Después de un temblor resonante, cesaron las réplicas. Para el PRO, hay una tensa calma que prefieren no cortar durante enero. Pese a las apuradas libertarias y los mensajes subterráneos que la Casa Rosada hace llegar a oídos de dirigentes macristas a través de periodistas, todavía está la puerta abierta para un acuerdo. No llegará en los dos primeros meses del año, sino que, de ocurrir, se activará en enero y salvo una catástrofe, la temporada veraniega debería transcurrir por los carriles habituales.
La amenaza de Javier Milei de ir junto al PRO en todos lados o competir no fue vista con los peores ojos por la dirigencia amarilla. Mauricio Macri quiere lo mismo que planteó el presidente en su entrevista con Forbes, acordar a nivel nacional, pero fue el propio gobierno el que echó por la borda esa propuesta.
Mauricio siempre tuvo la idea de hacer un pacto supra, entre los líderes nacionales de los espacios pero fue Santiago Caputo el que quiso sentarse a discutir la Capital Federal, y Macri no piensa entregarla. Para el ex presidente, no es negocio cerrar un acuerdo en Buenos Aires para que LLA se lleve la victoria y que el mileísmo quiera disputarle la Ciudad. No se puede elegir, o el pacto es total o no es.
El PRO estaría en condiciones de ceder un poco en la CABA, pero ceder no es entregar. También estaría en condiciones de cerrar un pacto en la provincia por sólo cinco lugares en las listas, sobre un total potencial de 15 bancas. Nunca se llegó a esa conversación con los libertarios. Por lo pronto, consideran que siempre es bueno que hablen de uno, bien o mal, porque quiere decir que sos importante, que valés. Por eso, la apretada de Milei no resultó dramática.
El partido amarillo tiene para ofrecer victorias. Convencido de que el gobierno puede enfrentar una tapa catastrófica el día después de las elecciones, con derrotas en la provincia y Ciudad de Buenos Aires en caso de divisiones, el PRO propone alianzas para ganar en los dos distritos. En Córdoba también, donde Juan Schiaretti mide y bien.
Estos meses servirán para que cada uno saque músculo pero en el macrismo confían en que, llegado el momento, el gobierno entrará en razones y entenderá el peligro alertado por los amarillos. Ahora bien, sin descuidar esa ventana para el acuerdo electoral, el PRO se está preparando para competir en soledad y en febrero, al menos en algunos distritos, empezará la capacitación de fiscales.
Esto es algo de lo que los amarillos tienen para proponer: estructura, pero también candidatos. Saben que los libertarios están débiles en territorio y que sólo tienen algunos nombres fuertes para algunas listas nacionales. “En Buenos Aires, Patricia Bullrich solo lo tiene a Diego Valenzuela”, se graficó. La ministra de Milei es parte de la mesa política libertaria y se perfila como una figura clave para el armado del 2025, siempre bajo las órdenes de Karina.
Para el PRO, hay dos factores que hoy le pueden jugar a favor: por un lado, la espera, aguardar a que el gobierno se equivoque, pero mucho. La otra es la resistencia al kirchnerismo, el haber sido un dique de contención y no haber pactado nunca. El gobierno tuvo un traspié con el fracaso doble de ficha limpia y alertan, en el macrismo, sobre un nuevo posible pacto con el peronismo para eliminar las PASO, lo que calificaron como grave error.
A las “Mabeles” que votaron siempre al macrismo no les interesa tanto la defensa de la República como el fin del kirchnerismo, “Te votamos para que mates a Cristina, no a Macri”, se suele repetir para graficar esa desilusión libertaria. El macrismo va a apuntalar a esas “Mabeles”, buscando reconquistar su identidad y continuar vivos en el tablero político.
Tan complicada es la situación del macrismo que hasta la UCR decidió correrlos. Fernando Carbajal, diputado de Democracia para Siempre, habló en El Destape Radio sobre la relación con el PRO. Para él, hay chances de una nueva alianza, pero “si van a jugar acompañándonos a nosotros. Si van a querer encabezar, no. Después del desastre político que han hecho este año, siendo perros falderos de Milei... Se equivocaron, los tomaron de estúpidos, los engañaron con ficha limpia... Lo mínimo que tenés que hacer cuando te toman de tonto es darte cuenta que te tomaron de tonto, volver a la oposición, tener un gesto, por lo menos, de respeto a quienes durante este año estuvimos sosteniendo la bandera de la oposición y no anduvimos negociando por abajo. Entonces, si quieren venir a acompañar a la oposición, estarán bienvenidos, pero no vengan a querer marcarnos el rumbo, porque está claro que están muy perdidos”.
El resurgimiento del Juntos por el Cambio porteño es una posibilidad concreta. Si bien distintos sectores aliados del PRO en esa coalición mantienen una relación tirante con Mauricio Macri, también tienen en claro que la Ciudad es una prioridad para sus respectivos armados partidarios, que no quieren perder los lugares que supieron conquistar y que tampoco quieren entregarle la Capital Federal al mileísmo, cada vez más confiado de sí mismo.
El desdoblamiento de las elecciones capitalinas, más la suspensión de las PASO, es acompañado por sectores con los que el PRO podría volver a aliarse para ganar volumen y pensar en una victoria porteña (tal vez doble). La falta de primarias, incluso, no fue vista como un obstáculo para el acuerdismo, aunque algún referente llegó a poner en duda la convivencia sin posibilidades de competir hacia adentro.
Desde el radicalismo se coincidió con el desdoblamiento de las elecciones, pensado tanto para mantener la discusión local como para establecer una estrategia electoral. El legislador de la UCR Francisco Loupias aseguró a El Destape que la decisión del jefe de Gobierno permitirá "discutir más en profundidad las problemáticas de los porteños sin que la política nacional nos absorba". Respecto a las PASO, reconoció que si bien desde el espacio siempre estuvieron a favor, "no se requieren particularmente en el caso de votar únicamente legisladores. Es una buena oportunidad para que los partidos políticos internamente discutan qué candidatos figuran en las boletas".
La Coalición Cívica también apoya que se discutan estas modificaciones propuestas por Jorge Macri, que están dentro del marco de la ley, con una advertencia a Javier Milei: "El gobierno nacional tiene que aprender a respetar que hay pesos y contrapesos en la democracia. Hay controles, facultades y derechos que tienen las provincias y la Ciudad de Buenos Aires, y también los tienen el Congreso Nacional y las Legislaturas de cada jurisdicción. Que el Gobierno nacional se acostumbre a que la gente se pronuncia cuando quiere. Eso hace al sistema representativo y federal que tenemos como país”, dijo Claudio Cingolani, presidente del partido en diálogo con El Destape.
La Coalición Cívica no definió, aún, su marco de alianzas en la CABA, pero tienen bien en claro que no estarían nunca ni con el kirchnerismo ni con el mileísmo de Karina y la Casa Rosada. Queda, entonces, lo que fue Juntos por el Cambio con la UCR, el socialismo, Confianza Pública y hasta el PRO como alternativas.
Desde el partido fundado por Carrió quieren escuchar las propuestas de todos los partidos para la Ciudad, que es su prioridad. Si bien todavía no se pueden anticipar candidaturas, el espacio presidido por Cingolani ya recorrió, junto a Lilita y otros dirigentes locales, todos los barrios de la Capital Federal, las pymes, fábricas, comercios y domicilios de porteños. Con acuerdo electoral o sin él, se mostraron listos para dar cualquier competencia.
La UCR también está abierta a esta aventura electoral. Según detalló Loupias, "desde el Bloque de legisladores de la Unión Cívica Radical de la Ciudad siempre dejamos en claro que no vamos a compartir ningún espacio político con el Kirchnerismo ni con la Libertad Avanza". El legislador centenario aseguró que "la UCR porteña, va a formar parte de una coalición, como lo ha hecho durante estos últimos años, que represente los valores democráticos y la construcción de consenso como matriz política".
Aunque nadie puede aventurar un resultado electoral, la posibilidad de reeditar Juntos por el Cambio entusiasma a más de uno y, así como se cree que a nivel local no debería haber problemas para una victoria de JxC, también hay cierta confianza en lograr una conquista nacional, de darse ciertas variables. Incluso, como marcó un escenario proyectado por CB Consultores, con La Libertad Avanza en tercer lugar.
Pero por ahora es solo un pensamiento. Para que este tipo de alianza funcione, los líderes de los espacios tienen que limar asperezas. Carrió con Macri; Carrió con los radicales Emiliano Yacobitti y Daniel Angelici; Horacio Rodríguez Larreta y Martín Lousteau con Mauricio. Distintos actores confían en que, llegada la hora de las decisiones, todos serán más pragmáticos que viscerales y acercarán posiciones. Hay una única condición: sin los libertarios.