Una hora después de conocidas las imágenes del intento de magnicidio contra Cristina Kirchner, la plana mayor de Juntos por el Cambio salió, en coreografía tuitera, a repudiar el acto de extrema violencia. El mensaje fue debatido dentro de las filas opositoras para unificar una postura frente a una situación inédita para la vida política argentina. Lo sucedido dejó descolocada a una alianza que en la última semana tuvo expresiones a favor de la pena de muerte o el “nosotros o ellos”. Si bien mayoritariamente se expresó el repudio, hubo voces que negaron la violencia política y plantearon el supuesto armado de un “escenario” para “victimizar” a la líder de la coalición oficialista.
Mayoritariamente se instaló un pedido de pacificación. Hasta Baby Etchecopar dijo que “hoy somos todos Cristina”. Poco después de sucedido el hecho, en las filas de la oposición se empezó a especular, como solución, con una proclama conjunta de todo el arco político para hacer un llamado de paz a la sociedad y calmar los ánimos de violencia extrema. Parte de ello se plasmó en una concurrencia masiva, de los bloques de todos los partidos, al Senado de la Nación, presidido por CFK, tras el intento de homicidio.
Asombrados por lo ocurrido, los principales exponentes de Juntos por el Cambio cruzaron llamados para lograr una posición conjunta. Si embargo, el comunicado de la alianza nunca llegó. Después de varias versiones y un par de deliberaciones, el mini texto redactado por los presidentes de los partidos quedó en la nada porque cada dirigente, cada bloque parlamentario, se pronunció en redes sociales y, al menos en el jueves, quedó cancelado el pronunciamiento de la mesa nacional producto de diferencias internas.
La única líder política que no se expresó en la jornada fue Patricia Bullrich, que formó parte de la redacción del abortado comunicado. Su primera expresión llegó iniciado el viernes, con una crítica a Alberto Fernández a quien apuntó por haber acusado "a la oposición y a la prensa", decretando "un feriado para movilizar militantes. Convierte un acto de violencia individual en una jugada política. Lamentable". La continuidad de la grieta. Mensaje replicado, casi al instante, por el economista de su equipo, Luciano Laspina, y su posible compañero de fórmula, Alfredo Cornejo.
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Tras el impacto, los primeros en salir habían segundas y terceras líneas, hasta que aparecieron los tuits de Cristian Ritondo, Diego Santilli, María Eugenia Vial, Hernán Lombardi o Cristian Ritondo. Luego, empezó el repudio en los bloques parlamentarios. El primero en hacerlo fue el PRO, con un “llamado a la sociedad en su conjunto a tomar conciencia del peligro que acarrea el clima de crispación y confrontación que se está viviendo”. También lo hizo la UCR, con “un llamamiento a todos los ciudadanos a respetar el orden y a la concordia social”.
El PRO fue el espacio que protagonizó, esta semana, una disputa feroz por los alcances de la represión del sábado. Patricia Bullrich fue la que aseguró que Horacio Rodríguez Larreta fue demasiado blando frente al kirchnerismo y advirtió que “con nosotros no se jode”. Un discurso que se sumó al “ellos o nosotros” esgrimido por Ricardo López Murphy el fin de semana, o el pedido de “pena de muerte” contra la vicepresidenta reclamado por Francisco Sánchez, diputado macrista por Neuquén, cuando se conoció el pedido de condena contra CFK.
Todos esos discursos dejaron a parte de la oposición en una postura bastante incómoda. Sobre todo después de haber hecho un show público por un supuesto ataque de Cristina contra Patricia Bullrich en un encuentro con diputados y senadores de la Nación. En ese momento, tan sólo 24 horas antes del intento de magnicidio, se habló de “violencia política”. Algo que, en este caso, no existiría, según teorizó el diputado de Evolución, Martín Tetaz: “Esto no es violencia política. No hay ningún movimiento político armado ni nadie adjudicándose lo que hasta ahora parece ser la torpe acción de un desequilibrado”. Después, tuvo que solidarizarse.
En medio de un clima de confusión e impacto interno, varios decidieron esperar para poder pronunciarse con un acuerdo previo. El pacto quedó en evidencia cuando, más de una hora después del atentado, los líderes políticos y presidentes de los partidos integrantes salieron en redes sociales al mismo tiempo.
El primero en hacerlo fue Mauricio Macri, que repudió el ataque y pidió un “esclarecimiento” rápido de lo sucedido. Un minuto después, lo hizo Gerardo Morales quien pidió que la dirigencia “reflexione y ayude a bajar la crispación de la sociedad”, un reclamo que empezó a sonar fuerte dentro de algunas filas de la oposición, como única solución posible. El jefe de Gobierno porteño lo hizo tres minutos después y marcó “un punto de inflexión” para la historia democrática del país y pidió “trabajar por la paz” entre todos. Elisa Carrió fue bastante escueta, sólo remarcó que “el camino es la no violencia”.
López Murphy, el autor de “ellos o nosotros”, se expresó casi dos horas después de conocido el hecho, lo repudió y pidió el esclarecimiento por parte de la Justicia. La que no llegó a pronunciarse el jueves fue Patricia Bullrich, que fue consultada por este medio, sin respuesta. Dos personas muy cercanas a ella sí lo hicieron, Gerardo Milman y Federico Pinedo, condenando la violencia y clamando paz. Damián Arabia, parte de su equipo más chico, también se plegó a los mensajes pero pidió investigar “no sólo” al atacante sino también del “operativo de seguridad y cómo pidieron que esto ocurriera”. Esta es la línea que iba a adoptar la mesa nacional en su comunicado fallido.
También hubo algunas pocas repercusiones después de la cadena nacional del presidente Alberto Fernández, con cuestionamientos al feriado nacional y a la falta de un anuncio en torno a una investigación. Lo que le abrió la puerta a la continuidad de la grieta pese a la situación. Solidaridad pero no amor mágico como para aceptar un feriado nacional.
Tras el episodio, desde la Ciudad de Buenos Aires se desligaron de cualquier tipo de responsabilidad al haber quedado, su policía, a cargo solamente del manejo del tránsito de la zona y se apuntó contra la custodia personal de la vicepresidenta, a cargo de la PFA. En redes sociales, el ministro de Seguridad de la Capital informó que se pusieron a disposición de su par de Nación “para aportar lo que haga falta”. También hubo presencia de dirigentes del riñón larretista en la zona del domicilio de Cristina post intento de homicidio.