Muchos países de América Latina salen lentamente de las cuarentenas por coronavirus y las escuelas reabren de a poco sus puertas, pero la situación laboral sigue luciendo complicada para muchas mujeres que deben ocuparse de tareas de cuidado o trabajan en sectores muy golpeados por la pandemia.
Un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) sostiene que las consecuencias de la pandemia exacerbaron las desigualdades de género preexistentes en el mercado laboral y podrían retrasar la participación de las mujeres en la fuerza de trabajo en América Latina por 10 años.
Si bien la región había logrado mejoras en los resultados del mercado laboral en las últimas décadas, el COVID-19 ha puesto en riesgo parte de ese progreso, indicó el estudio que evalúa cómo será el regreso de las mujeres al trabajo.
"La pandemia implicó no solamente el choque económico sino el hecho de que las escuelas cerraran. Una vez que las escuelas cierran, la demanda por el cuidado en el hogar se incrementa. Y la pregunta es quién atiende esa demanda", explicó Luis Felipe López-Calva, director para América Latina y el Caribe del PNUD.
"Estamos viendo que de manera desproporcionada esa demanda está siendo atendida por mujeres", agregó en una entrevista por Zoom.
Bárbara Temperley, una licenciada en administración de empresas de Buenos Aires separada y con dos hijos de 9 y 12 años, buscó un empleo en relación de dependencia durante la pandemia, un proceso que parece haber dado resultado tras postularse a más de 80 empleos.
"No fue fácil buscar trabajo en pandemia. Me he puesto a pensar si no tiene que ver con que tal vez las empresas hayan orientado sus búsquedas hacia hombres y no mujeres justamente por las tareas de cuidado", dijo Temperley, de 42 años, quien debe planear una nueva organización familiar ya que trabajará nueve horas diarias.
"No se volvió a como estábamos antes de la pandemia. Es lo que llaman 'la nueva normalidad'", agregó Temperley sobre aspectos como la falta del transporte escolar de sus hijos y la menor asistencia de una empleada que la ayudaba en su casa.
Sectores más afectados
La situación laboral también se complicó para muchas mujeres de la región que trabajaban en áreas como la educación, el turismo y el servicio doméstico, especialmente golpeadas desde la llegada del COVID-19, según el informe.
Rosa manejaba un transporte escolar en Paraguay antes del inicio de la pandemia, pero se quedó sin trabajo cuando las escuelas cerraron las puertas para prevenir los contagios.
"Todo cambió con la pandemia. Tenía mi transporte y seguí haciéndolo hasta que no hubo más clases. Me quedé en casa con mis chicos, que tienen todos los días clases virtuales, y ahora dependemos del trabajo de mi marido", dijo Rosa Maidana, una mujer paraguaya de 45 años, madre de tres niños, que contó que hasta febrero no tendrán escuela presencial.
El informe del PNUD hace una distinción entre las mujeres con hijos de hogares monoparentales, que son quienes están reincorporándose más rápido al mercado laboral por no contar con otro ingreso, y quienes viven en hogares biparentales, en los que hubo una disminución de su participación laboral por haber tenido que ocuparse más de las tareas de cuidado.
Rosa Navarro, una chilena de 52 años con siete hijos grandes, tiene una empresa de organización de eventos en Santiago que empleaba a más de 20 personas antes de la pandemia, pero las restricciones a las reuniones la obligaron a reinventarse vendiendo desayunos y comidas.
"No había opción de no trabajar, había que hacer algo. Tuve que liberar a la gente que trabajaba conmigo para que también se reinventaran", dijo Navarro a Reuters por teléfono desde Santiago. "Yo soy sola, no tengo un marido que me ayude. Mis hijos me dan una mano, pero nos vimos muy afectados", agregó.
"Fue difícil porque en 2019 y 2020 teníamos agendados muchos eventos y todos se tuvieron que reagendar. Estuve casi un año y medio sin brindar ningún evento. Recién este sábado pude hacer uno que estaba agendado el año pasado", contó sobre una fiesta de casamiento.
Según el PNUD, en Latinoamérica, donde sólo el 40% de las mujeres participa en el mercado laboral, el 39% de los hogares están encabezados por una mujer y el 26% son hogares monoparentales donde el jefe es una mujer. El estudio fue hecho en base a encuestas de hogares de Argentina, Bolivia, Chile, México, Paraguay y Uruguay.
"Hay que regresar a la presencialidad en las escuelas (...)hay que invertir mucho más en servicios de cuidado para facilitar la participación laboral de las mujeres", concluyó López-Calva, del PNUD.
Con información de Reuters