(Por B.LL.) Ignorado por la academia y marginado en su tiempo por no aceptar las ideas que se intentaban imponer desde Europa, Günter Rodolfo Kusch (1922-1979) fue un filósofo, antropólogo y dramaturgo argentino que dedicó su vida a investigar y a difundir los valores del pensamiento popular e indígena americano.
La esencia de su línea de pensamiento radica en el hecho que, si se estudia con categorías alejadas de la propia realidad, se produce una dominación cultural que impide la necesaria emancipación de los pueblos.
Para combatir esa lógica, Kusch se instaló en la puna argentina con su esposa y dos "armas" fundamentales: un grabador y una cámara de fotos.
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Con estas herramientas se dedicó a escuchar al pueblo, dejando registro del riquísimo bagaje cultural que podía expresar desde la dueña de una farmacia, hasta un tejedor o un anónimo arriero. Es que para Kusch no se podía hacer filosofía sin ubicarla en un determinado entorno.
Asimismo, marcó una diferencia fundamental entre el "ser" y el "estar", aclarando que la experiencia del ser se refiere a la Europa del siglo XVI; mientras que la del estar, a las culturas precolombinas. Kusch planteó que alejarse de la naturaleza era una forma de destruirla.
Desde su mirada, la filosofía americana sólo podía surgir a partir de un sujeto cultural americano. En virtud de este razonamiento, pensaba que en América no se podía tener una filosofía genuina, ya que la misma había nacido en otro ámbito cultural.
Por eso, planteaba que era fundamental avanzar hacia esa cultura americana que se expresaba en el pueblo, para de esta manera poder plasmar una filosofía auténtica.
"Parto de la tesis de que la pregunta por el pensamiento popular encubre la posibilidad de un pensar propio", solía explicar "el filósofo que captó lo que es un pueblo", tal como lo definió el Papa Francisco.
Entre sus libros se destacan "América Profunda", "El pensamiento indígena y popular en América", "Geocultura del hombre americano" y "Esbozo de una antropología filosófica americana". Asimismo, cultivó la dramaturgia con obras como "La muerte del Chacho" y "Cafetín".
Con información de Télam