La carga de datos anunciada por el ministro del Interior, Eduardo "Wado" de Pedro, resultó un baldazo de agua fría en el búnker del Frente de Todos. Hasta unos minutos antes de los números oficiales, los voceros hablaban con detalle de bocas de urna que arrojaban triunfos en los lugares habituales y aceptables derrotas en territorios hostiles. Nada que ver. Pocas veces tanta distancia entre los sondeos -incluso los de la oposición- y la realidad. Los datos fueron un golpe durísimo para el Gobierno que, pasada la medianoche, funcionarios y dirigentes buscaban asimilar en los sillones del Complejo C en conversaciones en voz baja. Una de las conclusiones eran que se debía ir sin demoras en busca de los votantes desencantados que quedaron en el camino.
El presidente Alberto Fernández llegó al búnker pasadas las 22.30. Había estado en Olivos siguiendo el recuento de datos con el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero. Las primeras señales de alarma llegaron desde algunas provincias en donde se ganaba pero con porcentajes menores a los habituales -como Formosa o San Juan- o directamente se perdía en forma inesperada -como La Pampa o Chaco-. Los votos de los municipios de la Primera y de la Tercera Sección Electoral del Conurbano que se suponía que iban a funcionar como el sostén de la victoria nacional nunca terminaban de llegar.
El clima confiado y sonriente que reinaba en el comando se transformó en cuestión de unos minutos en preocupación y silencio. Los festejos exagerados del búnker del oficialismo en La Plata que todavía repetían algunas pantallas quedaba como una imagen sacada de todo contexto. El escenario montado sobre Corrientes y Dorrego, donde desde media tarde habían empezado a concentrar pequeños grupos de militantes con la expectativa de saludar a los referentes y conseguir un buen lugar para presenciar el acto, quedaría sin uso. La decisión de Fernández fue hablar dentro del comando frente a los cientos de candidatos, dirigentes e invitados especiales. El mensaje, coincidían luego, había sido el correcto. La "escucha" del voto tenía que ser el principal concepto. Pero también la arenga de que a partir del lunes se iba a trabajar para revertir la situación y ganar el comicio en noviembre.
Un funcionario hablaba de la necesidad de atender el mensaje dada la magnitud y la extensión de la derrota. "Una cosa es perder donde imaginábamos como Córdoba, Mendoza y hasta Santa Fe. Pero perder en Chaco, La Pampa y por la diferencia que se perdió en Entre Ríos, está hablando de algo muy extendido y a lo que hay que prestarle atención. Indudablemente el enojo y la decepción es enorme", respondía a la consulta. El análisis sobre la elección en la provincia de Buenos Aires merecía un repaso en detalle. Por ejemplo, las derrotas en varios municipios gobernados por el Frente de Todos como Quilmes, San Martín, Tigre o Ituzaingó. Realmente inesperado. "Nos faltó escuchar y nos faltó gestión", resumía el funcionario.
Terminado el discurso, Fernández y Cafiero se fueron juntos. Cristina Kirchner también partió. Sergio Massa, Axel Kicillof, Máximo Kirchner, Gabriel Katopodis y Juan Zabaleta se quedaron conversando, haciendo un primer análisis de lo ocurrido y de cuáles debían ser los pasos a seguir. "Hay que ir a buscar a los que no fueron a votar porque son nuestros", fue una de las lecturas. Por ejemplo, en la provincia de Buenos Aires la participación en las presidenciales del 2019 fue del 82% del padrón y el domingo votó poco más del 68%. Calculaban que podrían sumarse más de dos millones de electores en noviembre. Por cierto, las encuestas, si es que acertaron en algo, fue en advertir esto. Un sondeo en las horas previas a la elección había adelantado que los considerados oficialistas "blandos" -aquellos que no son simpatizantes pero votaron al Frente de Todos hace dos años- eran los que menos ganas de ir a votar tenían.
Los candidatos e invitados se fueron dispersando a través de la salida lateral sobre calle Leiva. "Claramente fue a votar un porcentaje menor al que esperábamos, así que vamos a trabajar para que la gente vaya a votar y resolver sus problemas. A partir de mañana hay un equipo que va a trabajar para resolver parte de ese mensaje", declaró Victoria Tolosa Paz, una de las pocas que se detuvo a hablar. En rápida salida, ministros y funcionarios sólo repetían aquello de "escuchar" la elección. Lo que quedaba por resolver era cómo se interpretaba esa escucha. En principio, este lunes a las 11.30, el Presidente encabezará su primer acto post electoral junto al ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas, en el Museo del Bicentenario para relanzar el plan "compre argentino".