Una delegación de Arabia Saudita llegó a la capital de Yemen para discutir con los líderes hutíes un posible proceso de paz que ponga fin a casi una década de guerra que ha devastado uno de los países más pobres, informaron hoy los rebeldes hutíes.
Un equipo de mediación de Omán también llegó junto a la delegación saudita anoche a Sana'a, la capital yemení, dijeron los rebeldes musulmanes chiitas en un comunicado publicado por su agencia de noticias Saba.
La capital está controlada por los hutíes desde que expulsaron, en 2015, al Gobierno yemení, controlado por musulmanes de la rama sunnita, en el marco de una guerra insurgente que había estallado por el asesinato del líder del movimiento hutí en 2004.
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Poco después de la toma de Sana'a, Arabia Saudita declaró la guerra a los hutíes y empezó a bombardear sus posiciones en Yemen al frente de una coalición de países de la región. Los rebeldes han lanzado cohetes contra territorio saudita.
El conflicto ha dejado decenas de miles de yemeníes muertos y alrededor del 80% de la población dependiente de la asistencia internacional. La ONU dice que Yemen es escenario de la mayor catástrofe humanitaria actual.
Arabia Saudita aún no confirmó la presencia de su delegación en Yemen.
Una foto filtrada y subida a medios afines a los hutíes parece mostrar al líder hutí Mohammed Ali Al Huti estrechando la mano de un funcionario saudita, cuyo rostro está oscurecido, informó la cadena de noticias árabe Al Jazeera.
Yemen limita con Arabia Saudita por el sur y con Omán por el oeste.
Los hutíes están respaldados por Irán, la mayor potencia chiita de Medio Oriente, así como lo es Arabia Saudita entre las naciones sunnitas de la región.
Luego de décadas de enfrentamiento, Arabia Saudita e Irán retomaron el mes pasado relaciones diplomáticas que habían cortado en 2016, tras una negociación facilitada por China.
Según el comunicado hutí publicado por Saba, las delegaciones omaní y saudita se reunirán con el presidente del Consejo Político Supremo, el mariscal de campo Mehdi al Mashat, para discutir "el fin de la agresión" saudita.
Dentro de las cuestiones más concretas que abordará la delegación y el liderazgo hutí se cuentan "el pago de salarios a los funcionarios y los beneficios del petróleo y del gas" yemení, añadió el comunicado, informó la agencia de noticias Europa Press.
Esta iniciativa va en paralelo a un proceso que lleva adelante la ONU, y del que resultó en un alto el fuego temporal el año pasado.
Como prolegómeno a la visita de las delegaciones, Arabia Saudita liberó a 13 prisioneros de guerra hutíes.
La visita de esta delegación ocurre dos días después de la aparición de informaciones en varios medios árabes sobre una nueva tregua entre el Gobierno yemení y los hutíes previa a un "acuerdo integral de paz" en el país.
La primera parte de este proceso comenzaría con la declaración de una nueva tregua hasta finales de 2023, de acuerdo con el portal Al Araby al Jadeed, que iría acompañada de una relajación de las restricciones de los vuelos a la capital y la reanudación de las exportaciones de crudo y reapertura total de las carreteras del país.
El alto el fuego mediado por la ONU del año pasado contribuyó a un descenso significativo de la violencia durante la mayor parte de 2022.
Aunque esa tregua no fue prorrogada en octubre, la tensa calma perduró durante los meses siguientes, pero un nuevo repunte de las hostilidades desde febrero desató el temor a una reactivación del conflicto.
La nueva tregua que se buscaría en las negociaciones con las delegaciones sauditas y de Omán funcionaría como prólogo de un acuerdo integral de paz, dijeron fuentes yemeníes al diario Asharq Al Awsat, un periódico en árabe que se publica en varias ciudades del mundo.
El proceso estaría también bajo los auspicios de Naciones Unidas, supondría una continuación de los aspectos acordados en el alto el fuego de 2022 e incorporaría además otros dos factores cruciales: la unificación de las instituciones del dividido país y el intercambio total de prisioneros de guerra entre ambos bandos.
Este proceso se desarrollaría en tres fases de seis meses, tres meses y dos años de duración y en el mismo también estarían implicados Arabia Saudita e Irán como los dos grandes aliados internacionales del Gobierno yemení y los insurgentes hutíes, respectivamente, así como Omán.
La coalición saudita antihutí recibió apoyo logístico y de inteligencia de Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
La guerra terminó por hundir al que era uno de los países más pobres del mundo en la peor catástrofe humanitaria en la actualidad, según Naciones Unidas.
Más de 21 millones de yemeníes -las dos terceras partes de la población del país- necesitarán ayuda humanitaria este año y de ellos 17 millones deberán recibirla con carácter urgente para sobrevivir.
El conflicto dejó casi 380.000 fallecidos, bien por los combates o por el hambre y las enfermedades; más de 85.000 de ellos niños, a los que hay que sumar 4 millones de desplazados, según la ONU.
Con información de Télam