La estrategia global de China detrás del apoyo a Argentina en la previa electoral

Por qué Beijing dio un respaldo contundente al Estado argentino, tras la victoria de Javier Milei en las PASO. Qué acuerdos se trae de vuelta Alberto y cómo se inscriben en los planes de la potencia asiática.

19 de octubre, 2023 | 00.05

En cuatro días, la delegación encabezada por el presidente Alberto Fernández dio el primer paso oficial para ingresar al banco de desarrollo de los Brics, escuchó de primera mano la intención de varios empresarios chinos de ampliar sus inversiones en materia energética en el país, el compromiso del Gobierno de Xi Jinping de avanzar en nueve obras de infraestructura financiadas en el marco de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y consiguió la apertura de mercados claves del sector agrícola (trigo, lana, menudencias y subproductos bovinos y en breve se espera el aviar), además del anuncio más esperado: activar el segundo tramo del swap por 6.500 millones dólares, que estarán disponibles en "solo unos días" y para usar sin condiciones, por ejemplo, para enfrentar cualquier futura presión cambiaria en los días posteriores a las elecciones 2023. A solo unos días de esos comicios, ni Xi ni Alberto quisieron hablar de Javier Milei y su amenaza de terminar toda relación con el gigante asiático, pero el gesto fue más que claro. 

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Esta lectura no tiene en cuenta solo el contexto argentino. La visita de Alberto se dio en el marco del Tercer Foro de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, la política más importante y ambiciosa del Gobierno de Xi para expandir su poder e influencia en un mundo, en el que la pulseada con Estados Unidos y la pérdida de poder relativo de Washington en estas últimas décadas -especialmente en el campo comercial y económico- se volvieron ya evidentes. Esta semana, el presidente chino celebró la primera década de su iniciativa global con una gran cumbre con sus aliados y Argentina fue sin dudas la cara más visible de América Latina, pese a que el chileno Gabriel Boric, por ejemplo, también se hizo presente. 

Alberto fue uno de los siete oradores del inicio del foro el miércoles, que incluyeron a Xi, el ruso Vladimir Putin, un par de representantes asiáticos -la región donde los planes chinos están más avanzados-, el etíope Abiy Ahmed en representación de África y el secretario general de la ONU, António Guterres. No hubo discursos de confrontación explícitos con Estados Unidos ni denunciando la creciente polarización y belicosidad en las relaciones internacionales, pero la curaduría fue clara: ratificar la alianza con Rusia, empoderada por la lluvia de sanciones políticas y económicas de las potencias occidentales en represalia de la guerra en Ucraniala consolidación de gran parte de Asia como zona de influencia de Beijing, la expansión de esta política de integración a través de los Brics con la presencia de dos de sus futuros miembros -Argentina y Etopía- y la participación del actor que, aunque de manera muchas veces simbólica, defiende la idea de un mundo de cooperación y no unipolar: Naciones Unidas.  

La visita del Gobierno argentino demostró como nunca la integralidad de la estrategia de China y cómo fueron cambiando y ampliándose los objetivos iniciales de la Iniciativa de la Franja y la Ruta en 2013, es decir, la construcción de cadenas de producción globales propias para evitar que Estados Unidos o sus aliados puedan entorpecer la provisión de la economía china en una eventual escalada diplomática como luego sucedió con la declaración de guerra comercial del ahora ex presidente y favorito para volver a la Casa Blanca en 2024, Donald Trump.

China ya no ve su proyecto de integración solo de la mano de rutas, puertos, vías férreas y represas; sino también de garantizarse ser operador o proveedor de la última tecnología en telecomunicaciones, de la infraestructura que los países necesitan para atravesar con éxito la transición energética e, incluso, para agregar valor a los recursos naturales en sus propios territorios. En otras palabras, su objetivo ya no es garantizarse solamente la fuente de recursos para su economía, sino ser socio necesario en el desarrollo de las economías del resto del mundo, con una mirada especial puesta en los sectores que tanto Beijing como Washington reconocen como estratégicos para el futuro. 

Pero este objetivo enfrentará la resistencia cada vez más explícita y virulenta de Estados Unidos. Ya sucede, por ejemplo, con el 5G y recursos naturales como el litio. Por eso, esta semana también quedó claro que China busca comenzar a competirle el liderazgo mundial a Washington en otro frente, uno en el que aún la potencia norteamericana sigue siendo dominante: el sistema financiero. 

Como dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en el inicio del foro en Beijing, existe un serio problema de endeudamiento entre los países en vías de desarrollo y "la arquitectura financiera global" -que no es otra que la construida por Estados Unidos tras la Segunda Guerra Mundial con organismos de crédito como el FMI y el Banco Mundial a la cabeza- no está respondiendo a este problema"Sin infraestructura no puede haber desarrollo y sin inversión hay países que no pueden tener la infraestructura que tanto necesitan", afirmó para luego celebrar la creación de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y el multimillonario fondo de inversiones que ha desplegado en esta primera década. 

El avance del Nuevo Banco de Desarrollo de los Brics -el bloque que lidera China, pero también incluye a las potencias regionales de India, Brasil, Rusia y Sudáfrica- es otra herramienta en esta pulseada con Estados Unidos y su arquitectura financiera internacional. Por eso, en sus objetivos planteados para el período 2022-2027, la institución liderada ahora por la ex presidenta brasileña Dilma Rousseff se plantea ampliar el monto de los créditos otorgados en monedas extranjeras.

Esta decisión va en línea con los repetidos pedidos de Beijing pero también de otras potencias de los Brics de comerciar más con sus propias monedas y depender menos del dólar. Por eso tiene sentido que entre los seis países invitados a sumarse al bloque a principio del año próximo haya cuatro que atraviesan problemas económicos por falta de dólares y renegociaciones con el FMI, entre ellos Argentina. 

El rol de Argentina en la estrategia global de China

Varias veces durante su visita, Alberto hizo énfasis en la ayuda constante y crucial que ofreció el Gobierno de China a Argentina en los momentos más difíciles de los últimos años. Por supuesto, el buen vínculo no nació con el actual Gobierno argentino, pero sin dudas tomó una nueva velocidad en este mandato. Como afirmó el propio presidente, Beijing "socorrió" al país "cuando el FMI puso en jaque" al Ejecutivo, le dio ayuda para cumplir con los compromisos y seguir negociando con el Fondo cuando -sostuvo Alberto- el organismo de crédito con sede en Washington "asfixiaba" al Estado argentino.

Primero aprobó el swap para garantizar el flujo de las importaciones chinas, no tocar los dólares y alcanzar la meta de reservas reclamada por el Fondo, pero luego ofreció que una parte fuera de libre disponibilidad para que el Gobierno pudiera responder a las presiones cambiarias y evitar que se genere un clima político de desestabilización. Asimismo, esta ayuda abrió el camino a que Argentina se convirtiera en el primer país en pagar al Fondo con yuanes, un hito que no pasó desapercibido en Beijing, donde hace años que pujan por ganar posiciones en la arquitectura internacional -financiera, política y comercial- creada por Estados Unidos.

Ahora, a solo días de una primera vuelta en la que es muy posible que Milei vuelva a quedar primero, China le amplió a Argentina el swap por un monto mayor al que pedía el Ejecutivo de Fernández y con libre disponibilidad para enfrentar posibles nuevas presiones en el mercado cambiario, al tiempo que se comprometió a continuar avanzando con una larga lista de proyectos y obras de infraestructura para los próximos años. 

Los analistas que miran esta relación bilateral suelen decir que Argentina tiene lo que China necesita. Hace 10 años, esto hubiera significado recursos naturales. Pero ahora también incluye los aspectos más negativos de la crisis actual. Sí, Beijing está interesado en explotar y agregar valor al litio, cobre y otros minerales, pero también ve en el país un ejemplo de nación de ingresos medios, con capacidad de desarrollo económico y un historial muy negativo con las políticas neoliberales impulsadas por Estados Unidos y el Fondo, que no puede salir de su crisis económica porque está ahogada por la deuda externa y la falta de liquidez de divisas. 

Esta es una lectura posible para entender por qué se invitó a Argentina a sumarse a los Brics y no a otro país sin estos problemas económicos estructurales, o porque el bloque también se abrió al segundo mayor deudor del Fondo, que también tiene una historia complicada con las políticas neoliberales impulsadas por Washington: Egipto. En ambos casos, estos países supieron ser en otra época los mejores alumnos del manual neoliberal de la Casa Blanca. 

En paralelo, esta lectura sirve para pensar porque la delegación argentina se fue tan optimista de la reunión con Rousseff en la sede del banco de los Brics en Shanghai, luego de presentar el pedido oficial para convertirse en miembro. Este proceso requerirá un esfuerzo del Estado argentino para aportar el capital accionario que se acuerde cuando el directorio dé la luz verde y empiecen las negociaciones, pero a mediano y largo plazo podría abrir una fuente de créditos sin condiciones políticas y con tasas favorables, como hoy no existe para el país.