Las mujeres, el voto decisivo en las elecciones generales: cuando las problemáticas de género sí importan

28 de octubre, 2023 | 19.00

El rol de las mujeres, los feminismos y las disidencias en la campaña presidencial de Sergio Massa, que terminó con el triunfo del último domingo, fue fundamental y lo será aún más de cara al balotaje en las elecciones 2023 del próximo 19 de noviembre. En un primer momento se hizo explícito que el posicionamiento se trataba de una respuesta política colectiva a la avanzada reaccionaria del principal opositor, Javier Milei, y la plataforma de La Libertad Avanza que centra varias de sus propuestas, e incluso toda su retórica, en un claro antifeminismo y un retroceso en los derechos de las mujeres y en materia de igualdad. El broche de oro fue la propuesta de la candidata a diputada Lilia Lemoine quien, a días de la votación, declaró que una de sus primeras propuestas legislativas sería un proyecto que habilite la posibilidad de renunciar a la paternidad, para que los progenitores varones puedan renunciar a hacerse cargo del pago de la cuota alimentaria y de crianza de sus hijos.

El último lunes, en el marco de una conferencia del candidato a Presidente de Unión por la Patria con medios extranjeros, una periodista del diario El país de España le consultó a Massa cuál había sido el rol político de las mujeres en el triunfo, haciendo un paralelismo entre los resultados de las elecciones generales y el papel preponderante que habían tenido los movimientos feministas en España que apoyaron al PSOE y sus aliados para contener el ascenso de Vox y la ultraderecha. Massa destacó en ese sentido el gran aporte del colectivo en la composición del voto: "Sacamos casi 45% entre las mujeres y sacamos un poco menos entre los hombres: del 37%, casi el 30%". Del otro lado  las encuestas evidencian que entre los votos a Javier Milei predomina el varón joven.

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Este fenómeno también se produjo en Brasil, donde las mujeres organizadas cuestionaron en 2018 la candidatura de Jair Bolsonaro y resistieron las políticas represivas todo su mandato. Algunas de las más retrógradas que puso en marcha fue el nombramiento de la pastora evangélica Damares Alves en el Ministerio de la Mujer, la Familia y los Derechos Humanos; ordenar al Ministerio de Educación la prohibición de la “ideología de género” en la educación primaria; o el recorte de 70% en el presupuesto para combatir la violencia de género.  Frente a un modelo de violencia y desigualdad fueron las mujeres y disidencias quienes encabezaron las campañas multitudinarias y en 2022 Luiz Inácio Lula da Silva logró el triunfo  en primera vuelta con un apoyo del 49% de las mujeres .

Massa además celebró el siglo de las mujeres, de la revolución, de la participación y del empoderamiento. Sobre esto, declaró: “Esas madres que están preocupadas por el futuro de sus hijos, esas mujeres que no quieren vivir en una sociedad donde la venta de órganos o la libre portación de armas sean parte del sistema de valores, donde de alguna manera pretenden que en lo que son los sistemas de vacunación, los sistemas de salud y de educación, el Estado proteja y garantice eficiencia, para nosotros han sido importantes”.

En los últimos meses supo leer, con mucha astucia y atino, que detrás de lo que parecía ser una leve tendencia entre las mujeres por temor a las propuestas de Milei, estaba en realidad la columna vertebral de su campaña política propositiva en base a tres pilares centrales de la idiosincrasia argentina: la familia, el trabajo y la escuela como ordenadores sociales. Desde entonces cada vez que puede le habla a las mujeres, que representan más de la mitad del padrón electoral, interpela sus demandas históricas y las retoma en términos programáticos desde la plataforma de gobierno. La influencia feminista se puede encontrar en las propuestas concretas, como, por ejemplo, continuar la moratoria previsional, las becas Progresar, las computadoras para los hijos, o las políticas de redistribución del ingreso; pero sobre todo desde la puesta en valor de un modelo de desarrollo con inclusión social a partir de la igualdad de oportunidades y derechos, desde una perspectiva de género y feminista. Esta lectura  se observa de forma transversal en todas las dimensiones de su campaña.

La igualdad salarial, un tema central en las elecciones 2023

Entre las propuestas de Massa se destaca lograr la igualdad salarial de género. En el debate sobre este punto anticipó que enviará un proyecto de ley al Congreso de la Nación para “impulsar la obligatoriedad de que las empresas por la misma tarea paguen la misma remuneración a hombres y mujeres”. La brecha salarial de género muestra la diferencia que existe entre el ingreso de las mujeres y el de los varones, y se calcula como el cociente entre la diferencia de ingresos promedio. En nuestro país en el segundo trimestre de 2023 la brecha fue del 26,6%, lo que significa que por la misma tarea los varones ganan 26,6% más que las mujeres.

Atrás de la cifra además se esconden fenómenos como el famoso techo de cristal que impide a las mujeres acceder a puestos de mayor jerarquía o mesas de decisión; mayores niveles de precarización; empleos a tiempo parcial; trabajos peor remunerados o directamente en la informalidadtrabajos socialmente menos valorados en sectores feminizados como el de casas particulares; los estereotipos y normas sociales sobre los roles de género que limitan el acceso y las oportunidades; y la ignorancia de los empleadores, que en general son varones, sobre esta problemática

Pero a todo esto se suma el histórico problema de la distribución desigual en las tareas de cuidado y crianza, que también fue retomado por Sergio Massa como parte de su programa de gobierno con mucha centralidad. “Como presidente voy a impulsar el equilibrio en términos de igual remuneración por igual tarea, pero además he planteado a lo largo de la campaña la necesidad de impulsar un sistema de cuidado de los niños de entre 45 días y 3 años y de ampliación del sistema de jardines maternales a lo largo y ancho del país”,

El mensaje busca interpelar directamente a las millones de mujeres de nuestro país que crían solas. Según información de la última Encuesta Permanente de Hogares, el 85% de las familias monoparentales están a cargo de una mujer, y por eso se habla de familias u hogares monomarentales. En estos hogares se combinan la desigualdad estructural de género, el desequilibrio en las tareas de cuidados, con el incumplimiento de la cuota alimentaria de sus progenitores que llega al 67%. De esta manera  las madres a cargo deben sostener solas la economía y el desarrollo de ese núcleo para cubrir gastos, necesidades y todo el proceso de crianza.

Cabe aclarar que según la Ley 26.485, de Ley de protección integral para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres, el incumplimiento de la cuota alimentaria está contemplado como violencia de género económica y patrimonial, ya que perjudica directamente a la mujer al limitar sus recursos y su autonomía, pero también repercute de forma directa  en el crecimiento y la vida de sus hijos e hijas.

El candidato de Unión por la Patria analiza el valor de las tareas de cuidado no solo desde lo simbólico, apelando al imaginario del varón que colabora en la casa, sino que lo analiza en términos productivos y económicos. Por eso explica que el desequilibrio distributivo significa para la mujer una desventaja en términos laborales y patrimoniales porque pasa más tiempo afuera del mercado laboral, capacitándose o generando capital humano, porque tiene que cuidar a niños/as y ancianos/as, y eso lo tiene que cubrir el Estado. Para eso se plantea una política educativa con mirada de género, ya que aumentará la inversión en esta área, sobre todo en el nivel inicial, que permita a las mujeres mayor libertad y disponibilidad de tiempo para su desarrollo laboral y profesional. Se trata un sistema de cuidados que apunte a niños de entre 45 días y 3 años, y un sistema de jardines maternales.

Del lado de enfrente, Javier Milei niega permanentemente la brecha salarial de género y la violencia de género. Cada vez que le consultan por temáticas de la agenda feminista o femicidios suele responder apelando a la "igualdad ante la ley", lo que significa en términos concretos eliminar el agravante establecido en el Código Penal cuando el motivo del crimen implica una cuestión de género. Su discurso evidencia un matiz reaccionario, frente al crecimiento de los movimientos feministas de los últimos años, y apunta milimétricamente a despertar el resentimiento de la masculinidad por la pérdida de “privilegios” en sus votantes varones más jóvenes,  misma estrategia que usaron las extremas derechas en muchas partes del mundo como Donald Trump en Estados Unidos y Jair Bolsonaro en Brasil.

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Fabiana Solano

Mi nombre es Fabiana Solano y tengo 34 años. Soy socióloga egresada de la UBA y casi Magister en Comunicación y Cultura (UBA). Digo ‘casi’ porque me falta entregar la bendita/maldita Tesis, situación que trato de estirar con elegancia. Nunca me sentí del todo cómoda con los caminos que me ofrecía el mundo estrictamente académico. Por eso estudié periodismo, y la convergencia de ambas disciplinas me dio algunas herramientas para analizar, transmitir, y explicar la crisis del 2001 en 180 caracteres. Me especializo en culturas y prácticas sociales, desde la perspectiva teórica de los Estudios Culturales. Afortunadamente tengo otras pasiones. Me considero una melómana millennial que aprovecha los beneficios de las múltiples plataformas de streaming pero si tiene que elegir prefiere el ritual del vinilo. Tengo un especial vínculo con el rock británico (siempre Team Beatles, antes de que me pregunten), que se remonta a mis primeros recuerdos sonoros, cuando en mi casa los domingos se escuchaba “Magical Mistery Tour” o “Let It Be”. Además soy arquera del equipo de Futsal Femenino de la Facultad de Ciencias Sociales (UBA), rol que me define mejor y más genuinamente que todo lo que desarrollé hasta acá. Por supuesto que la política ocupa gran parte de mi vida y mis pensamientos. Por eso para mi info de WhatsApp elegí una frase que pedí prestada al gran pensador contemporáneo Álvaro García Linera: “Luchar, vencer, caerse, levantarse, luchar, vencer, caerse, levantarse. Hasta que se acabe la vida, ese es nuestro destino”.