En una cárcel del este de Kosovo se está planeando retirar a todos los reclusos nacionales y abrir el espacio a presos extranjeros que serán trasladados por vía aérea desde Dinamarca, a más de 2.000 kilómetros de distancia.
Se espera que Dinamarca envíe 300 reclusos al país balcánico, una novedad para Kosovo y una medida muy criticada por los expertos daneses en derechos humanos.
El servicio penitenciario de Kosovo reconstruirá la cárcel de Gjilan durante los próximos dos años para adaptarla a las normas danesas antes de recibir a los reclusos de países no pertenecientes a la Unión Europea, que debían ser deportados desde Dinamarca una vez cumplidas sus condenas.
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La cárcel, de ocho años de antigüedad, no suscita en sí misma problemas de derechos humanos, pero sí la decisión de alojar a los reclusos en Kosovo, afirmó Therese Rytter, directora jurídica de Dignity, organización danesa de derechos humanos.
"Ha habido denuncias creíbles de abusos en el pasado", dijo Rytter. "Eso no significa que vaya a ocurrir (en Kosovo), pero sin duda hay un mayor riesgo en comparación con si hubieran estado en una prisión danesa", dijo.
El Departamento de Estado de Estados Unidos señaló en su informe sobre el país de 2023 que, aunque las prisiones de Kosovo cumplían algunas normas internacionales, persistían la violencia entre los presos, la corrupción y el tratamiento inadecuado de los reclusos con discapacidad mental.
El Comité de la ONU contra la Tortura señaló en un informe de diciembre de 2023 que le preocupaba el acceso de los reclusos a la atención médica y a las visitas familiares.
El Parlamento de Kosovo aprobó el jueves pasado el acuerdo, que según Dinamarca, un rico país nórdico, le ayudará a hacer frente al hacinamiento en las cárceles y a la escasez de guardias penitenciarios.
A cambio, Kosovo, uno de los países más pobres de Europa, recibirá 210 millones de euros (228 millones de dólares) en los próximos 10 años.
Ninguna persona condenada por terrorismo o a cadena perpetua será trasladada a Gjilan, según el Ministerio de Justicia danés e Ismail Dibrani, jefe de prisiones de Kosovo.
"Los individuos que llegarán son fácilmente manejables desde nuestro sistema", dijo Dibrani.
No se confirmó el sexo de los reclusos.
Un director de prisiones danés codirigirá las instalaciones con un director local, mientras que todos los guardias serán locales.
Los guardias penitenciarios kosovares recibirán formación de las autoridades danesas para garantizar que el trato a los reclusos cumple las normas danesas e internacionales de derechos humanos, según el Ministerio de Justicia danés.
Pero los expertos daneses en derechos humanos no están convencidos.
"Un curso de dos meses no cambia el comportamiento", dijo Rytter.
Rinor Behluli, que vive cerca de la prisión, en el pueblo de Pasjak, dijo que no le importa de dónde vengan los presos.
"Sean de Dinamarca, Inglaterra o cualquier otro lugar, son personas encarceladas", afirmó.
Está previsto que los primeros reclusos sean trasladados entre 21 y 25 meses después de que comience la reconstrucción de la prisión, que se espera para dentro de unas semanas, según el Ministerio de Justicia danés.
Con información de Reuters