Luego de la difusión del Indice de Confianza de Gobierno que elabora la Universidad Di Tella conocido días atrás, otro sondeo confirma que en enero bajó el apoyo al Gobierno, en un cambio de tendencia respecto al cierre de 2024. En el primer mes del año electoral, el presidente Javier Milei registró una evaluación positiva del 44,6% contra un 49,6% de rechazos, un 3% de caída respecto a diciembre. Del mismo modo, La Libertad Avanza bajó al 36,8% de intención de voto en las elecciones legislativas, con lo que sigue mostrándose como la primera fuerza política, pero con la posibilidad de que la oposición se integre en alguna coalición que consiga atraer las simpatías de ese mayoritario 63,2% que no quiere embanderarse con el oficialismo.
Los datos surgen del último trabajo de la consultora Synopsis, que dirige Lucas Romero. En el análisis del sondeo indicó: "el primer registro de 2025 muestra una ligera caída en la valoración de su desempeño tras dos meses de recuperación, ubicándose en un 45% de aprobación y un 50% de desaprobación". De esta forma, se ubica en niveles similares a lo de sus primeros meses de mandato, anulando la suba del último tramo de 2024. Aunque la preocupación por la inflación sigue bajando, la gente comienza a mostrar mayor incertidumbre respecto al futuro del país y a su situación económica personal, dato que influyó para que descienda el apoyo a la gestión.
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Algo similar detectó la última publicación del Indice de Confianza del Gobierno (ICG) de la Escuela de Gobierno de la Universidad Di Tella, una medición que suele anticipar lo que luego marcan otras encuestas y las tendencias de opinión. El Destape publicó días atrás el sondeo de enero que le dio al Gobierno 2,61 puntos -el ICG va de 1 a 5-, un 1,9% menos respecto a diciembre. Más allá del número final, el dato significativo fue que cambió la tendencia respecto a los dos últimos meses del año pasado. A ese ICG se llega a través de la elaboración de cinco variables. De las cinco, Milei bajó en cuatro durante enero: capacidad para resolver los problemas del país, la honestidad de los funcionarios, la eficiencia en la administración del gasto público y la preocupación por el interés general.
Otro elemento significativo del trabajo de Synopsis fue el nivel de polarización de las respuestas. Un 34,1% evaluó el gobierno de Milei como "muy bueno" y un 42% como "muy malo", con porcentajes muy menores las respuestas de simplemente "bueno" -10,5%- y "malo" -7,6%-. Difícil los términos medios con un gobierno como el de Milei. También arroja otros dos datos similares al trabajo de la Di Tella. Uno, que a esta altura las gestiones de Mauricio Macri y de Alberto Fernández mostraban índices más bajos que el de Milei. Dos, que el Gobierno hoy exhibe índices similares al de enero del año pasado. En esa línea, hay casi tantas personas que evalúan que hoy el país está mejor que el año pasado -46,2%- como que está peor -47%-. Pero, un dato muy revelador, respecto a su situación personal son muchos más los que dicen estar peor -47,8%- que mejor -33,7%- que el año pasado. En eso tiene influencia los medios que le dicen a la gente que el país está mejor, cuando ellos en verdad no lo sienten en su vida personal.
La diferencia se replica en las perspectivas de la situación de aquí a un año. La visión respecto al futuro del país es pareja en cuanto a quienes creen que será mejor o peor, pero en cuanto a la situación económica personal son menos los que creen que estarán mejor -39%- que los que opinan que estarán peor -43,7%-. Un pensamiento tipo "a mí me va mal, pero al país le va bien" que podría entenderse sólo en virtud de un clima instalado, de la misma manera que en los gobiernos kirchneristas la gente ganaba bien y podía ahorrar pero hacía cacerolazos y marchas de protesta porque supuestamente el país estaba mal.
La medición incluyó una larga lista de temas que forman parte de la llamada Agenda 2030 que impulsa las Naciones Unidas para el desarrollo sostenible del planeta. A esa agenda adhirieron 193 países miembros de la ONU, pero Milei decidió denostarla durante su presentación ante la Asamblea General en septiembre pasado y Argentina comenzó a votar en contra en muchas iniciativas, incluso en algún caso en soledad absoluta. De acuerdo al sondeo de Synopsis, los 17 objetivos de la Agenda 2030 tienen más apoyos que rechazos entre los argentinos, incluso en algunos casos con respaldos del más del 60% de los consultados. ¿A quién representa Milei cuando rechaza esas metas?
El escenario electoral muestra varias particularidades porque La Libertad Avanza cae con respecto al mes pasado, pero con un 36,8% de intención de voto se mantiene como la fuerza política con mayor intención de voto para las elecciones legislativas de octubre. El peronismo kirchnerista se distingue como el único espacio opositor con un fuerte colchón de votos con casi el 24% de intención de voto. Algo que señaló el trabajo es que "el kirchnerismo recuperó potencial electoral, mientras que el espacio peronista no kirchnerista lo perdió de manera inversamente proporcional. La intención de voto al PJ no K se ubicaba en torno al 25% en junio y hoy lo hace en torno al 8%. Por el otro lado, el kirchnerismo se ubicaba por debajo del 15% en aquel momento, y hoy lo hace en torno al 24%". Con todo, tanto el peronismo no kirchnerista como el PRO, con bajos porcentajes, pueden arrogarse el papel de árbitros de una elección equilibrada, especialmente en distritos clave como la provincia de Buenos Aires.