La imagen de un padre metiendo a su hija dentro de un contenedor para sacar comida de la basura conmovió a tres comerciantes tucumanos. A partir de ese momento, Fernando Ríos y otros dueños de casas de comida en el Jardín de la República, decidieron crear la primera heladera social de Argentina.
En uno de los locales donde funcionan una verdulería y un restaurant vegetariano, sacaron una heladera a la calle con sobrantes de comida que los clientes no tocaron y los pusieron a disposición de los que más lo necesitan. De esta manera, no solo ayudan a quienes no tienen con qué alimentarse, sino que tiran menos desperdicios.
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"Retira libremente solo lo que necesites", reza el cartel de la heladera social tucumana.
La heladera no solo se carga con los alimentos que los empresarios gastronómicos disponen, sino que empezó a recibir aportes de vecinos y otros comerciantes de todo el barrio.
"Somos dueños de tres negocios gastronómicos y siempre nos preguntábamos qué hacer con el excedente de comida que tirábamos", explicó Luis Pondal, uno de los creadores de la iniciativa solidaria "Heladera social".
El empresario contó que decidieron separar los excedentes de comida en porciones, clasificarlos y ponerlos dentro de la heladera "para que cualquiera que pase la pueda sacar".