La baja de retenciones anunciada la semana pasada por el gobierno arrancó este lunes con la expectativa de si el campo convalidará el nuevo precio de exportación de la soja o si especulará con una mejora de los valores internacionales o una devaluación.
Por lo pronto, las empresas agroexportadoras ya anticipaban que querían estudiar la letra chica del decreto finalmente publicado hoy y esperar a su reglamentación, antes de volcarse a aprovechar los nuevos precios de la soja y darle a Javier Milei y Luis Caputo los dólares que necesitan.
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El pasado jueves, el Gobierno anunció que, hasta el 30 de junio, la alícuota de las retenciones para la soja (poroto) baja de 33% a 26% y para la soja (aceite y harina) y baja del 31% al 24,5%. Además, el trigo, la cebada, el sorgo y el maíz pasan del 12% a una alícuota del 9,5%, y el girasol del 7%, al 5,5%. Se trata de una reducción del 20% promedio en todas las retenciones de los principales cultivos, que se suma a la eliminación permanente de las retenciones para el puñado de economías regionales que todavía las tenían. L
La medida, oficializada este lunes mediante el decreto 38/2025, implica una suerte de dólar soja alternativo, que busca mejorar el tipo de cambio de exportación. Pero no a través de la intervención del tipo de cambio, una medida que suena antiliberal aunque es exactamente lo que el Gobierno hace desde que asumió, sino a través de la quita de presión fiscal, más acorde al ideal oficial.
A priori, la medida fue agradecida por el campo, que al reclamo histórico por la eliminación de las retenciones sumó, la semana pasada, el pedido de una reunión urgente con Caputo por la caída de los precios internacionales y la sequía, en el contexto de una baja liquidación por el atraso del tipo de cambio.
La semana pasada, al conocerse la medida, el festejo llegó no solo por parte de las cuatro entidades de la Mesa de Enlace (Sociedad Rural, CRA, CONINAGRO y Federación Agraria) sino también por parte de las cerealeras. Al respecto, Gustavo Idígoras, presidente de la cámara cerealera CIARA-CEC, destacó que "una baja de retenciones es un hecho sumamente positivo e importante y valoramos muchísimo el esfuerzo del Ministerio de Economía en este anuncio".
Las opciones del campo para especular tras la baja de retenciones
Sin embargo, el propio Idígoras planteó entonces sus resquemores al agregar que "es una baja temporal, con lo cual tenemos que ver la letra chica de la baja de derechos y cómo se va a aplicar y qué tipo de compromisos o condiciones tiene dicho decreto". "Vamos a esperar a ver los contenidos del decreto para ver cómo va a reaccionar el mercado", advirtió el mismo jueves del anuncio, previo a conocerse el texto de la medida de este lunes. Los propios productores nucleados en la Mesa de Enlace también criticaron la temporalidad de la medida.
Las dudas sobre si la baja de retenciones será aprovechada o no viene de su forma de implementación. Lo que hizo el Gobierno, en verdad, es abrir la opción, hasta el 30 de junio, de vender con un 26% de derechos de exportación en el caso de la soja, tomando la obligación de liquidar en un plazo máximo de 15 días los dólares que ingresen. Pero, en paralelo, dejó abierta la opción de vender sin precio fijado, con un 33% de retenciones como hasta ahora y ganando la posibilidad de liquidar las divisas en el plazo de hasta un año.
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Esto abre la posibilidad de que los agroexportadores utilicen el canal convencional sin baja de retenciones y especulen con liquidar las divisas solo después de una posible devaluación, algo a todas luces lógico por el atraso cambiario. De hecho, incluso liquidando hoy, estarán en plazo para esperar a ver qué ocurre tras las elecciones. Sobre todo cuando el dólar blend se encuentra a 1.074 pesos, apenas por encima del oficial, debido al aplastamiento de la brecha por la intervención del Banco Central sobre el dólar CCL.
Además, productores y cerealeras podrán directamente evitar cualquier tipo de venta al exterior especulando con una suba del precio internacional, que vino en baja durante los últimos meses, para el momento de la cosecha gruesa a partir de abril.
La cautela de cerealeras y productores
Es en este contexto que las cerealeras evitan asegurar aún que aprovecharán la baja de retenciones. El clima en las empresas agroexportadoras, según pudo saber El Destape de fuentes del sector, es de cautela. Pese a haberse reunido el viernes último con el secretario de Agricultura, Sergio Iraeta, durante el fin de semana hacían hincapié en el interrogante frente a la letra chica del decreto y su posterior reglamentación.
Es decir, todo parece indicar que el aumento de la liquidación y exportación de la cosecha deberá esperar de mínima algunos días para arrancar. Y que recién luego, post reglamentación, se sabrá cuánto será realmente aprovechada. Aun más, algunos productores señalaban que quedó poco remanente de la cosecha 2024-2025 y que recién habrá que esperar a fines de abril para saber si la liquidación de soja alcanza el volumen que el Gobierno quiere.
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El mismo tono de sabor a poco llegó desde algunos productores críticos, no obligados a sostener el discurso institucional de las cuatro grandes entidades. “El retraso del tipo de cambio, los precios internacionales que bajan, el aumento de costos internos, el 33% de retenciones y encima una sequia que no cesa, todo ese coctel hizo reaccionar a muchos productores y el gesto de Caputo fue bajar de 33 a 26%”, explicó Eduardo Buzzi, extitular de la FAA, en declaraciones a Radio Provincia, y agregó que “esto es chamuyo para la tribuna, con escaso impacto real en el bolsillo".
Con todo, es posible que los pequeños productores alienten una mayor liquidación de soja, ya que, hoy por hoy, el costo de producción por hectárea apenas es recuperado con su venta al tipo de cambio actual. El precio de venta al exterior, con la baja de retenciones, pasaría de hecho de 295.000 pesos a unos 325.000 pesos por tonelada, una diferencia que podría ser clave para los chacareros con menos resto. Aunque, como siempre, serán los mayores los que tendrán posibilidad de agrandar las silobolsas y especular con una devaluación.
A favor del Gobierno, además, hoy "no hay un factor como que indique que va a subir el precio mundial la soja y que haga a los productores decir 'entonces yo me quedo y prefiero no vender y esperar que suba'", señaló a El Destape el consultor agro Javier Preciado Patiño. Según explicó, "el precio de la soja en este primer semestre va a depender mucho del tamaño de la cosecha de Brasil" y solo podría aumentar significativamente si llega a haber algún desastre climático en la región, un escenario que por ahora no es el más probable.