La administración de Javier Milei ejecuta un programa de disciplinamiento social en el que los trabajadores y trabajadoras son cada vez más precarizados, al mismo tiempo en que los sectores productivos vinculados al mercado interno son enviados a la lona. Durante el tercer trimestre del año pasado, la remuneración de los asalariados en relación al valor agregado bruto (la riqueza generada por la actividad económica) registró un descenso de 1,74 puntos porcentuales respecto del tercer trimestre de 2023 explicado por un aumento del desempleo en el sector formal y una mayor cantidad de personas ocupadas sin protección social.
Por su parte, el excedente bruto de explotación -el resultado contable de las empresas del sector privado- también tuvo un descenso de 0,14 puntos porcentuales explicado por la crisis autogenerada por Milei en la industria manufacturera y la construcción, vía eliminación de la obra pública. En contraposición, hubo un fuerte crecimiento de la intermediación financiera.
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Precarización
Los datos difundidos por el Indec en su informe “Generación del Ingreso - Cuentas Nacionales” dieron cuenta del proceso de pauperización social ocurrido durante los primeros tres trimestres de gestión de la casta mileista. De acuerdo a lo informado, los puestos de trabajo alcanzados al cierre de septiembre del año pasado llegaban a los 22.302.000.
“Se destacó el descenso observado en los puestos de trabajo asalariados registrados (-2,0% interanual), mientras que las horas trabajadas totales tuvieron un incremento de 1,3% interanual, con un crecimiento en las horas trabajadas por asalariados no registrados de 2,1%”, puede leerse en el documento del Indec.
Al mismo tiempo en que se constató una caída de los puestos de trabajo asalariados, hubo una suba de la precarización laboral con un alza de 1,4% en el caso de los trabajadores que no poseen recibo de sueldo y del 1,8% para el cuentapropismo.
Las horas trabajadas también fueron un indicador de la pauperización social. “En el caso de los registrados, el crecimiento de las horas trabajadas fue de 1,4%, mientras que las horas correspondientes a los no registrados tuvieron una variación de 2,1%”, aclara el informe del Indec. A mayor nivel de precarización laboral, menores niveles de ingresos para la población ocupada.
Al sector privado tampoco le fue bien
La participación del excedente de explotación bruto - el saldo contable de las empresas- representó el 44,5% del valor agregado bruto, con una caída de 0,14 puntos porcentuales respecto al mismo trimestre del año anterior.
“Este descenso se explica por los resultados de los sectores “Industria manufacturera” (-0,91 puntos porcentuales), “Agricultura, ganadería, caza y silvicultura” (-0,77 puntos porcentuales) y “Construcción” (-0,40 puntos porcentuales.), entre otros. Tuvo una incidencia positiva “Intermediación financiera” (2,13 puntos porcentuales)”, puede leerse en el informe del Indec.
En el caso de la industria manufacturera, uno de los sectores más afectados por las políticas desreguladoras de la casta mileista, las empresas pasaron de contabilizar una participación en la generación del ingreso del 50,8% al tercer trimestre de 2023 al 49,5% durante el mismo período del año pasado.
Y si bien una mejora de la remuneración al trabajo asalariado - que pasó de una participación del 31,6% en 2023 al 32,6% - este fue uno de los sectores donde se perdieron más puestos de trabajo. Según el Indec, al tercer trimestre de 2024, el sector contaba con 2.402.000 trabajadores, cuando un año atrás eran 2.506.000 empleados. Es decir, se destruyeron 104.000 puestos de trabajo registrados en la industria manufacturera.
Al sector agropecuario tampoco le fue bien. El excedente bruto de explotación - es decir el saldo contable de las empresas - pasó de tener una participación en la generación del ingreso sectorial del 67% al tercer trimestre de 2023 (el año de la sequía) para ubicarse en el 60,3%. En el caso de los peones, si bien la retribución al trabajo asalariado aumentó tres puntos porcentuales, se destacó un incremento de la informalidad laboral, una constante para uno de los sectores más precarizados del país.
De un total de 1.445.000 peones, solamente se desempeñaron bajo un contrato de trabajo 335.000 personas, apenas el 23% del total. Según el Indec, el total de trabajadores no registrados ascendió a los 617.000 cuando un año atrás eran 588.000. Los cuentapropistas fueron 493.000 personas.