El Banco Central Europeo (BCE) generó hoy sorpresa en el mercado al retirar antes de lo previsto su programa de compra de bonos establecido durante la pandemia, en un contexto de alta inflación e incertidumbre debido a la guerra entre Rusia y Ucrania.
Como consecuencia de sus "nuevas evaluaciones", la entidad monetaria decidió desacelerar antes de lo previsto su programa de compra de activos dirigido a estimular la economía europea luego de la crisis generada por el coronavirus.
El programa especial de estímulos (denominado PEPP, por sus siglas en inglés) totalizaba compras por 60.000 millones de euros mensuales, las cuales comenzaron a reducirse a fines del año pasado de forma progresiva hasta finalizar en el actual mes de marzo.
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Sin embargo, la Unión Europea (UE) había decidido compensar dicha reducción incrementando el monto de su programa de estímulos convencional (APP) de 20.000 millones de euros mensuales a 40.000 millones.
A través de estos programas de expansión monetaria, el BCE adquiere distintas clase de activos (como deuda publica o bonos corporativos) para influir en el crecimiento económico y regular la inflación.
Por ejemplo, cuando el BCE compra activos del sector privado vinculados con los préstamos, esto hace que sus precios suban y anima a los bancos a conceder más créditos a las empresas y los hogares, además de enviar al mercado señales de que mantendrá las tasas de interés en niveles bajos, reduciendo la volatilidad.
Pese a que inicialmente se mantendría el APP en 40.000 millones de euros para recién retomar el monto de 20.000 millones en octubre de este año, el BCE decidió reducir la suma a 30.000 millones en mayo y 20.000 millones en junio, cuatro meses antes de lo estipulado, dejando incluso las puertas abiertas a finalizarlo durante el tercer trimestre si "no se debilitan las expectativas de inflación".
Respecto de las tasas de interés, la entidad liderada por Christine Lagarde decidió mantenerlas sin modificación en 0% para las operaciones principales de financiación, 0,25% para la facilidad marginal de crédito y -0,50% para facilidad de deposito.
Sin embargo, la decisión de finalizar la compra de activos antes de tiempo abre la posibilidad de que se adelante también la suba en las tasas, aunque el BCE señaló que cualquier tipo de aumento ocurriría "un tiempo después" del final del programa y sería "gradual".
Las medidas tomadas por el BCE indicarían que la entidad ahora está más preocupada por la inflación que por el debilitamiento del crecimiento económico generado por la invasión en Ucrania, según la agencia Bloomberg.
La inflación alcanzó un récord de 5,8% en febrero en la Eurozona y se espera que se incremente aún más por la suba de precios de las commodities, especialmente del gas y el petróleo.
En ese sentido, el banco Goldman Sachs señaló hoy que la inflación escalaría al 8% en el segundo trimestre, periodo en el cual la economía europea retrocedería.
Sin embargo, Lagarde intentó minimizar la persistencia de la suba de precios.
"El Consejo de Gobernadores cree que es muy posible que la inflación se estabilice de nuevo en su meta del 2% a mediano plazo", sostuvo la ex gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI) en una conferencia de prensa en la sede de Fráncfort.
Según las nuevas previsiones del BCE, la inflación para este año promediará el 5,1% anual (frente al 3,2% previsto anteriormente) para luego caer en 2023 a 2,1% y luego, en 2024, al 1,9%.
Asimismo, redujo en 0,5% su previsión de crecimiento del Producto Bruto Interno de la Eurozona de 4,2% a 3,7%.
"Todavía se espera que la economía de la Eurozona crezca con fuerza en 2022, pero a un ritmo más lento de lo que se esperaba antes de que empezara la guerra", manifestó Lagarde.
La decisión de retirar los estímulos antes de lo esperado tomó por sorpresa a los economistas y al mercado, que esperaban que la entidad se tome un tiempo para evaluar el impacto que tendrá la guerra.
Respecto del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, Lagarde consideró que "tendrá un impacto material en la actividad económica y la inflación a través de alzas en los precios de la energía y los commodities; la disrupción del comercio internacional y un debilitamiento de la confianza".
Con información de Télam