La UCR cerró un año muy conflictivo. Hacia adentro, dos visiones quedaron expuestas, una más cómoda o contenta que la otra. De un lado, los dirigentes abiertamente cercanos al gobierno. Del otro, los que quieren volver a levantar banderas partidarias históricas que, para los primeros, quedaron vintage. En el medio, Patricia Bullrich, ganando terreno a la hora de pensar la difícil construcción electoral.
La ex presidenta del PRO funciona como nexo entre los dirigentes boina blanca conversos y el gobierno nacional. Sus vínculos territoriales, construidos durante la campaña presidencial, la ubican como una figura estratégica al momento de encarar las elecciones 2025. Es una de sus principales virtudes, la que la va a convertir en una figura central el año que viene, aunque en el PRO, con razón, adviertan que posee solo algunos nombres fuertes para las listas, cantidad insuficiente para cubrir la extensa Patria.
Este proyecto lo hacemos colectivamente. Sostené a El Destape con un click acá. Sigamos haciendo historia.
Patricia forma parte de la mesa política de La Libertad Avanza y va a colaborar en lo que el triángulo de hierro pida colaboración. En el bullrichismo hay un notorio respeto hacia la figura de Karina, a quien mejor no cuestionar para no terminar fuera de las fronteras libertarias. Por eso, en medio de rumores de internas por las candidaturas y los armados individuales, hacen lo que ella pide y nada más.
La visita radical a Casa Rosada, pese a las posiciones públicas, no deja de sorprender. Un dirigente cuestionó, en esa línea, que el problema no sólo pasa por Rodrigo de Loredo, Mariano Campero y el resto de la banda de los peluca, sino que también pasa por la falta de reacción. "Complicidades" de quienes se quedan callados ante las innumerables acciones de sus (ex) correligionarios y varios silencios. Sin embargo, destacó la actitud del Tribunal de Ética, que expulsó de la fuerza a tres de los que sostuvieron los vetos.
Desde la expulsión de Julio Cobos, en 2007, no ocurría algo semejante. El actual diputado de la UCR "fue kirchnerista, después volvió a ser radical, se incorporó de nuevo al radicalismo, ahora se pasa con Milei. Parece que es el síndrome de Patricia Bullrich, hay que ir recorriendo partidos hasta que llegas al poder como sea", cuestionó el legislador de Democracia Para Siempre, Fernando Carbajal.
El debate al interior de la UCR
La discusión centenaria se reduce a dos variables. Por un lado, la compraventa de votos. Por el otro, la juventud o vejez de las banderas del partido. En el primer caso, Carbajal aseguró que "nadie se hace oficialista gratis". En diálogo con El Destape Radio, el diputado sostuvo que los peluca están "negociando cargos, promesas" y, como sucedió con el senador Edgardo Kueider, "no sabemos si no están negociando otras cosas".
Para el legislador, en esas negociaciones se perdieron cuadros importantes, como el de Alejandro Cacace y el del misionero Martín Arjol "que dio la pelea cuando muchos se fueron al Partido Renovador. Resulta que aparece un joven, diputado nacional, genera expectativa, con vocación de poder y ahora termina siendo felpudo de Karina Milei".
MÁS INFO
En esta línea argumental podría incorporarse la sospecha del diputado en torno a la ausencia de un presupuesto nacional, por segundo año consecutivo. "Tengo motivos para sospechar, porque se reivindican menemistas, que quieren usar la plata para pagar sobresueldos. Se hace los honestos y los austeros, pero después malgastan los dineros públicos a cuatro manos", lanzó en referencia a la discrecionalidad con la que se volverán a manejar las partidas.
Más allá de las suspicacias, el diálogo más fuerte pasa por las consignas del espacio. Si en Democracia Para Siempre apuntan a enarbolar valores como la presencia del Estado, la defensa de los jubilados, la educación pública, la solidaridad y el respeto por las instituciones, los peluca apuestan por modernizar esas banderas y reconocer que el votante de la UCR cambió, virando hacia la extrema derecha.
"Los que seguimos sosteniendo las banderas somos menos. Son más los que se han vendido" a La Libertad Avanza, sentenció Carbajal y cuestionó el "juego perverso que hacen (estos dirigentes conversos al) quedarse adentro el radicalismo con la intención de destruirlo". Quienes se acercaron al gobierno libertario entienden, a contramano de los tradicionalistas, que la sociedad cambió.
El votante de la UCR no sólo acompañó al partido en su alianza con Mauricio Macri, dirigente de la derecha, sino que también viró hacia las filas libertarias en el balotaje del año pasado. En aquel entonces, el presidente del partido, Gerardo Morales, había convocado abiertamente a rechazar la boleta de Javier Milei, pero el resultado fue que todo el elector de Juntos por el Cambio migró a la propuesta violeta.
MÁS INFO
La pregunta que subyace a este escenario, y que los peluca parecen haber respondido en una dirección clara, es por qué presentar una alternativa electoral diferente a lo que quiere su electorado. Ese abandono de las consignas radicales le entregó, a los más combativos, la posibilidad de adueñarse de ellas nuevamente. Sin embargo, no son muchos y las filas de los conversos se ensanchan.
Después de celebrar la conducta del Tribunal de Ética partidario y de la Convención, Carbajal aseguró que "el Comité Nacional, creo, está claramente desaparecido en acción. Esto no es solamente responsabilidad del presidente, que tiene una cuota de responsabilidad, es la exteriorización de esta realidad de un partido que está quebrado, que está dividido en dos, entre los que quieren ir hacia el mileísmo y los que queremos quedarnos en el radicalismo".