Manifestantes kenianos prometieron el miércoles continuar sus protestas contra los nuevos aumentos de impuestos, un día después de que violentos enfrentamientos fuera del Parlamento y a lo largo del país dejaran al menos 23 muertos y decenas de heridos.
Mientras policías fuertemente armados patrullaban el miércoles las calles de la capital, Nairobi, los partidarios del movimiento de protesta, que llevan una semana, acudieron a la red social X usando el hashtag #tutanethursday o "nos vemos el jueves" en una mezcla de swahili e inglés.
Un estallido de ira en las redes sociales por los aumentos de impuestos se ha convertido en un movimiento de protesta a nivel nacional que exige una reforma política, en la crisis más grave de los dos años de gestión del presidente William Ruto.
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La policía abrió fuego contra una multitud que se agolpaba alrededor del Parlamento el martes y luego irrumpió en el recinto de la asamblea, minutos después de que los legisladores votaran a favor de las polémicas medidas fiscales.
El periódico The Nation documentó protestas en al menos 35 de los 47 condados de Kenia, desde grandes ciudades hasta zonas rurales, incluso en la ciudad natal de Ruto, Eldoret, en su corazón étnico Kalenjin.
Al menos 23 personas murieron en Kenia y otras 30 estaban siendo tratadas por heridas de bala, dijo el miércoles la Asociación Médica de Kenia.
En la capital, la principal morgue pública recibió los cuerpos de seis personas muertas en las protestas del martes, dijo a Reuters un oficial de policía apostado allí. Otros dos cadáveres y 160 personas con heridas llegaron al Hospital Nacional Kenyatta, dijeron dos funcionarios de salud.
Muchos usuarios de las redes sociales se centraron en el discurso de Ruto después de los enfrentamientos, en el que dijo que el ataque al Parlamento fue obra de "criminales que se hacen pasar por manifestantes pacíficos".
Publicaciones en las redes sociales instaron a la población a ocupar la Casa del Gobierno, la oficina y la residencia del presidente el jueves y las oficinas locales del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI) el viernes, aunque no quedó inmediatamente claro si las convocatorias provinieron de individuos o de un movimiento más amplio.
Con información de Reuters
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