El anuncio del ministro de Economía, Luis "Toto" Caputo, a última hora del viernes, de eliminar entero el capítulo fiscal de la ley Ómnibus por el que tanto se venía discutiendo hizo sentir ganadores a los gobernadores, que se habían unificado en el rechazo. Los de Unión por la Patria querían ver cómo se resolvía la amplitud de las facultades delegadas, argumentando que todo lo que salía ahora de la ley se podía volver a poner por futuros decretos. En la Casa Rosada desmentían esa posibilidad porque, detallaban, las modificaciones en materia tributaria no las puede hacer el Ejecutivo aún con facultades delegadas. En JxC ponían el ojo en la decisión de retirar el proyecto que reponía el impuesto a las Ganancias, por lo que todavía está pendiente una recomposición de los ingresos para las provincias. "Vamos a cortar los recursos y van a tener que venir a negociar", sostenían en Gobierno.
Existían distintas lecturas respecto a los verdaderos motivos que llevaron al gobierno de Javier Milei a estirar la cuerda todo lo posible hasta el renunciamiento repentino. "No lo iban a aprobar y lo sacamos", respondían, sin vueltas, en la Casa Rosada. De paso, también desmentían el supuesto enojo presidencial con el ministro del Interior, Guillermo Francos, y con el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, por el fracaso de las negociaciones. "Te entiendo porque yo soy un gurka y ellos también", le dijo Milei al ministro. En Interior daban por hecho que Milei y Caputo van a hacer el ajuste prometido hasta llegar al déficit cero, por lo que si los gobernadores esperan sentados que les acerquen alguna solución a sus problemas financieros, eso no va a ocurrir.
Axel y compañía
Cerca del gobernador Axel Kicillof celebraron el traspié del Ejecutivo. "Se pasaron de mambo y tuvieron que ir para atrás", interpretaron la decisión de Milei y Caputo. Fue dos días después del contundente paro y movilización convocado por la CGT y las CTA en el que Axel y el resto de los gobernadores de Unión por la Patria tuvieron un rol en la organización y en el apoyo político. Pese a que buscó bajarle el precio a la protesta, desde ese día el Gobierno entró en estado de tensión: echaron a un ministro, las negociaciones con la oposición dialoguista se desmadraron y se terminaron poniendo a todos los gobernadores en contra. En definitiva, se quedaron sin suba de retenciones y sin blanqueo. Lo de las jubilaciones, sin embargo, da para un análisis más detallado.
"Por las reacciones en las redes, nosotros vemos que la gente valora la posición de Axel", decían en La Plata. Recordaban que Milei había perdido las tres elecciones en Buenos Aires, que allí se había votado otra cosa y era lo que había que hacer respetar. En esa línea, el próximo objetivo era buscar alguna forma de institucionalización de las multisectoriales que se fueron formando en distintos lugares de la Provincia en rechazo al ajuste de Milei, por lo que evaluaban algún plenario y designación de una mesa de representantes. El gobernador contará así con una estructura territorial de respaldo en su pulseada contra el Ejecutivo que recién acaba de comenzar.
Apenas terminado el anuncio de Caputo, desde el bloque de diputados de Unión por la Patria que preside Germán Martínez salieron a advertir que el corazón de la ley era la amplia delegación de facultades al Presidente, que mucho de lo que se dejaba de lado podía luego reponerse. Algunos gobernadores advertían también sobre esta posibilidad que en el ministerio del Interior desmentían porque recordaban que cualquier reforma tributaria -como la suba de retenciones o el blanqueo- deben pasar obligatoriamente por el Congreso.
En el ex Juntos por el Cambio no tenían ese temor y hacían análisis diferenciado respecto a lo ocurrido.
Adelante radicales
En el radicalismo interpretaban que Francos hizo la cuenta el viernes y no tenía los votos, así que al Gobierno no le quedó otra que bajar el capítulo. Además, que la situación fiscal no la iban a tener como en Economía habían supuesto en un principio. Que, en un contexto de muy alta inflación, les resultará mejor mantener la actual fórmula de movilidad jubilatoria y que los jubilados vayan perdiendo poder adquisitivo durante todo el año. "Una buena parte del ajuste va a salir de ahí", aseguraba un alto dirigente radical.
Creían que Milei había comprendido las dificultades de conseguir una respuesta única en cada bloque porque allí conviven dirigentes con diferentes miradas y los jefes de cada bloque no representan a todos. "Al entender que no podían cerrar la negociación concluyeron que lo mejor era sacar esto de la ley ómnibus y hacer el ajuste cerrando el grifo a las provincias y con la pérdida del poder adquisitivo de los jubilados", concluía el pope radical.
Los primos Macri
Mauricio y Jorge Macri tenían miradas diferentes sobre lo ocurrido. El ex presidente no tiene entre sus favoritos al ministro Francos y le gustaría colocar allí a alguien de su confianza como Diego Santilli. Por eso, Mauricio creía que había fallado la negociación, complicada además por el error político de mezclar todo en el proyecto de ley y presentarlo como una iniciativa contra la casta mientras no se exponía claramente "la catástrofe económica" que el Gobierno debe tramitar. Para Macri -el que reclamaba hacer todo lo mismo que él pero más rápido- la eliminación del déficit debe ser una meta innegociable para Caputo, por lo que el ajuste debe hacerse cuanto antes.
En la misma línea que lo pensaba el alto dirigente radical, el ex presidente entendía que el ajuste pasará por el cierre del grifo a las provincias y por el poder adquisitivo de las jubilaciones. "Las provincias no van a tener plata y van a tener que ajustar mucho", respondía un integrante de su entorno. "Hay que pensar que la Nación va a utilizar el Presupuesto 2023 más un 25% de actualización con una inflación que fue de 140% el año pasado y lo que va a ser éste todavía no tenemos idea. Un recorte muy grande", subrayaba.
El jefe de gobierno porteño, Jorge Macri, interpreta que Milei y Caputo decidieron utilizar la estrategia del "divide y reinarás", forzando a las provincias a negociar individualmente cuando comiencen a quedarse sin recursos. Más sencillo que doblegar el frente compacto de rechazos que habían conseguido generar hasta el viernes. Jorge Macri y otros gobernadores del PRO, como Rogelio Frigerio y Nacho Torres, mantuvieron su propio perfil respecto a la discusión por la ley, diferente al alineamiento casi acrítico del bloque de diputados encabezado por Cristian Ritondo.
La gente se empezó a dar cuenta
El último trabajo realizado por la Universidad de San Andrés mostró que la aprobación de la gestión de Milei bajó seis puntos en un mes y que, en el punteo de los temas tratados en la ley Ómnibus, el rechazo de la gente era muy marcado en algunos ítems como delegación de facultades y derogación de la movilidad jubilatoria. Un diputado de la oposición dialoguista reveló a El Destape los porcentajes que arrojaron las últimas mediciones realizadas en base a las reacciones en las redes sociales, un dato al que Milei y su entorno son muy sensibles.
"Ley Ómnibus en general: 67% en contra. Derogación de la fórmula de movilidad jubilatoria: 82% en contra. Suba de retenciones e impuestos: 85% en contra. Claramente, estaba perdiendo el debate en la opinión pública y decidieron bajar los temas por los que estaban perdiendo el debate. Después cómo salga la votación en el Congreso es otra cuestión, pero por lo menos no pierden el debate público, que es algo que les preocupa", razonaba el diputado. Una buena parte de la sociedad, muchos de ellos votantes de Milei en el balotaje, empezaron a entender que el ajuste viene por ellos y no por la casta, como les habían prometido. El clima empezó a cambiar y en la Casa Rosada ahora evalúan cómo minimizar daños.