Elecciones 2023: el castigo a los docentes provocó otro revuelo de halcones en JxC

Con la educación como excusa, Bullrich cruzó a Larreta y se pelearon las segundas líneas. Los planes de los candidatos frente a los paros docentes.

06 de julio, 2023 | 00.05

La halcona de Horacio Rodríguez Larreta, Soledad Acuña, salió a revolotear en terreno hostil del bullrichismo y no sólo volvió a ganar protagonismo mediático gracias a una medida para enfrentar trabajadores, sino que se ganó ser el blanco de los dardos del equipo de Patricia. La promesa de la dureza versus la dureza en acción, las claves de una campaña cuyos ejes temáticos también impactarán a otros candidatos.

Acuña, que sintió en carne propia el amague de una vicejefatura de Gobierno y terminó en la lista del Parlasur, tomó la decisión de descontarle los días de paro a los docentes que hayan adherido a alguna medida de fuerza para, con ese dinero, darle un plus salarial a quienes no se hayan plegado a las mismas. Trabajadores contra trabajadores. Esa medida fue respaldada por Jorge Macri, el precandidato de unidad del PRO en la CABA pero no fue compartida por su competidor, Martín Lousteau, que barajó opciones menos traumáticas para intentar solucionar los problemas.

La firmeza será el concepto del año para Juntos por el Cambio. Así como Bullrich apuntará a vender un cambio de raiz, Larreta le mostrará transformaciones en proceso o culminadas. Pero la lucha contra los cortes de calle, los “clanes” y “mafias” (sindicatos) parecieron intentar quedar bajo la órbita de la ex ministra de Seguridad que no vio, en la medida de Acuña, una solución real a la falta de días de clases o protestas en las calles.

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Si bien hubo como una especie de acuerdo tácito a la hora de encarar la interna con la intención de evitar los golpes entre contrincantes de un mismo espacio, tanto Bullrich como Larreta se bombardearon a indirectas. El “ah, pero me tiembla el pulso” del “pelado” o los cuestionamientos a una ciudad caótica por los cortes de tránsito e incumplimiento de los 190 días de clases fueron ejemplos cercanos.

El problema fue que, esta vez, la ministra de Educación salió a responder. La trató de mal informada, relativizó el número de jornadas de paro y puso en valor el calendario porteño. Esto no pasó desapercibido en el equipo de Patricia que, con segundas líneas, salió a cruzar a la funcionaria larretista. Se habló de “negación” y de “relato”. La guerra quedó declarada.

La educación será uno de los grandes ejes de campaña, en especial del larretismo que hará bandera de su rebeldía en plena segunda ola de contagios de coronavirus para abrir los colegios. El bullrichismo, en cambio, linkeará a este armado con la foto del tridente, los meses de cercanía entre el jefe de Gobierno, el presidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense, Axel Kicillof.

Jorge Macri, el candidato común del PRO en la CABA, se mostró a favor de la medida tomada por la gestión larretista al considerar que se anunció un “premio” para los “docentes que no adhirieron a ningún paro en este primer semestre con parte de la plata que se le descontó a los que sí adhirieron al paro”. Para el postulante, la decisión empezó “a ordenar el concepto de mérito, de esfuerzo, de cumplimiento, premiar a quien lo hizo con los recursos que se le quitaron a los que faltaron sin una justificación”.

Para el primo de Mauricio, en caso de triunfar en las elecciones, el gobierno debería ser “mucho más firme” porque en la Argentina hay “algo que se está agotando”, en referencia a la “prepotencia del derecho de algunos pocos sobre el derecho de la mayoría silenciosa que labura”. Por lo tanto, propuso “terminar” los piquetes.

Del otro lado de la interna, Martín Lousteau también apostó por fomentar el presentismo docente en las escuelas pero con un mecanismo diferente. Solo de premios. Su propuesta apuntó a pagar un extra a quienes no falten, con la intención de terminar con el ausentismo, uno de los grandes problemas que detectaron en el sistema.

El eje, según se planteó, será diferente al esgrimido por el macrismo. Buscará adoptar mayor “sensibilidad” a las obras que haga el gobierno con el foco puesto en “mejorar la salud y la educación pública”, dos banderas del sector referenciado en el senador. Será un premio y un reconocimiento, no un castigo.

Lousteau se concentró en hacer mucho territorio y notó “muy buena onda por parte de los porteños” en sus bajadas a los barrios. En ese contexto, seguirá poniendo el foco en su equipo, un grupo humano que hace década y media trabaja en la CABA, una Ciudad en la que el senador nació, vivió y vive, a diferencia de su contrincante que, se lanzó, no estuvo en el proceso de transformación de la Capital y sólo se postuló para comandarla cuando no lo dejaron jugar por la provincia, con la intención, además, de molestar a Horacio.

El debate, por supuesto, también traspasará las fronteras de la Ciudad de Buenos Aires porque, si bien los que se enfrentaron en ideas fueron los funcionarios o precandidatos porteños, lo cierto es que la gran guerra detrás de cada pequeña batalla es entre Patricia y Horacio.

Diego Santilli, en Buenos Aires, ya usó la educación como eje de campaña en 2021, cuando se postuló como diputado nacional. Además de recurrir al mismo truco de culpar al kirchnerismo por “cerrar” escuelas durante la pandemia, esbozó algunas legislaciones para impulsar que podrían funcionar como indicio de sus propuestas.

Habló de la necesidad de promocionar una Ley de Emergencia Educativa para mejorar la infraestructura, equipamiento y conectividad de las escuelas y otra normativa para garantizar una Evaluación Educativa Obligatoria. En concreto, los lineamientos de su campaña se empezarán a conocer en menos de diez días.

En concreto, se apoyará en tres ejes estratégicos: un plan de seguridad, otro económico – que incluye la producción, el trabajo y la agroindustria – y uno vinculado a la calidad educativa. Entre el 15 y el 18 de julio se harán las distintas publicidades de los pilares de la campaña, con un programa integral de gobierno para la provincia.

En el mientras tanto, Santilli se dispuso a recorrer los municipios para seguir apuntalando su imagen. Desde la confirmación de la candidatura hace menos de dos semanas, estuvo en al menos diez localidades y mostró la intención de alcanzar el número de 50 o 55 distritos estratégicos más, puntualmente de la primera y la tercera sección electoral además de las grandes cabeceras del interior. Todo antes de los comicios. El objetivo, de acá al 13 de agosto, será caminar la mitad de Buenos Aires para reforzar la territorialidad.

Del otro lado de la interna, Néstor Grindetti se enfocará en la descentralización de ciertas áreas en los municipios. Que los intendentes, como primera ventanilla de atención, puedan encargarse de las necesidades cotidianas sin tener que elevar el pedido a la gobernación. Esto es, desde el arreglo de escuelas hasta la compra de manuales o manejo de recursos humanos. Dentro de esas propuestas, incluso, que el pago de sueldo de los docentes dependa de las intendencias y que éstas tengan la potestad de tomar exámenes. Algo que, se anticipó, generará mucho ruido con los gremios docentes y el viejo conocido enemigo del macrismo, Roberto Baradel.

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