El sector agropecuario atraviesa un cóctel explosivo de factores externos e internos que arrasa con sus ganancias, aunque recién en los últimos días, de la mano del segmento más concentrado de la actividad, empiezan a hacerse oír. La cucarda al pedido se la puso la emblemática Mesa de Enlace, un grupo de enlace del agro para presionar a los gobiernos con sus necesidades, que pidió una entrevista con el ministro de Economía, Luis Caputo, para discutir la situación de los productores. Este fin de semana circuló además un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR) en el que se destaca que el agro volverá a sostener las cuentas públicas este año, con un aporte estimado en derechos de exportación (retenciones) de 8.386 millones de dólares, pese a que la cosecha no será significativamente más abultada que la de 2024 y los precios continuarán con tendencia bajista.
Por lo pronto, los tractores siguen guardados en los galpones dentro de los campos. No hay lugar para medidas de fuerza en un contexto de empobrecimiento acelerado de la población y frente al “fantasma” que representa para para la oligarquía agropecuaria la posibilidad de que vuelva el kirchnerismo. Sin embargo, los ánimos se van caldeando y la falta de respuesta calienta la interna con el equipo económico de La Libertad Avanza.
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Dólar atrasado, aumento de los insumos, retenciones sin modificar y caída de precios internacionales se alinearon en una tormenta perfecta para el agro. Al sector nunca le llegó la eliminación de las retenciones que prometió Javier Milei en campaña, una situación que mantiene el acuartelamiento de los productores. La apreciación de la moneda les generó un incremento adicional de los costos, medidos en dólares, que hace en muchos casos poco redituable la actividad. Incluso, para el pequeño productor que no cuenta con campo propio la rentabilidad es negativa. Con la baja de la brecha cambiaria, los productores no tienen incentivo de liquidar y eso mantiene en tensión las reservas en el Banco Central.
Actualmente, el dólar exportador (‘blend’) que recibe el exportador de granos se compone de un 80 por ciento por tipo de cambio oficial (1066 pesos) y un 20 por ciento del costo del contado con liquidación (1189 pesos). El resultado es de 1070 pesos por dólar, para el exportador, muy cerca del oficial, debido a la reducción de la brecha cambiaria y a un tipo de cambio muy apreciado. Con todo esto la Mesa de Enlace pidió reunirse con Caputo. El ministro, quien aún no se reunió con el sector, publicó el fin de semana un posteo en la red “X” asegurando que el encuentro con el sector agropecuario será a la vuelta de Estados Unidos, en donde participó de la asunción de Donald Trump a la Presidencia.
La semilla de la discordia
El sector agropecuario descarta una devaluación antes de las elecciones de medio término, por el impacto inevitable que habrá en precios. Es por eso que se enfocan en mejorar sus ingresos vía una reducción de impuestos. Un informe de la Fundación Agropecuaria para el Desarrollo de Argentina (FADA) da cuenta que “la medición de diciembre 2024 marca una participación de los impuestos sobre la renta agrícola del 64,3 por ciento para el promedio ponderado de los cultivos de soja, maíz, trigo y girasol”. “Es decir, que de cada 100 pesos de renta (valor de la producción menos costos) que genera una hectárea agrícola, 64,3 pesos es lo que representan los distintos impuestos nacionales, provinciales y municipales”, agrega el informe de la entidad agropecuaria.
Con una recuperación productiva en la última campaña 2023/24, se estima que el monto tributado en concepto de Derechos de Exportación al Estado Nacional durante el año calendario 2024 de parte de las seis principales cadenas de granos se ubicó en 5.350 millones de dólares (tomando en cuenta soja, maíz, trigo, girasol, cebada y sorgo). “El aporte se encuentra un 75 por ciento por encima de 2023 (3.070 millones de dólares), y representó el 80 por ciento del total recaudado por derechos de exportación en 2024. Para 2025 se proyecta que el aporte pueda alcanzar 8.386 millones de dólares”, señala el último informe de la Bolsa de Rosario que comenzó a circular el viernes por los grupos de Whatsapp de los empresarios agropecuarios.
Si se calcula en pesos corrientes, la recaudación estimada del año que finaliza alcanza 4,88 billones de pesos considerando el tipo de cambio utilizado para liquidar los derechos de exportación correspondiente a cada producto durante el año. Si bien la recaudación por se recompuso con relación al año previo –cuando se registró una de las peores sequías en el país de los últimos años—, el número quedó por debajo de 2021 y 2022.
“Este fenómeno se explica por una serie de motivos. En primer lugar, por la caída en los precios internacionales, que reducen directamente la base imponible. En segundo lugar, la dinámica comercial, puesto que en el 2024 ocurrieron dos factores determinantes: por un lado, buena parte de las DJVE de la actual campaña se declararon anticipadamente en 2023, por lo que tributaron DEX el año pasado a pesar de exportarse este año; y por el otro, este año el anote de DJVE anticipadas para la campaña próxima estuvo bastante por debajo del promedio de los últimos años, lo cual también redujo el aporte”, explican los autores del informe de la BCA.
Estimaciones de precios y retenciones
El complejo soja representó 4.319 millones de dólares, incluyendo el pago de derechos de exportación por ventas externas de poroto, harina y aceite de soja, así como también el pago de DEX por las exportaciones de subproductos obtenidos de poroto importado. En segundo lugar, con un aporte de 567 millones de dólares en DEX, se ubica el complejo maicero. El tercero es el complejo trigo, con un aporte estimado de 243 millones de dólares. A continuación, se ubicaron los complejos de cebada, girasol y sorgo, con aportes que rondaron los 135, 60 y 25 millones de dólares, respectivamente.
Para este año se prevé un aumento de casi 50 por ciento respecto del monto recaudado en el 2024, a pesar de que no habrá mejores sustanciales en la cosecha y las cotizaciones de los granos mantienen su tendencia negativa.
En Argentina, según estimaciones de la Secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación (SAGyP) ya se encuentra prácticamente finalizada la siembra de las 18 millones de hectáreas estimadas para la campaña de soja 2024/25. Mientras que, según la Bolsa de Cereales de Buenos Aires, el 87 por ciento de lo implantado presenta una condición de cultivo Normal/Buena, presentando una caída del 4 por ciento en la condición hídrica Adecuada/Óptima debido a la falta de precipitaciones. Por lo tanto, se requerirá la llegada de las lluvias para evitar pérdidas en los rindes.
MÁS INFO
En cuanto a la cotización de la oleaginosa en el mercado local continúa su tendencia bajista, el precio promedio en lo que va de enero se posiciona en 279 dólares la tonelada, el menor valor de los últimos nueve meses. Si se lo compara con lo observado en enero de 2024 (331 dólares) la caída interanual asciende al 16 por ciento. Mientras que, en el mercado de Chicago se viene observando una tendencia bajista en los precios de los últimos meses, aunque, luego del nuevo recorte en la producción mundial, genero un soporte en los precios, ubicándose en 372 dólares (3 por ciento por encima al precio promedio del mes anterior).
La Bolsa rosarina estimó una caída en la producción de maíz, la cual ahora se proyectaría en 48 millones de toneladas, cuatro millones menos que la estimación anterior. Esto se debería a falta de lluvias, que se vieron interrumpidas luego de la segunda quincena de diciembre, momento crítico en la definición de rendimientos. El precio del maíz disponible en Rosario para el mes de enero es de 190 dólares por tonelada, por lo que no presentó variaciones interanualmente. Mientras que en Chicago, el cereal cotiza a 183 dólares por tonelada, un 3 por ciento por encima del valor en enero de 2024.