Casi nadie en la Argentina sabía de su existencia hasta la noche del ballotage, el 19 de noviembre del año pasado. En su primer discurso como presidente electo Javier Milei lo sacó del anonimato: “Quiero agradecer a ese gigante que me ha acompañado a lo largo de todo este proceso. Es un gigante que suele mantenerse en la oscuridad y se llama Santiago Caputo. Es el arquitecto de todo esto”. Fue el único dirigente al que agradeció con nombre y apellido. “Está al mismo nivel que mi hermana”, abundó, al día siguiente, en una entrevista radial. 20 de noviembre. La mesa chica estaba conformada.
No había tenido un puesto formal durante la campaña, así como tampoco ocupa un cargo en el gobierno, del que participa en calidad de asesor contratado bajo un régimen de locación de servicios. Que eso no engañe: tiene una oficina en el primer piso de la Casa Rosada, muy cerca de la del presidente y también de las oficinas de la jefatura de gabinete, ahora ocupadas por la secretaria general de presidencia Karina Milei. Aunque su rol formal es el de consultor en comunicación estratégica, en la práctica asume, cada vez más, funciones políticas y ejecutivas. En ausencia del presidente y su hermana, es el único autorizado a dar órdenes.
Autor intelectual del despido del exjefe de Gabinete Nicolás Posse, Caputo pudo, con esa jugada, quedar a cargo de la AFI, donde nombró a Sergio Neiffert, un hombre de su confianza. Además de las tareas de inteligencia, que terceriza en gente más experimentada en el sector, le interesa poder decidir sin negociar con nadie los fondos reservados, adonde aún no ha llegado la austeridad. Desde allí se financia un aceitado aparato de comunicación paraestatal en las redes sociales, columna vertebral de su maquinaria de construcción de relato e insumo para dirigentes de La Libertad Avanza en el debate público.
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Él mismo participa en X adoptando y abandonando sucesivamente distintos alias que le permiten mantener una especie de semi anonimato que responde más a la construcción de su personaje de gobernante en las sombras que al decoro. Su cuenta actual es @SnakeDocLives, pero antes fue @nicolabrandeis, @DuquedeSuabia, @CieloFuerza y @SnakeDocDelta. No es lo único que cambia: después de las elecciones se arregló la nariz y hasta adoptó una forma distintiva de hablar que antes no utilizaba, para completar el personaje. Su bio en X es “worldbuilding”, construyendo mundos. La construcción empieza por sí mismo.
Formado en la escudería Durán Barba, sobrino del empresario “Nicky” Caputo y del ministro de Economía “Toto” Caputo, llegó a La Libertad Avanza de la mano de Ramiro Marra, a quien conocía del colegio secundario, para la campaña de 2021 que llevó a Milei a la cámara de Diputados. A partir de ahí supo ganarse su confianza pero también, y principalmente, la de Karina, “el jefe”, que fue quien le franqueó la entrada para que sea parte de la mesa chica. Desde ese lugar, se encargó de forjar la identidad política y estética que los llevó a la Casa Rosada. Según cuentan, fue quien introdujo la cita macabea sobre “las Fuerzas del Cielo”.
Su influencia cada vez más notoria en áreas clave del gobierno enciende alarmas. Lejos del futuro dialoguista que muchos imaginan por la llegada de Guillermo Francos a la jefatura de Gabinete, el camino de Santiago es otro: “La probabilidad de enderezar este barco es ínfima. Pero esta es la única posibilidad. No hay otra. Como es la única posibilidad y como la probabilidad de éxito es baja, vamos a hacer lo que vinimos a hacer de la manera que sea, como sea, les guste o no les guste. Si sale mal, el país ya estaba perdido. Si sale bien habremos cambiado la historia para siempre”, escribió este martes a la 1:40 de la madrugada.