En el pequeño pueblo de Villa San Martín Loreto, en Santiago del Estero, las noches despejadas estaban llenas de estrellas. Allí, nació Miriani Pastoriza, la primera mujer en recibir un título en Astronomía en la Argentina y una figura emblemática en el ámbito científico. Su fascinación por el cosmos comenzó desde que era chica, cuando observaba las constelaciones y soñaba con descubrir los secretos del universo.
A mediados de la década de 1950, estudiar astronomía en Argentina era un desafío. La única opción disponible estaba en La Plata, a más de mil kilómetros de su hogar. Sin embargo, en 1956, una oportunidad cambió su destino: se fundó la Facultad de Matemática, Astronomía y Física en la Universidad Nacional de Córdoba, a solo 400 kilómetros. Con determinación y el apoyo de su familia, Pastoriza se inscribió y empezó su recorrido.
Durante su formación, se convirtió en la única mujer en el Observatorio de Bosque Alegre, donde enfrentó no solo el reto académico, sino también por los techos de cristal asociados al género. Su perseverancia la llevó a ser parte de un equipo que revolucionó la comprensión de las galaxias.
Las galaxias ”Sersic-pastoriza" fueron nombradas en su honor
En colaboración con el astrónomo José Luis Sérsic, descubrió que los núcleos de las galaxias espirales, hasta entonces considerados hogares de estrellas antiguas, eran en realidad “hornos estelares” donde se formaban estrellas jóvenes. Este descubrimiento resultó fundamental para la astronomía y, en reconocimiento a su trabajo, estas galaxias comenzaron a llevar su nombre: “Sérsic-Pastoriza”.
Fue en 1978, durante la dictadura cívico-militar, que se vio obligada a exiliarse en Brasil, donde asumió el liderazgo del departamento de astronomía en la Universidad Federal de Río Grande do Sul. Aunque el telescopio a su disposición era más pequeño que los que había usado en Argentina, Pastoriza se adaptó y continuó su investigación, enfocándose en la evolución de la Vía Láctea y formando nuevas generaciones de científicos.
A lo largo de su carrera, Miriani ha sido reconocida con múltiples premios y distinciones. En 2008, recibió el premio Comendadora de la Orden Nacional del Mérito Científico de Brasil. Además, en 2015, la Sociedad Astronómica Brasileña creó un premio en su nombre para honrar a aquellos que sobresalen en la investigación astronómica.
Más allá de sus logros científicos, Pastoriza ha sido una ferviente defensora de la igualdad de género en el ámbito de la ciencia. Participa activamente en iniciativas que buscan empoderar a las mujeres en STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) y ha colaborado con la Asociación Latinoamericana de Mujeres Astrónomas, promoviendo políticas de inclusión y espacios de trabajo equitativos.
Miriani Pastoriza a sus 85 años y no solo es un ícono de la astronomía, sino también un símbolo de lucha por la equidad. Su historia inspira a futuras generaciones de científicas y científicos a desafiar las limitaciones y a seguir explorando el universo.
Hoy, su legado perdura no solo en las investigaciones que realizó y de las que aún forma parte, sino en el compromiso por construir un futuro donde cada voz, especialmente la de las mujeres, tenga un lugar en la ciencia.