales", recalcó. Por su parte, el politógo Andrés Malamud enfatizó que "la popularidad no es relevante en esta etapa. Los costos se pagan en las elecciones, por lo que el inicio del ciclo electoral es el momento correcto para ensayar medidas y tomar decisiones impopulares".

¿Será este el estilo de ahora en adelante? Al menos, hay una expectativa en los consultados para que, con el 1 de marzo y el inicio de las sesiones ordinarias, haya un "cambio". "Se termina esta excusa de que no funciona el Congreso, (pero) si el Gobierno eligió hacer un festival de decretos puede hacerlo luego", sostiene Casullo. "Hay que esperar al mes de marzo, donde se va a ver la voluntad que tiene de acordar", opina Morresi. "Cambiará, esta etapa es golpear para negociar. Después vienen tiempos de negociaciones y acuerdos; las hipótesis alternativas son Fujimori o helicóptero, ambas improbables", dice lapidariamente Malamud.

Germano, por su parte, recalca de Macri: "No va a ser un presidente carismático, sino que va a intentar formar una relación con el votante basado en ejes más racionales que emotivos. Es reconocido como un gestor y se le exige en esos términos. El desafío es observar si puede lograr esta dinámica con el argentino medio, acostumbrado a otro tipo de liderazgos. Con el porteño funcionó, pero a nivel nacional puede no ser tan sencillo".

"Macri es esa fiesta a la que nunca te van a invitar", reza un graffiti que se viralizó en las redes. Ahora, la fiesta comenzó y el VIP se llenó. El futuro definirá cuánto lugar hay en el salón para los que están afuera esperando.