Ludopatía infantil y redes de trata: imágenes a cambio de dinero, el riesgo al que estan expuestos miles de niños y adolescentes para seguir jugando

Especialistas alertan sobre el riesgo de que plataformas de juegos de azar, apuestas deportivas y videojuegos en línea sean utilizadas para vulnerar la intimidad de los jóvenes, exponiéndolos a técnicas de captación con fines de explotación sexual o extorsión económica.

23 de enero, 2025 | 00.05

“Perdí 80 mil dólares en 10 minutos”, contó Max (16) a medios de comunicación, que se acercaron al domicilio del adolescente en la provincia de Buenos Aires, no sólo porque a sus 14 años ya había perdido en apuestas online un total de 400 mil dólares, sino también porque Max no es el único joven al que le pasó esto. La ludopatía infantil es una de las problemáticas más crecientes en el último tiempo, y que el sistema judicial mantiene en la mira, no sólo por sus efectos psicológicos y económicos en los menores de edad, sino por la vulnerabilidad que generan en los chicos ante pederastas, estafadores y “groomers”.

Fue Federico Pavlovsky, psiquiatra y especialista en el tratamiento de consumos problemáticos quien, a mediados del 2024 con la publicación de su libro titulado "Apuestas online, la tormenta perfecta" habló de un “shock cultural” como contexto en el que jóvenes han llegado a quitarse la vida en Buenos Aires al contraer deudas y chantajes a través del juego.

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Tal es el crecimiento de esta problemática, que en 2024 ya se concretó el bloqueo de más de mil sitios de apuestas ilegales que permitían el acceso y la participación de menores de edad. Es que, según el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense, el 8,29% de los argentinos apostó online en algún momento de su vida, una cifra que crece al 12,5% en jóvenes de entre 15 y 24 años.

Si bien los juegos de apuestas online y presenciales están prohibidos para los menores de 18 años, la diversidad de tecnologías permiten a los menores a falsear sus identidades para poder jugar; pero también le permite esto a los adultos que modifican sus nombres, edad, género y personalidad para ganar la atención y confianza de niños, niñas y adolescentes.

Las redes de trata y explotación encontraron en este flagelo una oportunidad. “Hay muchos casos de jóvenes que quedan muy endeudados y en las propias plataformas digitales a veces aparecen ‘benefactores’ que después empiezan a coaccionar pidiendo imágenes íntimas como parte de pago”, señaló a este medio Gustavo Vera, presidente de la Fundación La Alameda y ex director del Comité Ejecutivo de Lucha contra la Trata y Explotación de Personas, que responsabiliza por esto también al “desfinanciamiento del deporte, cultura, trabajos comunitarios en los territorios y de todo el entramado de redes solidarias que había en el país”.

Al retroceso del Estado en estos ámbitos, se suma la decisión del Gobierno, a través de su Comisión Nacional de Valores (CNV), de autorizar a los menores a comprar y vender acciones, bonos y otros títulos financieros desde los 13 años.

Sin embargo, organizaciones y asociaciones dedicadas a la prevención de la ludopatía exigen regular las billeteras virtuales para impedir que los menores apuesten.

Se estima que el 10% de los adolescentes del país son ludópatas, de acuerdo con el Observatorio Argentino de Drogas. La Justicia encuentra tanta urgencia como dificultades para prevenir y sancionar los delitos que proliferan en torno al juego y la ludopatía infantil.

Desafío judicial

Consultado por El Destape, Nicolás Mendive, abogado penalista, explica que el ciberespacio, al igual que el mundo material, es un ámbito de riesgo: "La criminalidad a distancia muchas veces atraviesa límites territoriales, lo que dificulta perseguir y sancionar conductas delictivas. Aunque se ha avanzado en reformas legislativas y mecanismos de control, la magnitud de usuarios y medios hace que la tarea siga siendo ardua". Organizaciones como Missing and Exploited Children han facilitado la persecución de estos delitos, pero Mendive advierte que el derecho penal generalmente actúa cuando el daño ya está hecho. Por ello, subraya la importancia del rol de los adultos para educar y supervisar el uso de la tecnología por parte de los menores.

A nivel local, el artículo 301 bis del Código Penal establece penas de prisión de tres a seis años para quienes exploten, administren u operen juegos de azar sin autorización. Pero la implementación de estas sanciones enfrenta dificultades prácticas, especialmente cuando las plataformas operan desde el extranjero.

La exposición a plataformas de juegos de azar, según Mendive, "es un atentado al desarrollo y bienestar de los menores". Los controles parentales y la concientización son fundamentales para prevenir estas situaciones.

La dimensión transnacional de estos delitos plantea grandes desafíos legales. Mendive señala que "la cooperación entre distintas jurisdicciones es clave para facilitar la persecución de estas conductas". Sin embargo, la falta de coordinación sigue siendo un obstáculo.

Influencers y publicidad engañosa: ¿un incentivo al delito?

Una de las principales problemáticas actuales es el rol de influencers y famosos que promueven plataformas de juegos de azar. A finales del pasado año, se imputó judicialmente a famosos, deportistas e influencers que realizaban publicidad de juegos online. Entre ellos, Elian Valenzuela (L-Gante), Traniela Campolieto, Juliana Scaglione (Furia), Florencia Vigna, Florencia Peña, Morena Rial, Romina Uhrig, Williams López, Agostina Spinelli, Federico Farías (Manzana), Emmanuel Vich, Camila Lattanzio, Mathias Nicolás Vasile (Coker), Marito Laurens, Joaquín López y Alma Berezowski. Es que dicha publicidad no sólo es ilícita, sino que instalan también la naturalización de este mercado en sus millones de seguidores en redes sociales, especialmente en adolescentes, sin mencionar los riesgos que persisten en esos espacios.

Mendive considera acertada la reforma del Código Penal en 2016, que incorporó el artículo 301 bis para penalizar estas conductas, pero sostiene que es necesario un enfoque más estricto cuando las víctimas son niños y adolescentes: "Estas son conductas dolosas que requieren conocimiento y voluntad. Es fundamental una política de tolerancia cero".

Por su parte, Luis Lubeck, mentor educativo de Argentina Cibersegura, destacó, también en diálogo con este medio, cómo la publicidad masiva de estas plataformas influye en los menores: "Los equipos de fútbol y campeonatos nacionales están patrocinados por casas de apuestas. Las plataformas permiten apostar a casi todo, lo que resulta una tentación para los jóvenes, quienes ven estas actividades como una forma de dinero fácil".

Este no es un detalle menor teniendo en cuenta los apuros económicos de la mayoría de la población joven del país. La economista y exfuncionaria del Ministerio de Economía, Mercedes D'Alessandro, señaló que el 66% de los menores de 15 años están debajo de la línea de la pobreza y que, dada la situación de extrema vulnerabilidad de la economía argentina esto es como "jugar con fuego".

Como agravante, Lubeck advierte que las plataformas no cuentan con controles efectivos para verificar la edad de los usuarios: "La falta de verificación técnica permite que cualquier menor cree un usuario y comience a jugar, exponiéndolos no solo a la ludopatía, sino también a otros delitos como el grooming".

Trampas de colores

Las plataformas de juegos online saben exactamente cómo capturar la atención de los niños y, más peligroso aún, cómo mantenerla. A través de un universo de colores vibrantes, personajes entrañables y desafíos aparentemente inofensivos, se esconden mecanismos diseñados para manipular el cerebro infantil. Según Analía Gómez Malacalza, psicóloga clínica y especialista en periodismo de salud, estos juegos activan un circuito de recompensa inmediata que resulta irresistible. "Cada vez que un niño acierta, selecciona un color o supera un nivel, su cerebro recibe una dosis de satisfacción que lo impulsa a repetir la experiencia", explica.

Pero este no es un juego inocente. Los niños, aún inmersos en un mundo imaginario donde las consecuencias parecen no existir, no tienen herramientas para reconocer los riesgos que enfrentan: "Las apuestas en este contexto no implican pérdidas reales, lo que los vuelve especialmente vulnerables. Sin darse cuenta, desarrollan una dependencia que puede crecer rápidamente".

El tiempo sin supervisión frente a las pantallas no solo intensifica esta exposición, sino que también abre la puerta a peligros aún mayores. En este entorno de constante gratificación, adultos con intenciones delictivas encuentran el terreno perfecto para captar la atención de los menores. "El mercado de los juegos online es un imán para los niños, pero también para quienes buscan manipularlos. Es una combinación explosiva que requiere atención urgente", concluye la especialista.

La prevención como herramienta clave

Todos los especialistas coinciden en que la prevención es esencial para abordar esta problemática. Lubeck enfatiza la importancia del diálogo dentro de las familias: "El mayor error que pueden cometer los adultos es pensar que no pueden hacer nada porque no entienden de tecnología. No se trata de ser expertos, sino de estar atentos y fomentar la confianza con los menores".

Asimismo, recomienda enseñar a los niños a identificar posibles engaños: "Si algo parece demasiado bueno para ser cierto, probablemente sea falso. Es crucial verificar la información, hablar en comunidad y evitar la vergüenza de pedir ayuda".

Malacalza también resalta los cambios de comportamiento como señales de alerta: "El bajo rendimiento escolar, la irritabilidad y los cambios en los hábitos de sueño son indicadores frecuentes. Cada vez más docentes reportan que los alumnos apuestan en línea durante las clases o recreos".

Por último, Malacalza insta a las familias a supervisar el tiempo que los niños pasan frente a las pantallas, pero también a interesarse por el contenido al que acceden. "La solución no es quitarles los dispositivos, sino educarlos y acompañarlos en el uso responsable de la tecnología".

Argentina Segura es una asociación civil sin fines de lucro que trabaja en la prevención de riesgos y amenazas cibernéticas, especialmente aquellas que afectan a niños, niñas y adolescentes. En su página web comparten materiales para madres, padres, educadores y tutores sobre todo tipo de delitos informáticos como el “phishing” (fraude digital utilizada para engañar a las personas y obtener contraseñas, datos bancarios, números de tarjetas de crédito u otros datos personales), el “grooming”, y sobre cómo cuidarse en el ámbito digital. Este material puede descargarse aquí: https://www.argentinacibersegura.org/materiales.

 

*Para asistencia y orientación, comunicarse a la Línea Nacional gratuita y confidencial de Ayuda contra la Ludopatía (Argentina): 0800-444-4000 (de lunes a viernes, de 9:00 a 21:00), o vía WhatsApp al +54 9 11 6585 0641.

También comunicate a la Línea 145 para casos de abuso, explotación o trata de personas, incluyendo situaciones de grooming y vulnerabilidad online. Llamada gratuita y confidencial. Disponible las 24 horas.

Argentina Cibersegura (para casos relacionados con grooming y abuso online): 0800-222-1717.