La crisis generada por la pandemia afectó las cuentas públicas de manera notoria. El paquete de medidas necesarias contener la recesión provocó un déficit mayor a los $ 200.000 millones en el cuarto mes del año.
De acuerdo al Ministerio de Economía, el resultado de las cuentas públicas de abril mostró un déficit fiscal primario de $ 228.821,6 millones, con la inversión muy por encima de la recaudación.
Durante el mes pasado, los ingresos corrientes crecieron a $ 306.728,1 millones, mientras que los gastos sumaron $ 558.653,7 millones, lo que explicó el deficit primario del Estado. El resultado financiero (incluye pago de intereses de la deuda) arrojó un déficit de $266.049,5 millones de pesos.
La inyección de pesos en la economía se justificó en los diversos programas de asistencia que dispuso el Estado para atender principalmente a las pymes y a los sectores de menores ingresos, como los trabajadores informales. El Gobierno creó el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), que implicó el pago de 10 mil pesos a unos 7,8 millones de beneficiarios.
Según las últimas proyecciones, los analistas privados prevén un aumento de la emisión cercana a los $ 300.000 millones mensuales.
En ese sentido, hasta el propio presidente, Alberto Fernández, ya planteó que impulsará una reforma tributaria, de la que habría nuevos impuestos a los sectores más pudientes para equilibrar las cuentas fiscales. De hecho, el Gobierno ya habilitó el tratamiento del proyecto del impuesto a la riqueza en el marco del coronavirus.