Javier Milei, presidente: el minuto a minuto de este domingo 28 de enero

Después de la eliminación del capítulo fiscal de la ley ómnibus, el Gobierno busca sesionar este martes con el objetivo de que el proyecto, que tuvo dictamen de mayoría el martes por la noche y logró destrabar la resistencia de sus aliados tras retirar algunos de los temas más cuestionados, obtenga la media sanción en la Cámara de Diputados. Si bien todavía el oficialismo no hizo la convocatoria oficial, se estima que ya cuenta con los números para el quórum; ahora, le falta conseguir los votos.

Santiago Caputo, uno de los asesores de mayor confianza del presidente Javier Milei, afirmó que el Gobierno no incluirá en el proyecto de ley ómnibus un apartado que le otorgue al Poder Ejecutivo facultades extraordinarias en el área fiscal, un dato clave ya que la Casa Rosada decidió reiterar todos los artículos del capítulo fiscal del proyecto. "Vamos a sacar el capítulo fiscal y no vamos a pedir la facultad. No nos interesa el paquete fiscal", dijo Caputo a Infobae.

El gobierno de Javier Milei analiza la posibilidad de aumentar el impuesto a los combustibles esta semana, como forma de compensar, parcialmente, la recaudación que se perderá por la eliminación del capítulo fiscal de la ley ómnibus.

Desde su asunción el 10 de diciembre y con la presentación del DNU y la ley ómnibus junto con los aumentos en servicios y transporte, la imagen positiva de Javier Milei cayó significativamente junto con el acompañamiento de la sociedad a sus propuestas políticas y económicas. Un reciente estudio, que fue realizado por la consultora Zuban Córdoba y asociados, reveló que el mandatario tiene una imagen negativa del  55,2 por ciento y para el 54,4 por ciento la dirección en la que va el país desde que asumió es incorrecta. También hay un fuerte rechazo a la aprobación de la Ley ómnibus.

El presidente Javier Milei aseguró que en el Gobierno están "sorprendidos por la velocidad" con la que se están "alcanzando resultados" al hacer referencia a las políticas implementadas desde el 10 de diciembre y afirmó que "no hay plan B para hacer las cosas bien". Ratificó la intención de dolarizar la economía y privatizar las empresas públicas. También se refirió a la relación con China por inversiones y al Reino Unido por Malvinas.

La confianza entre el gobierno y los dialoguistas está, en el mejor de los casos, al límite. Los sucesivos cambios en distintas áreas del Ejecutivo no fueron interpretados como una buena señal como tampoco lo fue (y es) el movimiento constante de negociadores desgastados, sin poder de decisión política y con contradicciones supremas entre ellos. Por eso, ante la posibilidad concreta de no contar con el número para aprobar la ley ómnibus en general y, en caso de hacerlo, de sufrir una derrota estrepitosa en artículos clave como jubilaciones y retenciones, no pudieron hacer más que modificar uno de los corazones del proyecto.

“Todo lo sólido se desvanece en el aire”, sentenciaron Marx y Engels en el célebre manifiesto comunista. Se podría usar el principio -no sin un cierto goce- para describir el mal momento por el que pasa el presidente y su gobierno. Pero la objeción se dispara sola: ¿Qué tuvo de “sólida” la primera etapa de este gobierno? Ciertamente no mucha, en principio. Pero en este juicio está implícito un problema: quién juzga qué es sólido y qué no lo es. Por si alguno no lo notó: los autores del texto del que estamos hablando no eran “economistas” (ni sociólogos, ni politólogos). Eran políticos. Los textos “económicos” están, invariablemente escritos en expresa conexión con la acción práctica del proletariado y se escriben con el fin principal -y a veces excluyente- de fortalecer en términos ideológicos a los militantes del partido. En el caso de El manifiesto, lo deja fuera de discusión el propio título que encabeza el texto.

El abrupto pero anunciado final del capítulo recaudatorio de la ex ley ómnibus significó, antes que nada, la consumación de la primera derrota de Javier Milei, apenas 45 días después de haber asumido el poder y a menos de 72 horas de una manifestación histórica que tuvo réplicas en prácticamente todas las ciudades del país y juntó a más de un millón de personas contra el plan económico y político del nuevo gobierno.

El anuncio del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, a última hora del viernes, de eliminar entero el capítulo fiscal de la ley Ómnibus por el que tanto se venía discutiendo hizo sentir ganadores a los gobernadores, que se habían unificado en el rechazo. Los de Unión por la Patria querían ver cómo se resolvía la amplitud de las facultades delegadas, argumentando que todo lo que salía ahora de la ley se podía volver a poner por futuros decretos. En la Casa Rosada desmentían esa posibilidad porque, detallaban, las modificaciones en materia tributaria no las puede hacer el Ejecutivo aún con facultades delegadas. En JxC ponían el ojo en la decisión de retirar el proyecto que reponía el impuesto a las Ganancias, por lo que todavía está pendiente una recomposición de los ingresos para las provincias. "Vamos a cortar los recursos y van a tener que venir a negociar", sostenían en Gobierno.