A solo 40 kilómetros de la Plaza de Mayo y el Congreso, el asesinato de Lucas Aguilar y la rebelión de los trabajadores de Rappi contra el municipio de Moreno puso en primer plano una situación explosiva. De apenas 20 años, Lucas quiso defender a un vendedor ambulante que había sido acuchillado en una pelea callejera y terminó muerto de siete puñaladas, a cuatro cuadras de la intendencia. El asesino, Luis Benitez Canisa, había sido detenido y liberado cuatro veces por robo agravado y tentativa de homicidio.
Al día siguiente del crimen, repartidores y familiares del chico asesinado convocaron a una protesta frente al municipio que desde hace cinco años conduce Mariel Fernández, la intendenta del Movimiento Evita que tiene línea directa con Cristina Fernández de Kirchner.
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Un día antes de morir, Aguilar le había dado una entrevista a C5N en la que contó la estrategia coordinada de 50 deliverys de Moreno para impedir los robos permanentes y dio detalles de algo muy parecido a una guerra social en las calles. Su muerte no fue producto de un asalto sino de un clima de violencia que, según reconocen en Moreno, no es nuevo, pero se espiralizó en medio del ajuste más grande de la historia. Coincide además con un crecimiento de los asesinatos en el conurbano bonaerense.
Las cifras oficiales muestran que la tasa de homicidios entre 2019 y 2023 bajó un 40% en relación al gobierno de Walter Festa y María Eugenia Vidal. Si se dejan de lado las cifras de pandemia, la reducción también es clara: de 65 homicidios en 2019 a 38 en 2023. Sin embargo, desde el municipio admiten que en lo que va de enero ya hubo 11 crímenes. De ese total uno solo fue en ocasión de robo: el resto tuvo que ver con enfrentamientos callejeros, ajuste de cuentas entre bandas narcos y peleas intrafamiliares. A eso se suman los crecientes intentos de suicidios de jóvenes que también salen a robar en la zona de Moreno Norte.
Los repartidores de las aplicaciones de comida encarnan la paradoja del astillado mosaico laboral: crecen en la ley de la selva y rechazan la intervención del Estado. Mileistas por naturaleza, como los define un funcionario bonaerense, son producto de muchos años de derrumbe económico. Y de una realidad que pocos quieren ver.
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Lucas decía que podía manejar sus propios horarios pero trabajaba 12 horas por día. Bastante antes de que Milei decidiera aprovechar su muerte para lucrar, desde La Libertad Avanza habían intervenido en el caso. El dirigente de Moreno y actual diputado provincial Ramón Chávez Vera fue uno de los más activos. Dijo en Radio Mitre que Axel Kicillof y Mariel “tienen las manos manchadas de sangre” y los cuestionó por estar concentrados en otra agenda, la de la convocatoria a la Marcha Federal Antifascista y Antirascista que se organizó después del violento discurso de Milei en Davos.
Ligado desde siempre al senador provincial Luis Vivona, El “Nene” Vera acredita una larga filiación en el peronismo que no está exenta de complicaciones. En 2019 fue candidato a intendente de Moreno por el Frente de Todos y hoy es un fervoroso militante de la extrema derecha. Afiliada al partido de Milei, su hija Andrea Vera perdió contra Mariel Fernández en 2023 -reelecta con más del 57% de los votos-, pero sacó casi 25 puntos, con más de 10 de diferencia sobre el PRO.
Después de los ataques contra la municipalidad, la Bonaerense reprimió a los manifestantes y le tiró gas pimienta en los ojos a Milagros, la novia del pibe asesinado. La sensación entre los colaboradores de la intendenta Fernández es que los manifestantes pretendían entrar al municipio. Todo se da en un clima espeso, que en el peronismo reconocen como un combo explosivo: cuando la plata no alcanza y las mil caras de la violencia urbana se potencian. En un juego peligroso, el presidente fomenta la guerra social dentro y fuera de X.
Los 17 millones y medio de personas que viven en Buenos Aires soportan desde hace 14 meses un estrangulamiento intencional por parte de Nación. Al recorte de partidas que sufren casi todas las provincias, se suma el boicot cruzado sobre el gobernador que no tiene ni presupuesto ni posibilidad de endeudarse. La situación es todavía más difícil porque contrasta con el trato privilegiado que el FDT le dio al distrito entre 2019 y 2023. Si hubo un solo acuerdo entre Alberto y Cristina que se mantuvo hasta el último día, fue el de darle prioridad en el financiamiento a la provincia de Buenos Aires.
Principal opositor a Milei a cargo del poder, Kicillof se vio obligado a ajustar en casi todos los frentes. Según la consultora Empiria, en los primeros 9 meses de 2024, la provincia tuvo un superávit primario de 168 millones de dólares, en contraste con el déficit de U$S 656 millones en igual período de 2023. El déficit primario de la PBA, dice el informe de Hernán Lacunza, parece haber encontrado un techo: de un máximo de U$S 1300 millones en 2023 pasaría a uno menor a U$S 500 millones en 2024.
El reclamo que Kicillof le hizo a Milei después del crimen de Lucas por los 749 mil millones de pesos del Fondo de Seguridad exhibe un déficit que perciben los bonaerenses y genera problemas con los intendentes. En el caso de Moreno, durante los años del FDT, la Nación compró 100 patrulleros para el municipio. En el primer año de Milei, en cambio, los 10 patrulleros que se compraron los pagó el municipio. La relación de la provincia con el municipio es correcta pero los intercambios de las últimas horas estuvieron marcados por la tensión. Todo se da en un contexto donde el gobernador parece decidido a desdoblar las elecciones contra la voluntad de Cristina. Entre los intendentes, hay divisiones. Kicillof reunió a 35 jefes comunales en Villa Gesell que le pidieron desdoblar pero entre los que se oponen y reportan al Instituto Patria está, por ejemplo, Mariel Fernández.
El entorno del gobernador piensan que lo que está en juego en estas elecciones no es el reparto de dos diputados más o menos. Como en el huevo y la gallina, el cristinismo repite que nadie le niega a Kicillof el derecho a ser candidato a presidente en 2027 y el kicillofismo sostiene que tiene que ser reconocido este año como el jefe del peronismo en la provincia. No darle ese reconocimiento en un distrito que gobierna hace más de 5 años, dicen, es mandarlo a pelear desde la debilidad la próxima elección presidencial.
La discusión se da en espejo con la eliminación de las PASO en el Congreso y el desdoblamiento de la ciudad de Buenos Aires, donde el peronismo alineado con Juan Manuel Olmos ya decidió acompañar la suspensión de las primarias que promueve Jorge Macri. Los legisladores del PJ dicen que Cristina le dio a Olmos el aval para ese acuerdo, pero todavía los sectores identificados con la ex presidenta no se definieron. Sería extraño que le aprueben al primo Jorge lo que le niegan a Kicillof.
Aunque la política de Milei es correr los límites, la gran movilización contra el fascismo que motorizó la comunidad LGBTIQ+ es una respuesta que la ultraderecha no esperaba. De fondo, está el intento que hace Milei con el barniz de guerra ideológica que le aporta el neofascista Agustín Laje. El objetivo es blindar un capitalismo desenfrenado que se desentiende de las formas democráticas y ensaya un autoritarismo con anuencia social.
Transgeneracional, transclasista y protagonista de distintas historias de lucha, la multitud que se congregó en Plaza de Mayo para ponerle freno a la violencia del presidente contra opositores y minorías pasó por encima de la dirigencia política. Es parte de un proceso discontinuo en el que el heterogéneo arco opositor encuentra motivos para unirse detrás de un reclamo. Es temprano para saber si Milei está incubando una nueva oposición con capacidad de ser alternativa superadora o solo está confirmando a un antimileismo testimonial.
Para un peronismo que perdió las elecciones en primer lugar por el desastre económico de su gestión, el riesgo es desligarse de las víctimas que genera el plan Milei en el mundo laboral y decantar a la vuelta de los año, en una fuerza que solo se moviliza para acompañar reclamos por las libertades individuales.
La destrucción del empleo llegó según el SIPA a 183 mil puestos de trabajo en relación de dependencia. La ofensiva de las empresas que liquidan stocks y frenan la producción incluye despidos y retiros voluntarios en grandes industrias como Bridgestone, Acindar, General Motors, Volkswagen, Shell, Linde Praxair, Pilkington, Granja Tres Arroyos y Sancor, pero también empresas que se preparan para irse del país como Mercedes Benz y Telefónica. Se destruye empleo registrado y lo único que crece son los trabajadores low cost.
El Fondo financia a la extrema derecha
A ese panorama se suma el plan de más endeudamiento que Milei coordina con el FMI. Después de dos meses de caída de reservas, Milei y Luis Caputo necesitan que el organismo financie la campaña electoral de la extrema derecha, como lo hizo en 2019 con la de Mauricio Macri. Es lo que traería un nuevo programa que le habilite al gobierno argentino 11.000 millones de dólares en un marco de flexibilidad singular, donde LLA sostenga el control de cambios y postergue la devaluación para después de la elección con el objetivo de mantener la inflación a raya. Para Martin Guzman se trata de un “seguro de cambio” en el año electoral que le va a permitir a Milei actuar como lo hizo Macri. La presión de Trump es otra vez grande: para él, Milei es en la región un aliado tan estridente como barato.
Aunque no hubo detalles después de la misión del Fondo en Buenos Aires, la reunión de 75 minutos que Milei y Caputo tuvieron con el Fondo en un hotel de Georgetown dejó señales. La foto con los pulgares arriba mostró sin careta a Kristalina Georgieva, aquella que se decía preocupada por los migrantes ante el Papa Francisco y hablaba de reuniones constructivas con el gobierno peronista. Junto con Luis Cubeddu y Gerardo Wertehin también apareció sonriente Leonardo Madcur, el jefe de asesores del ministro Sergio Massa que hoy es el representante de Milei ante el directorio del FMI. Con un sueldo en dólares que le paga el acreedor privilegiado de la Argentina, pero designado por Caputo, el sanjuanino Madcur -que pasó de Lavagna a Milei como algunos otros- es una pieza clave en el ciclo de nuevo endeudamiento que el presidente va a usar como respirador artificial para el presidente y tendrán que pagar las futuras generaciones.
En lo político, la campaña del oficialismo se completa con una puesta en escena que potencia a Karina Milei como jefe. La hermana del presidente se cargó a un Ramiro Marra que en privado se declaraba anti K(arina) y en público hablaba de una relación óptima. Marginado desde el minuto cero del esquema de poder de los hermanos, Marra actuaba como un electrón suelto desde que Karina designó a Pilar Ramirez como jefa de LLA en la Ciudad.
Esposa del poderoso desarrollador inmobiliario Dario Wasserman, Ramirez viene de fortalecerse gracias a la ruptura del PRO que forzó Patricia Bullrich en la Legislatura. De diálogo directo con Jorge Macri, antes de aprobar el aumento de impuestos en la Ciudad, Marra ya había desoído la directiva de votar contra del Presupuesto, el Código Urbanístico, la ley tarifaria y el Código Fiscal. Ahora, con recursos propios como para bancar más de una campaña, se prepara para poner en valor una isla legislativa. El jefe de gobierno da por seguro el voto de Marra para suspender las PASO y especula con otras variantes de asociación. Su expulsión generó una fractura en la tropa libertaria que denuncia una traición de Santiago Caputo y sus soldados. El broker de la extrema derecha había presentado al consultor con los Milei y su caída resuena también como humillación a Caputo junior.
Como lo sugiere la visita de Diego Santilli a Casa Rosada, la próxima víctima de la hermana Karina puede ser José Luis Espert. Como se anticipó la semana pasada en El Destape, la secretaria general de la Presidencia encontró un argumento para postergar al diputado que promete cárcel o bala: dice que Santilli le permitiría ampliar el arco de adhesión y concentrar el voto opositor. Quienes conocen el vínculo entre los hermanos, repiten que Karina actúa demasiadas veces como jefe. El presidente la llama en forma permanente para consultarle sobre distintos temas. En medio de la purga de la semana, la gran hermana también se dedica a la campaña. En un esquema de decisiones hipercerrado, Karina quiere ser candidata, pero mide mal. El que concentra el poder no siempre tiene los votos.