¿Qué significan los colores de la bandera wiphala?

Qué significado y qué historia tiene la bandera wiphala para los pueblos originarios.

27 de enero, 2025 | 09.30

La Wiphala es más que una bandera; es un símbolo de identidad, resistencia y unidad de los pueblos andinos. Este emblema cuadrangular de siete colores tiene una historia rica y profunda que conecta las culturas originarias de los Andes con su cosmovisión y valores comunitarios. Su presencia se extiende por Bolivia, algunas regiones de Perú, Colombia, el norte de Argentina y Chile, el sur de Ecuador y el oeste de Paraguay, sirviendo como un puente entre el pasado y el presente.

El nombre "Wiphala" combina dos términos del idioma aymara: “wiphay”, que significa grito de triunfo, y “laphaqi”, que se traduce como “fluir en el viento”. Este concepto no solo alude a la dinámica de la bandera ondeando en el aire, sino que también refleja el espíritu resiliente de los pueblos que la adoptan. Aunque hay debate sobre su origen, algunos especialistas atribuyen la Wiphala a la cultura incaica, mientras que otros la vinculan al pueblo aymara. Lo cierto es que las comunidades que la utilizan representan una rica mezcla de tradiciones aymara y quechua.

En su diseño contemporáneo, la Wiphala que conocemos hoy fue creada en 1979 por Germán Choque Condori, quien rescató este símbolo ancestral basándose en patrones prehispánicos encontrados en tejidos y cerámicas andinas. La bandera está formada por 49 cuadrados de igual tamaño dispuestos en un esquema cromático diagonal, en el que cada color tiene un significado particular, profundamente arraigado en la cosmovisión andina.

Significado de los colores, uno por uno

El rojo simboliza la Pachamama, la madre tierra, y su conexión con los seres humanos. Este color representa el Kay Pacha, el mundo tangible, y los conocimientos transmitidos por los ancestros. Es un homenaje al desarrollo cultural y a la identidad de los pueblos andinos.

El naranja está asociado con la memoria oral y las tradiciones culturales. Representa los quipus, los telares, las casas del saber (yachay wasi) y las prácticas de medicina ancestral. Este color evoca la importancia de la sanación integral, tanto física como espiritual, y el papel de las comunidades (ayllus) en la transmisión de estos saberes.

El amarillo destaca el Nunaq, el espíritu ancestral presente en todas las cosas. También simboliza las virtudes andinas: amor (Munay), sabiduría (Yachay), trabajo (Llank’ay) y creatividad (Kamay). Este color recuerda la dualidad esencial de la vida, el equilibrio entre opuestos complementarios.

Bandera wiphala.

El blanco representa la evolución, el desarrollo intelectual y la reciprocidad (ayni). Este color engloba el progreso personal y comunitario, reflejando la unión entre ciencia, técnica y naturaleza.

El verde es un tributo a la naturaleza (Allpamama), los frutos de la tierra y el trabajo agrícola. Simboliza la autosuficiencia, la abundancia y el respeto a la Madre Agua (Yaku Mama).

El azul conecta con el cosmos (Hanan Pacha), las energías universales y los misterios del espacio. Representa la Cruz del Sur (Chakana) y la complejidad matemática del universo.

Finalmente, el violeta es un símbolo de las organizaciones comunitarias y del poder político del Tawantinsuyu. Refleja el equilibrio y la dirección en la vida social y política de los pueblos andinos.

Un símbolo vivo y sagrado

En Bolivia, la Wiphala fue reconocida oficialmente como símbolo nacional en la Constitución de 2009, destacando su carácter sagrado y su representación de valores como la equidad, la solidaridad y la reciprocidad. Esta bandera no solo embandera territorios, sino que también une corazones en una lucha por preservar y honrar las raíces culturales de los Andes.