La represión a trabajadores, activistas y militantes durante la última dictadura cívico-militar en Argentina dejó una herida profunda en la historia del país. Uno de los lugares más afectados fue el ingenio Ledesma, ubicado en la provincia de Jujuy, donde se perpetraron violaciones a los derechos humanos que quedaron ocultas durante años y que hoy, 20 de julio, cumplen un nuevo aniversario.
Desde la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), en 1984, comenzó a visibilizarse la represión y la violencia ejercida en este emblemático lugar. Testimonios conmovedores, como el de “Rita” Eublogia Cordero de Garnica, dieron voz a las víctimas y denunciaron el papel que jugó la empresa en los crímenes cometidos.
Qué ocurrió en Ledesma
Mientras el suministro eléctrico de la localidad de Libertador General San Martín era interrumpido en cortes sucesivos, una serie de secuestros ilegales se llevaron a cabo en la región. Esa noche fue marcada por la angustia y la desesperación de trabajadores, trabajadoras, activistas y militantes vinculados con los procesos de organización en el ingenio Ledesma.
Durante este aciago período, el régimen dictatorial que gobernaba Argentina llevó adelante una política de persecución y represión sistemática contra aquellos que se oponían. El ingenio Ledesma, propiedad del poderoso empresario Carlos Pedro Blaquier, se convirtió en un centro neurálgico de operaciones para las fuerzas represivas.
Pedido de justicia
En el período 2003-2015, con la ampliación y profundización de las políticas de derechos humanos, nuevos movimientos sociales y políticos surgieron en Jujuy. Enarbolando las banderas de Memoria, Verdad y Justicia, convocaron movilizaciones multitudinarias exigiendo justicia para las víctimas vinculadas al caso de Ledesma. En particular, recordaron con dolor la trágica serie de secuestros conocida como “La Noche del Apagón”, perpetrada alrededor del 20 de julio de 1976 con vehículos del ingenio.
Sin embargo, el proceso de judicialización en el ámbito penal fue largo y complejo. En noviembre de 2012, Carlos Pedro Blaquier, dueño del ingenio Ledesma, y Alberto Lemos, administrador general durante los hechos, fueron procesados por privación ilegal de la libertad en dos causas que involucraron el secuestro de 29 trabajadores y referentes sociales entre marzo y julio de 1976. La confirmación parcial del procesamiento en 2013 por la Cámara Federal de Apelaciones de Salta ofreció una esperanza, pero las defensas apelaron y la Sala IV de Casación, integrada por Gustavo Hornos, Juan Carlos Gemignani y Eduardo Riggi, dictó la falta de mérito en beneficio de Blaquier y Lemos en 2015.
Esta decisión generó indignación y desesperanza entre las víctimas y sus familias, pero recientemente, el 8 de julio de 2021, se vivió un acontecimiento trascendental. Luego de seis años de demora, la Corte Suprema de Justicia de la Nación revocó por mayoría el fallo de Casación que beneficiaba a los responsables empresariales con la falta de mérito. Los jueces Horacio Rosatti, Juan Carlos Maqueda y Elena Highton de Nolasco consideraron “arbitrario” el pronunciamiento y resaltaron la importancia de avanzar en el proceso de búsqueda de verdad y justicia. El presidente del máximo tribunal, Carlos Rosenkrantz, votó en disidencia, argumentando que se debía mantener la falta de mérito, mientras que Ricardo Lorenzetti se abstuvo de votar.