Marcos de Fiore (39) es un tatuador de Lomas de Zamora que dejó su arte en las pieles de Antonela Rocuzzo, Sofia Balbi (esposa de Luis Suarez), Nicki Nicole, Luck Ra, Kazzu, La Joaqui y Felipe Fort, entre otros. Hoy trabaja en España, Miami y Argentina, pero comenzó hace apenas siete años, luego de sufrir un robo que lo dejó en banca rota y lo obligó a aprender en su propio cuerpo.
Las historias de las grandes decisiones nunca empiezan en una escena. Nunca es un momento estático, sino la construcción de muchos de ellos. Pero esta comienza con Marcos, a sus 33 años, sentado en una vereda con los hombros caídos y la mirada perdida, a metros del sueño del negocio propio destruido.
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Estamos en 2017 y lo que detonará la mayor decisión de su vida, no es otra cosa que un garronazo. De Fiore había puesto todos sus ahorros en la inauguración de un local de ropa en el centro de Lomas. Su idea era confeccionar prendas, a la que le agregaría sus ilustraciones. Pero a la semana entraron delincuentes que le quitaron y rompieron todo.
“Recuerdo estar sentado en la puerta, sin saber para donde arrancar. Me habían pelado completamente. Estaba destruido y un amigo me decía que no me preocupara 'que de todo lo malo siempre viene algo bueno'. A mí me pareció el peor lugar común del mundo, pero el tiempo terminó dándole la razón”, le reconoce el artista a El Destape, a segundos de empezar la entrevista.
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Hoy por hoy es uno de los máximos tatuadores de habla hispana. Vive 4 meses en Argentina, 4 en Europa y dos en Estados Unidos, a pedido de sus clientes. Su especialidad es el realismo y microrealismo; y su Instagram (reinavictoriatattoo) que supera los 21 mil seguidores, abre con sus trabajos a Antonela y a Nicki Nicole, entre otros famosos.
Sus comienzos
Siempre le gustó dibujar, aunque lo veía como un hobbie. Desde adolescente le copó el mundo de los mensajes en la piel. Lo veía como “un signo de rebeldía y liberación”. Su primer tatuaje fue el signo de Géminis y se lo hizo a los 14 años. “Veía a los tatuadores como dioses. Como seres inalcanzables”, cuenta.
Hasta no hace mucho tiempo, su trabajo formal era en la Universidad de Lomas de Zamora como empleado Planta Permanente. El rublo textil seria para él, el comienzo a abrirse lugar a la ilustración, pero las cosas parecían no salir como quería.
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“Tenía una máquina de tatuar en casa. Pero yo no había hecho ningún tipo de curso, ni nada. Aprendí lo básico de higiene y cuidados y arranqué con mis piernas. Quería que quedé de esto (el robo) una marca que sea un antes y un después. ¡ Qué mejor manera de hacerlo en mi!”, recuerda.
Sonríe cuando piensa en la locura de que su lugar de ensayo y error sea su propia pierna. “Muchos me decían que pruebe en fruta, en piel sintético, en piel de chancho, pero yo sabía que no era lo mismo que tatuar una persona. Era como dibujar en un papel y después hacer una gigantografía en un edificio. Entonces dije: `voy por todo y pongo mi piel para no lastimar a nadie”.
Su primer tatuaje le había quedado “bastante bien”. “Fue un diamante. Quería probar hacer líneas rectas”, desmenuza. En ese momento decidió que ese sería su nuevo rumbo. “Voy a empezar a tatuar gratis”, dijo en su grupo de amigos Whatsapp.
Luego en Facebook ofreció sus primeros trabajos sin costo y más adelante solo cobraba los materiales. Hasta que poco a poco y gracias al boca a boca sus diseños comenzaron a valorarse y llegar a lugares impensados.
Al poco tiempo tomó otra decisión fuerte: Irse a España y dejar su trabajo estable para siempre “Muchos me decían que estaba loco, que era un riesgo muy grande. Yo lo entendía, pero una vez que empezar a soñar ya no podés parar”
Dejar huella en los que dejan huella
Sin duda, la famosa más importante que hasta ahora tatuó es nuestra primera dama futbolera: Antonela Rocuzzo. A la que llegó por un tatuaje que le hizo a un familiar. “Me lo presentó un muy amigo mío que jugaba al futbol con él. Una vez lo tatué y al tiempo me dijo “che tengo amigos que se quieren tatuar con vos. ¿Podés el martes? Los amigos eran Messi, Suarez y Antonela”, cuenta.
Ante la pregunta de si estaba nervioso ese día reconoce que “quizá en un primer momento”, pero que ella fue tan simple y amable que “enseguida se olvidó de quien era y que se sintió muy cómodo”.
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Ese día a la esposa del capitán de la selección la acompañó Sofi Balbi, quien está casada con el goleador uruguayo Luis Suarez. Ambas (junto con otra amiga) se hicieron una palmera que simboliza su estadía en Miami.
Luego de esa tarde, Marcos tatuó dos veces más a Rocuzzo. Si bien dice que su máximo sueño es algún día tatuar a Messi, jamás le preguntó a ella por su esposo. De hecho cuenta que desde que fue al mundial de Qatar tiene dos camisetas que le encantaría poder hacer firmar por el Diez pero que “jamás le dijo nada”, porque “antes que nada está el respeto y tratar de no ser muy entrometido”.
Otro momento que destaca de su carrera fue cuando Nicki Nicole lo convocó para realizar su arte en la presentación privada de su disco(Naiki), solo para amigos y familia. “Fue increíble. Son momentos que jamás mie imaginé vivir, y mucho menos cuando estaba ensayando con mi cuerpo en mi habitación en Lomas”
Pero su entrada al mundo de las celebridades fue gracias a otro lomense. El Youtuber Ian Lucas, que tiene casi 40 millones de suscriptores alrededor del mundo. También oriundo del sur e hijo de Gustavito, el cantante de la mítica banda de ska, y cumbia “los Tulipanes”. “Fue un empujón enorme para mi carrera”, reconoce.
Marcas de por vida
En plena pandemia Marcos perdió a su papá a raíz del COVID. Las medidas sanitarias de ese momento no le permitieron estar cerca en su enfermedad. Así que decidió canalizar su dolor a través de su arte con un corazón con barbijo y una aureola angelical.
“Me di cuenta de que ese pequeño símbolo que a mí me ayudaba a pasar mi duelo lo necesitaban otros , que quizá no tenían plata para hacerse un tatuaje. Así que a través de mi Instagram convoqué a todos los que habían perdido a un ser querido si querían simbolizarlo con un tatuaje totalmente gratis”, recordó.
El hashtag que eligió fue #estoyconvos y con esa idea realizó una campaña solidaria en ese momento tan difícil. “Creo que todos merecen superar un duelo así, por más que no tengan recursos para hacerlo. Fue una decisión que a mí me hizo bien. Quizá, en un momento tan triste, pude devolverles a algunos un poco de paz”, completa.
Ahora está pasando las fiestas en el país: “En ningún lugar del mundo se vive la amistad como acá”, subraya.
“A veces veo para atrás-comenta- y tomo conciencia de lo que logré en poco tiempo. Sé que muchos lo buscaron toda su vida y no se le dio y yo en pocos años vivo estas estas cosas. Muchos hicieron sus méritos, pero a veces la vida se da a si”.
“Tatuar a Messi, a Axel Rose. Tener mis propios estudios en España y Florida, como tengo en Argentina, son los sueños que me quedan por cumplir. Sé que son difíciles, pero nadie me puede prohibir soñar”, completa Marcos, con la mirada llena de confianza. Y es que quizá los sueños ya cumplidos acompañan en camino de lo que vendrá. Igual que los tatuajes.