El taller, ubicado en La Matanza, provincia de Buenos Aires, funcionaba bajo el sistema de "
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En el inmueble coexistían el taller de costura y confección, un sector de estampado que no contaba con las condiciones de salubridad necesarias para la utilización de los químicos y, en un local lindero, se encontraban las áreas de planchado y embalaje de las prendas. Las empleadas relevadas manifestaron que su jornada laboral duraba entre 7 y 20 horas y que, además, limpiaban los baños y el taller, tarea que no les era remunerada.
Este hallazgo dio lugar a la denuncia ante el Juzgado Federal N° 2 de Morón, a cargo de Jorge Rodríguez, quien ordenó el allanamiento del predio y convocó a la Oficina de Rescate y Acompañamiento a las Personas Damnificadas por el Delito de Trata, a la vez que informó a la Dirección Nacional de Migraciones, a los efectos de constatar la posible comisión del delito de trata.
Como resultado del operativo de la AFIP, se detuvieron a 2 personas de nacionalidad boliviana: el titular del taller y su hermano, y se secuestraron las prendas y la documentación que comprobaría el vínculo comercial con las firmas "Grisino" (Creskotec S.A.) y "Bross" (Mejlef).
Cabe destacar que el taller confeccionaba 15.000 prendas mensuales para Crescotek que factura anualmente $ 300 millones, y 3.000 remeras para Melfej que factura $ 80 millones. "La ganancia era más que considerable, puesto que mientras Grisino abonaba al taller $13 por una remera, la vendía luego al público a $189", se reflexionó desde el ente recaudador.