El pedido de Cristina Kirchner para no presenciar la próxima audiencia del juicio en el que se la juzga por presuntas irregularidades en la obra pública fue aceptado por el Tribunal Oral Federal 2 (TOF 2) pero con un condicionamiento que puede volver atrás todo el proceso del petitorio.
Los jueces ataron el permiso a que la ex presidenta acredite que debe cumplir otras actividades en el Senado que le impedirían ir al juicio. Si no lograra demostrar la superposición de agenda, entonces tendrá que concurrir a la sala AMIA como lo hizo el martes.
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Esta autorización actúa por la "superposición de las funciones de la labor parlamentaria con la celebración de cada una de las audiencias de debate".
Por último, también impusieron al abogado de la ex presidenta, Carlos Beraldi el deber de "informar de todo cuanto suceda a su asistida en cada una de esas jornadas, para lo cual se le habrá de entregar al finalizar cada una de ellas una copia digital de lo acontecido y deberá acreditarlo debidamente dentro de las 48 horas".