El Ministerio de Educación presentó el informe de la Evaluación de la Educación Secundaria en Argentina 2019 que muestra mejoras en casi todos los indicadores de trayectoria educativa entre 2011 y 2018, pero advierte que persisten las desigualdades a la hora de aprender y egresar.
Dentro de los indicadores se contempla: cobertura, promoción efectiva, abandono, graduación y estabilidad de la tasa de repitencia. Al respecto, el documento señala que la tasa de graduación de secundaria común sigue siendo baja. Matemática es el área evaluada que más dificultades presenta, mientras que se observan mejores desempeños en Lengua y Educación Ciudadana.
El informe fue presentado por el ministro de Educación, Nicolás Trotta, junto con la secretaria de Evaluación e Información Educativa, Gabriela Diker. El documento sistematiza datos de siete fuentes oficiales y representa una fotografía de la educación secundaria en Argentina. Además, describe la situación social y familiar de la población adolescente, los recursos y condiciones de las escuelas, el acceso de las y los estudiantes a la educación, sus trayectorias y la graduación, y los niveles de aprendizaje alcanzados en el último año del nivel secundario en la evaluación Aprender 2019.
“El objetivo de la evaluación es generar y sistematizar evidencias sobre la situación de la educación secundaria argentina hacia 2019, para valorar en qué medida el Estado está cumpliendo con los mandatos establecidos por las normativas vigentes que establecen que se debe garantizar el derecho a la educación en el nivel secundario”, indicó el funcionario.
Desigualdades a la hora de aprender
La evaluación Aprender 2019 es otra de las fuentes oficiales en las que se basa el informe. De acuerdo a los datos, se evidencian desigualdades en las condiciones de infraestructura de las escuelas secundarias. En particular, en el acceso a servicios básicos, donde las escuelas privadas y urbanas se encuentran en mejores condiciones respecto de las estatales y rurales.
Por ejemplo, el 43% de las escuelas secundarias que participaron del operativo no disponen de desagüe de red o cloaca (51% estatales, 27% privadas, 85% rurales y 29% urbanas) y el 16% no tienen agua de red pública (19% estatales, 10% privadas, 36% rurales y 10% urbanas). El 22% de las escuelas tampoco cuenta con acceso asfaltado (29% estatales, 10% privadas, 58% rurales y 11% urbanas).
Acerca de la disponibilidad de recursos tecnológicos en la escuela y su utilización en la enseñanza secundaria, los resultados expresan una baja aplicación de los dispositivos digitales. Los menos utilizados son el carro digital y las tablet (el 90% de estudiantes nunca los utilizan); mientras que las computadoras y las notebook/netbook tienen una presencia algo mayor (32% y 36% las utilizan a veces, respectivamente), aunque alrededor de la mitad no las emplea para trabajar en clase (54% y 48%, respectivamente). La tendencia es distinta con el celular: más del 90% lo utilizan en sus clases, pero el 45% señala que sus docentes no permiten su uso en el aula.
Detalles del informe sobre la enseñanza en Argentina
El informe describe que la oferta educativa del nivel secundario común en Argentina está conformada por 11.813 unidades educativas, a la que asisten 3.866.041 estudiantes. El 67% de los establecimientos son estatales, el 21% son rurales y el 14% pertenecen a la modalidad técnico profesional.
En el segundo semestre del 2019, el 53% de la población de hasta 17 años residía en hogares cuyos ingresos no llegaban a cubrir la canasta básica total. Se trata de adolescentes que viven en situación de pobreza según la definición del INDEC, una realidad que se ha visto agravada en el curso del año actual debido a la pandemia del COVID-19. Al mismo tiempo, un tercio de la población de entre 16 y 17 años realiza al menos una actividad productiva, es decir, que desarrolla tareas para el mercado, para autoconsumo y/o actividades domésticas de alta intensidad. El abandono escolar de adolescentes del ámbito urbano que realizan este tipo de actividades productivas triplica al de los adolescentes que no trabajan.
Por otra parte, la información muestra diferencias por género: mientras las mujeres jóvenes realizan con más frecuencia actividades domésticas que los varones jóvenes (19% mujeres y 8 % varones), la relación se invierte en las tareas vinculadas al mercado (23% varones y 13% mujeres).
Paralelamente, el informe advierte que los indicadores muestran en 2019 un descenso en la inversión en el nivel secundario, como parte de un fenómeno más general de desinversión educativa que afectó a todo el sistema en los últimos años. En 2019, se destinó a la educación un 4,8% del PBI, lo que expresa una disminución de 1,3 puntos porcentuales respecto al 2015, año en el cual se alcanzó el pico de inversión desde la sanción de la Ley de Financiamiento Educativo en 2005, equivalente al 6,1%. Los salarios docentes, también vieron reducido su poder adquisitivo: un 20% entre el 2017 y el 2019.
Egreso de la escuela secundaria
En cuanto a la trayectoria de los y las estudiantes dentro del nivel secundario, se observa una mejora en casi todos los indicadores que surgen de la información provista por el Relevamiento Anual.
En el año 2018, la tasa de promoción efectiva del nivel es del 81,3%. Es decir, 8 de cada 10 alumnos promueven el año de estudio que están cursando, lo que consolida un incremento de la promoción efectiva entre 2011 y 2018 de 4 puntos porcentuales. Por su parte, la tasa de repitencia 2018 se mantiene estable en torno de un 10% desde 2011. La tasa de abandono interanual 2018 alcanza al 8,7% de los estudiantes. Entre 2011 y 2018, se observa un descenso de 3 puntos en este indicador.
En 2019, el 63% de la población de entre 18 y 24 años logró finalizar el secundario. La comparación con el año 2011 indica un incremento de 5 puntos porcentuales en esa proporción. Sin embargo, las brechas de finalización de la secundaria según el nivel de ingreso de los hogares de los jóvenes son marcadas. En 2019, mientras el 91% de jóvenes de los hogares de mayores ingresos había finalizado el nivel, sólo 43% lo había hecho en grupo de menores ingresos.