El Fondo Monetario Internacional (FMI) destacó las mejores perspectivas para China, cuyo crecimiento anual prevé que será del 5,2%, pero advirtió por los vientos en contra en su economía y, frente a ello, le recomendó una política fiscal y monetaria expansiva, además de reformas para el largo plazo.
De la mano del levantamiento de las restricciones vinculadas con la pandemia de Coronavirus en noviembre pasado, el FMI revisó al alza este mes su previsión de crecimiento de China de 3% a 5,2%.
En 2022, la expansión fue sólo del 3%, el menor crecimiento anual desde la década de los 70, sin contar el 2020 marcado por la pandemia.
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Esta es una buena noticia para China y también para el mundo ya que ahora se espera que su economía contribuya un cuarto del crecimiento global de este año, afirmó el economista del Departamento de Asia-Pacifico del FMI, Diego Cerdeiro, y la jefa de la misión del Fondo para China, Sonali Jain-Chandra en una publicación del blog del organismo.
Es tal el papel de China en el crecimiento global que, si la tasa de crecimiento crece en 1 punto porcentual, las de los demás países lo hace en 0,3 puntos porcentuales, según cálculos recientes del Fondo.
Pese a estas mejores perspectivas, el país asiático aún enfrenta grandes desafíos económicos y, frente a ello, para el FMI se necesita apoyo monetario y fiscal, junto con reformas estructurales.
Puntualmente, el FMI identifica el sector inmobiliario uno de los mayores rubros de la economía china que desde hace tres años está en crisis y representa un cuarto de su economía- como uno de los mayores vientos en contra para el crecimiento.
En los mismos términos, el Fondo advierte por la incertidumbre de la evolución del Coronavirus en el país, y, a largo plazo, por la contracción poblacional y la desaceleración en el crecimiento de la productividad.
De hecho, el FMI prevé que, de no haber reformas que impulsen la productividad, el crecimiento anual de China caerá por debajo del 4% en los próximos cinco años.
La economía necesita políticas macroeconómicas comprensivas y reformas estructurales para asegurar la recuperación y promover un crecimiento equilibrado, verde e inclusivo, subrayaron los economistas.
Por lo pronto, para este año, el FMI recomendó una política fiscal neutral, con medidas monetarias acomodaticias como bajas en las tasas- para asegurar la recuperación, aprovechando la ausencia de presiones inflacionarias y un crecimiento que se encuentra por debajo del potencial.
Respecto del mercado de propiedades, aconsejó una reestructuración ordenada de las firmas inmobiliarias con problemas de deuda, de forma tal de reducir los riesgos, al igual que la introducción de un impuesto a la propiedad y fondos para finalizar los construcciones sin completar.
En tanto, a largo plazo, las reformas deben tener, como uno de sus ejes, un incremento del consumo de los hogares y la demanda local.
Reformas como gradualmente aumentar la edad de jubilación para aumentar la fuerza laboral, reforzar los seguros de desempleo y de salud, y reorganizar las empresas estatales para reducir la brecha de productividad con las privadas podría impulsar significativamente el crecimiento en los próximos años e incrementar el nivel de ingresos en aproximadamente 2,5% en cinco años, explicó el FMI en su publicación.
Sobre los temores de que la reapertura de China implicara una presión a la inflación del resto del mundo, el impacto para el organismo- sería limitado.
La mayor presión importadora de China en los próximos meses será en los servicios y no en los bienes, indicó Thomas Helbing, director del Departamento de Asía-Pacífico en la revisión periódica del artículo IV de China que también fue publicada hoy.
Con información de Télam