La historia de José Romero, el mozo más antiguo del lujoso bar The New Brighton

En el distinguido local del bar The New Brighton, funcionó, durante buena parte del siglo XX, una prestigiosa boutique inglesa y luego el reconocido restaurante Clark's, que fue furor a fines de la década del ’70.

20 de agosto, 2023 | 00.05

“Tengo clientes que me siguen, me buscan y que me dicen ‘amigo, reservame una mesa en una plaza con vos’, con algunos es como si ya fuésemos familia”, sentencia José Romero. Tiene 66 años y es el mozo más antiguo del lujoso bar porteño The New Brighton, ubicado en Sarmiento 640, pleno centro porteño.

José nació en 1957 en la ciudad de Tafí Viejo, provincia de Tucumán. En 1972 se vino a vivir a Buenos Aires con su madre y sus dos hermanas y comenzó a trabajar, siendo muy jovencito, como cadete. Luego fue chapista, pintor y finalmente, a través del padre de uno de sus cuñados, terminó “en el mundo de la gastronomía”. Sus primeros pasos en ese rubro los dio en 1978 en el antiguo y reconocido bar Clark’s, comandado por el Gato Dumas y Ramiro Rodrigo Pardo.

Empezó como lavacopas y fue ascendiendo a medida que se iba capacitando. Fue commis, ayudante de salón y luego fue seleccionado entre varios compañeros para ser mozo de salón. Rápidamente Clark’s se convirtió en un ícono de la gastronomía porteña por el que pasaban personalidades del teatro y la cultura como Moria Casan, Jorge Porcel, Susana Giménez, Luisa Albinoni, entre otros. Pero también lo frecuentaban muchos empresarios y personas influyentes como Amalia Lacroze de Fortabat.

“En esa época Clark’s era un furor. Hacíamos cerca de 400 cubiertos por turno, se trabajaba muy bien, era una época muy linda. La gente se vestía de gala, venían a la salida de los teatros y había un muy buen equipo de trabajo”, recuerda José.

El restaurante tenía un estilo de cocina internacional “de primer nivel” donde se destacaban platos como el cochinillo, el caracú, los champignones rellenos o el lomo Clark’s, uno de los “platos favoritos”. 

Funcionaba hasta las 4 de la mañana y tenía una de las barras más aclamadas de la noche porteña, de donde surgió uno de los barmans más famosos: Aldo Echarri. “Los tragos que más salían en aquella época eran el Bloody Mary, Gancia batido, pisco sour, whisky sour, y mucho champagne”, rememora José.

Clark’s cerró sus puertas en 2002. En 2007, bajo las órdenes de un nuevo dueño de origen español llamado Don Fermín González, volvió a abrir con el nombre The Brighton.

“Arrancó con bastante clientela porque aquel dueño conocía mucha gente”, resalta José. Sin embargo, en 2016 volvió a cambiar de dueño y desde ese momento fue bautizado como The New Brighton.

Un bar donde antiguamente funcionaba una boutique inglesa

Su nombre es heredado de la exclusiva tienda de origen inglés que funcionó en ese mismo lugar en la calle Sarmiento (antiguamente Cuyo) desde 1908 a 1976. En Brighton (a secas) vendían camisas, corbatas, sweaters, gorras, sombreros, perfumes y ropa destinada a caballeros de la más alta alcurnia porteña. El bar aún conserva el mobiliario original de la tienda, en el que se destaca la pinotea inglesa y los muebles de roble. La barra, uno de los elementos más sobresalientes del lugar, era el antiguo mostrador del negocio. El salón mantiene el ambiente de la belle epoque, con vistosos vitreaux en los techos y paredes revestidas de cedro importado de Inglaterra.

“Siempre se buscó resguardar el mismo estilo inglés que tenía la tienda. Por eso, algunas mesas mantienen los estantes con carteles que indican el nombre de algunas de las telas que utilizaban para confeccionar las camisas”, señala José.

El lugar tiene una capacidad para 200 personas y, además, tiene un salón extra en el subsuelo que se utiliza para eventos. El local tiene una máquina de café nueva que es un revestimiento a la antigua máquina que era a vapor.

Otro detalle peculiar es que en el fondo del salón hay cuatro cabezas de ciervos embalsamados que datan de la época de la tienda de ropa. “También había aves embalsamadas pero el nuevo dueño los retiró porque no le gustaban mucho y quedaron solo esos cuatro. Es algo que a la gente le llama mucho la atención”, admite.

Bar notable con pianista

Otra característica sobresaliente de The New Brighton es que, desde 2007, tiene un pianista que toca un variado repertorio entre las 16 y 23 horas.

El local fue distinguido con la categoría de bar notable pero también llegó a obtener el galardón de mejor restaurante de Buenos Aires y el quinto de toda América, según detalla José.

Actualmente los platos más fuentes son el lomo “Brighton”, el ojo de bife, y las pastas, que son caseras. “Después de haber cerrado durante los dos años de pandemia, la gente responde bastante bien. Toda esa época fue muy triste, nos costó mucho, pero gracias a Dios se logró reabrir. De todas formas, hay empleados del plantel, como algunos mozos o cocineros, que no regresaron más porque se han ubicado en otros lugares y no quisieron moverse”.

En esa línea, José remarca que el centro porteño no volvió a recuperar el mismo caudal de gente que había en la época previa a la pandemia por Covid 19. “Hay locales que bajaron sus persianas y no volvieron a abrir, han quedado muchos lugares vacíos y se siente”.

“Los platos han cambiado bastante, hemos puesto un menú ejecutivo más económico porque en este momento, tal como están las cosas, nadie puede gastar una fortuna en un almuerzo”, agrega. El restaurante funciona de lunes a viernes de 12 a 23 horas y los fines de semana y feriados permanece cerrado.

“Acá somos como una familia para los clientes. Me dicen ‘amigo’ y eso es lo lindo. Con muchos organizamos y vienen a comer asados a mi casa, que se encuentra en la localidad de Guernica”, detalla José, que planea jubilarse en los próximos años para “poder descansar”.Y concluye: “Este es un lugar donde cada cliente busca que lo atienda el mozo que ya conoce. Continuamente tengo clientes que me siguen y que me buscan. Es un trabajo que me ha dado amigos y mucho placer”.