Raúl Pleé, fiscal ante la Cámara de Casación, también hablaba por teléfono con Juan Sebastián “Enano” De Stéfano, el jerarca de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) encargado del armado de causas contra opositores del gobierno de Mauricio Macri. No hay justificación para esos contactos más que la coordinación de la persecución judicial. Y no con cualquier personaje, sino con uno de los fiscales más cercanos a Macri, al punto que el ex presidente pensó en designarlo como Procurador.
El fiscal Pleé y el directivo de AFI De Stéfano hablaron al menos 8 veces por teléfono en la segunda mitad de 2017, en pleno armado del lawfare. Estos son sólo los llamados de línea (fija y celular) y que se realizaron entre el 1 de mayo y el 31 de diciembre de ese año. No incluye comunicaciones vía Whatsapp u otra aplicación.
Pleé acumula denuncias por entorpecer la investigación del atentado a la AMIA, por cajonear causas por delitos de lesa humanidad y un paso por una unidad antilavado que, curiosamente, no encontró lavado de dinero en Argentina. Cuando Gils Carbó lo desplazó de esa unidad Pleé no lo perdonó. Se ve que cuidaba muchos negocios. Ahora queda a la vista otro elemento de su currículum: su relación con la AFI, con la casa de los espías. No era cuentapropismo.
Como fiscal del máximo tribunal penal del país, Pleé no tenía a su cargo investigaciones, solo la revisión de lo hecho en instancias anteriores. Ese simple motivo basta para mostrar lo irregular de sus contactos con De Stéfano, director de Asuntos Jurídicos de la AFI macrista. Todos estos llamados muestran que existía una relación entre la casa de los espías de Macri y este fiscal que intervino en expedientes clave como la denuncia del fiscal Alberto Nisman (que pidió reabrir al igual que los camaristas Gustavo Hornos y Mariano Borinsky), la causa Dólar Futuro, la farsa de las Fotocopias de los Cuadernos, el desguace del Grupo Indalo y la investigación por espionaje ilegal donde está procesado el fiscal Carlos Stornelli.
Pleé es uno de los cabecillas del lawfare en Comodoro Py, comandante de la avanzada contra la entonces procuradora Alejandra Gils Carbó y, tal como reveló El Destape, uno de los que se reunió con Macri en la Quinta de Olivos en un encuentro del que también participó el jefe de los espías Gustavo Arribas. Esa reunión Macri-Arribas-Pleé fue el 23 de marzo de 2018 y fue borrada de los registros que le dieron a la ONG Poder Ciudadano. El Destape la reveló cuando accedió a los registros completos.
El peritaje del celular de De Stéfano no llega hasta la fecha de la reunión cumbre de Pleé con Macri y Arribas, pero los reiterados llamados en los meses anteriores muestran la relación promiscua entre el fiscal Pleé y uno de los directivos más poderosos de la casa de los espías.
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Las 8 llamadas
El 2017 fue el año de avanzada contra Gils Carbó, que terminó con su renuncia forzada a finales de octubre. Se hizo a varias bandas, un ataque conjunto de Macri, Comodoro Py, la ex SIDE, el Grupo Clarín y los estudios de abogados de la city porteña. Macri la presionaba públicamente y pedía su renuncia, Comodoro Py le armaba causas, la AFI la espiaba a ella y a sus hijas, el Grupo Clarín le demostraba a diario que no olvidaba sus dictámenes en contra de la reestructuración fraudulenta de su deuda y el Colegio de Abogados de la calle Montevideo, lugar de encuentro de abogados de grandes empresas y defensores de genocidas, le inventaba causas para forzar su renuncia en connivencia con el ministro de Justicia Germán Garavano, otro de los que hablaba con la AFI.
Estos llamados del directivo de la AFI De Stéfano con el fiscal Pleé une a dos de los “cerebros” de la avanzada contra la entonces procuradora.
El análisis y entrecruzamiento de llamadas que realizó El Destape surge de un documento que consta en la causa de la Gestapo antisindical, donde De Stéfano está imputado y fue llamado a prestar declaración indagatoria. El juez de ese caso, Ernesto Kreplak, pidió el listado de llamadas entrantes y salientes que realizó el ex directivo de la AFI entre el 1 de mayo y el 31 de diciembre de 2017, período en el que circunscribe su investigación. Además de los llamados con los otros imputados que tiene el expediente, este medio detectó comunicaciones de De Stefano con altos funcionarios del gobierno macrista, jueces y fiscales en momentos en que detonaban causas de persecución.
En lo que hace a los llamados con Pleé, los contactos se dieron:
- El 26 de junio de 2017. Pleé llama a De Stéfano. Hablan 69 segundos a las 11.46 de la mañana. Diez días antes, según pudo corroborar este medio, se dio uno de los llamados entre De Stéfano y el secretario de Legal y Técnica de Macri, Pablo Clusellas.
- El 1 de julio de 2017. Hablan 232 segundos a las 12.15. En este caso, quien llama es De Stéfano. Tres días después, el 4 de julio, el fiscal Stornelli pidió la indagatoria y detención del exministro Julio De Vido al juez Luis Rodríguez. En un juego a varias bandas judiciales, ese mismo 4 de julio, el juez Rodolfo Canicoba Corral desestimó la denuncia contra Macri por el caso Odebrecht.
- El 6 de julio. Pleé llama a De Stéfano. La llamada dura 44 segundos. Fue a las 11.56. Al día siguiente, 7 de julio, quien llama al espía es Juan Bautista Mahiques, uno de los armadores de la Mesa Judicial PRO, quien por aquel entonces era funcionario del Ministerio de Justicia y representante del Poder Ejecutivo en el Consejo de la Magistratura.
- El 25 de agosto, el fiscal de la Casación vuelve a llamar a De Stefano. El contacto se da a las 13.36. Dura 117 segundos. Dos días más tarde, el 27 de agosto de 2017, quien llamará al Nº 3 de la AFI es el juez Ariel Lijo.
- El 29 de agosto de 2017. Pleé vuelve a llamar a De Stéfano. No hace contacto porque la llamada dura apenas 2 segs. Fue a las 12.28. Al menos, no por la línea de celular. No se sabe si hablaron por intermedio de una aplicación.
- El 31 de agosto. Se repite la secuencia. Hay llamado que dura 2 segundos. Está registrado a las 11.09. En el mes de agosto hubo varias indagatorias en el caso contra Gils Carbó por el edificio de la Procuración, la causa que se abrió con un anónimo presentado en Comodoro Py y que usó el macrismo para lograr apartar a la jefa de los fiscales. Desde su desplazamiento, quien está en ese cargo es el interino Eduardo Casal, quien dictamina en sintonía con los intereses de Cambiemos.
- El 1 de septiembre de 2017. Llama Pleé. La llmada es de apenas 3 segundos a las 16.25. Este registro evidencia un nuevo intento del fiscal de la Casación de hacer contacto con el espía. Ese mismo 1 de septiembre, De Stefano llama al Nº2 del Ministerio de Justicia de Macri, Santiago Otamendi. Cuatro días más tarde, el directivo de la AFI llama a Mahiques.
- El 22 de septiembre de 2017. En esta ocasión hay contacto. Hablan a las 17.43 por 198 segundos, es decir, más de 3 minutos. Quien llamó fue De Stefano. Aquel mismo 22 de septiembre, De Stéfano vuelve a llamar a Mahiques. Esa jornada no era una más: ocurrieron dos hechos de peso. Por un lado, la Gendarmería entregó un peritaje trucho sobre la muerte de Nisman donde afirmó, según publicó Clarín el 23 de septiembre, que “Nisman tenía marcas de las manos de quienes los sujetaron antes de morir”. A su vez, el 22 de septiembre el caso Maldonado cambió de juez y pasó a manos de Gustavo Lleral. Ese día, Darío Nieto anotó en su teléfono: “Gustavo Lleral. Lo nombramos nosotros. Está bien. Serio. Ya tuvimos contactos. Mahiques va a verlo el lunes”. Mahiques es Juan Bautista Mahiques, uno de los operadores judiciales de Macri. El lunes era 25 de septiembre. Al día siguiente, el 26, De Stéfano y Mahiques vuelven a contactarse. Ese día se libran dos órdenes de detención del Pata Medina. De Stéfano está imputado en el armado de causas contra ese sindicalista de la UOCRA.
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Un modus operandi de la AFI
La causa que utilizó el macrismo para presionar a Gils Carbó se abrió con el sello de la AFI: se inició con un sobre anónimo que apareció en la fiscalía de Carlos Rívolo, otro de los cabecillas de la tropa amarilla en Tribunales. Eso quedó por escrito en el expediente judicial, sin ningún pudor. Fue el 13 de marzo de 2017. Era todo tan burdo que Rívolo le avisó ese mismo día a su superior, el fiscal ante la Cámara Federal Germán Moldes, que iba a empezar una investigación preliminar.
El caso quedó en manos del juez Julián Ercolini, que al otro día ya pidió medidas de prueba. Rápidos. Por esos días Rívolo estaba de licencia y lo reemplazaba Guillermo Marijuán, que le dio impulso a la investigación.
La utilización de anónimos para abrir causas políticas es una maniobra que usó la AFI macrista, tal como se desprende de otros casos de persecución que se están investigando en la Justicia.
Por ejemplo, el armado de causas contra el Pata Medina contó con dos anónimos, con los que se abrieron los primeros dos expedientes de los cuatro que hubo contra el sindicalista de la UOCRA. En la actualidad, la justicia federal de La Plata está investigando la existencia de una asociación ilícita entre funcionarios bonaerenses, espías y empresarios para, justamente, armarle causas a Medina. En esa pesquisa, De Stéfano está imputado y éste viernes fue citado a prestar declaración indagatoria junto a otros dos espías y 12 personas más, entre los que figuran ministros de Vidal, el intendente de La Plata Julio Garro y empresarios. El juez Ernesto Kreplak espera a De Stéfano el próximo 29 de marzo.
Otra causa que se abre con el sello de la AFI y las huellas de De Stéfano es la de Operación Puf, una maniobra que tejió la exSIDE cuando cae en desgracia el espía ilegal Marcelo D’Alessio, a comienzos de 2019. Cuando el juez Alejo Ramos Padilla le allana el domicilio a D’Alessio, Elisa Carrió, por un lado, y Carlos Stornelli por otro, presentaron denuncias anónimas en Comodoro Py basadas en escuchas ilegales realizadas a dirigentes kirchneristas detenidos en la cárcel de Ezeiza con el objetivo de hacer caer el D’Alessiogate. La forma en que le llega el anónimo a Stornelli, es decir, por debajo de la puerta de su fiscalía, es similar a la forma en que le llegó a Rívolo el anónimo con el que se le armó la causa a Gils Carbó.
La Operación Puf lleva la marca de De Stéfano porque las escuchas ilegales que sostienen el anónimo las tenía la dependencia de la AFI que comandaba el entonces Nº 3 de la agencia de inteligencia. De hecho, De Stéfano fue procesado en los tribunales de Lomas de Zamora en una megacausa de espionaje ilegal por su rol en la realización de esas escuchas ilegales pero fue beneficiado por dos jueces nombrados por Macri en la Cámara Federal porteña cuando ese caso pasó a Comodoro Py. Los magistrados Mariano Llorens y Pablo Bertuzzi lo favorecieron con la tesis del cuentapropismo, una idea que quedó demolida con la cantidad de contactos de De Stéfano, el armador de causas de la AFI, con jueces, fiscales y altos funcionarios del gobierno de Cambiemos que reveló El Destape. Esa megacausa de espionaje ilegal en la que De Stéfano fue beneficiado pudo llegar a los tribunales de Retiro por una decisión de la sala IV de la Cámara de Casación, que basó su resolución en un dictamen de Pleé. En febrero del 2021, cuando Casación resolvió el pase de ese caso a Comodoro Py, el diputado Leopoldo Moreau, presidente de la Comisión Bicameral de Fiscalización de Organismos y Actividades de Inteligencia, tuiteó: “Una tropelía más de los encubridores del macrismo traspasando la excelente investigación del espionaje ilegal a Comodoro Py. Otra vez ‘el Poder Invisible’. Bueno en este caso no tan invisible. Tiene la cara del Fiscal Pleé que trabajó para salvar a Macri y sus cómplices”.
Reunión Cumbre
El vínculo promiscuo entre el fiscal Pleé y la AFI macrista tuvo otro punto cúlmine. El Destape reveló que Macri, Arribas y Pleé se reunieron en la quinta de Olivos el 23 de marzo de 2018. La reunión consta en los registros de la residencia presidencial a los que accedió El Destape a través de un pedido de acceso a la información pública. El primero que entró a ver a Macri fue Arribas, a las 14.35. Un rato más tarde, a las 15.05, ingresó el fiscal Pleé. El fiscal se quedó hasta las 16.30, el jefe de los espías hasta las 18.10. Compartieron, según las planillas, una hora y 25 minutos junto a Macri.
Ya es de por sí irregular que Macri recibiera a Pleé, un fiscal de mucho peso entre sus colegas pero sin ninguna representación institucional. Que lo hiciera con Arribas agrava la situación. Que lo dejaran registrado revela el nivel de impunidad que creían tener mientras diagramaban la persecución judicial que Macri ordenaba y Arribas y Pleé ejecutaban.
La fecha de la reunión es central. Pleé era uno de los candidatos que sonaban para Procurador General, el jefe de los fiscales, una vez que Macri había logrado la renuncia de Gils Carbó el 31 de diciembre de 2017 en base a amenazas de meter presa a sus hijas y causas judiciales en su contra. Era el candidato de Comodoro Py. Pleé era uno de los interlocutores privilegiados de Macri y no solo en materia judicial: hasta colocó a su hija en la Unidad de Información Financiera (UIF), el organismo antilavado que se dedicó también a la persecución de kirchneristas.
Dos días antes de la reunión, sin embargo, Macri anunció que su candidata para la Procuración era Inés Weinberg, presidenta del Tribunal Superior de Justicia porteño. Es muy probable que la cuestión estuviera sobre la mesa en la tripartita entre Macri, Pleé y Arribas. O control de daños o reparto de tareas, dada la influencia de Pleé en Comodoro Py.
Pleé reconoció que se reunió con Macri en la Quinta de Olivos en marzo de 2018. No dijo nada, sin embargo, de la presencia en la misma reunión de Arribas, el jefe de los espías en la era Macri. Y para justificarse dio una explicación insólita: que Macri lo citó para decirle porqué no lo había elegido como su candidato para Procurador General.
La explicación de Pleé fue por escrito. Lo hizo luego de que la Comisión Bicameral de Seguimiento del Ministerio Público le requiriera al Procurador interino Eduardo Casal que informara si había iniciado alguna medida disciplinaria contra Pleé por la reunión con Macri y Arribas en Olivos que reveló este medio en la saga de notas de la "Operación Olivos". Tres días después de la respuesta de Pleé, Casal cerró el caso. Se hizo eco de las “explicaciones” del fiscal con asiento en Comodoro Py y decidió “la reserva de las actuaciones sin más trámite”. Así se lo informó a la comisión bicameral del Congreso que le hizo el requerimiento. Es decir, el Procurador interino protegió al fiscal de la Casación como lo hizo con Carlos Stornelli.
Poco después de la reunión, el 26 de abril de 2018, Pleé pidió la detención de los empresarios Cristóbal López y Fabián De Sousa, dueños del Grupo Indalo. Al día siguiente, la Sala I de la Cámara de Casación ordenó la detención. Uno de los que firmó ese fallo fue el juez Gustavo Hornos, visitante de Macri en la Casa Rosada y Olivos.
Una de las revelaciones de Pleé cuando esgrimió su defensa fue que Macri le pidió que a pesar de no haberlo elegido como Procurador se quedase en el cargo de fiscal en la Casación. Según dijo, él pretendía jubilarse: “Al concretarse el encuentro, el día viernes 23 de marzo, el entonces Presidente (quien ya había adelantado uno o dos días antes el nombre de la postulante) me indicó los motivos de su elección en otra persona requiriéndome que, a pesar de no ser el elegido, permaneciera en mi cargo un tiempo más sin acogerme a los beneficios jubilatorios”.
Pleé hoy sigue siendo fiscal. Por lo que evidentemente siguió las instrucciones del expresidente.