La causa central de las fotocopias de los Cuadernos tambalea más que nunca desde que dos peritajes realizados sobre 3 anotadores confirmaron irregularidades y distintas manos en su confección. El dato, que surge de un expediente distinto al principal en el que se investiga la adulteración de los cuadernos, desmorona la operación político-mediático-judicial que se tejió en torno al caso. Las defensas delinean diferentes estrategias tras la novedad mientras que el tribunal de juicio reaccionó de una forma insólita: en un escrito declarativo, ya que no es superior del juez de instrucción y no tiene jurisdicción sobre esa causa, le pidió a Martínez de Giorgi que no haga más pericias.
El desmoronamiento del caso Cuadernos
Dos peritajes oficiales, uno caligráfico realizado por la división de Scopometría de la Policía Federal y otro lingüístico hecho por la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (UBA), sobre apenas 3 de los 8 anotadores son contundentes: los cuadernos adjudicados al chofer Oscar Centeno fueron adulterados, escritos por más de una persona y todo indica de que hay fragmentos que fueron dictados o copiados. Los estudios se realizaron en una causa paralela al caso central, donde se investiga la adulteración y que tramita en el juzgado a cargo de Martínez de Giorgi. Se trata de un expediente que se abrió en abril del año pasado a raíz de una denuncia del empresario Armando Loson. En esa causa se analizaron los cuadernos 4 (2008/2009), 7 (2013) y 8 (2015).
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La noticia de la adulteración, que comprometió al sargento retirado de la Policía Federal Jorge Bacigalupo, impactó de inmediato en la causa principal de Cuadernos, que está elevada a juicio y donde nunca se peritaron los anotadores. Por ejemplo, la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner hizo un planteo ante el tribunal a cargo del proceso (TOF 7) y pidió que esos peritajes oficiales, donde surge que el ex policía amigo de Centeno manipuló los cuadernos, se incorporen a la causa: “Sin perjuicio de las medidas que corresponda adoptar respecto a los responsables de estos gravísimos episodios y no obstante las diligencias probatorias convergentes que ya han sido requeridas (…) corresponde y respetuosamente solicitamos que se oficie al Juzgado N° 8 del fuero, a efectos de que remita copia de los estudios periciales antes referenciados”, solicitaron los abogados de CFK, Carlos Beraldi y Ary Llernovoy. “Ello, en procura de garantizar el ejercicio del derecho de defensa en juicio y, por sobre todas las cosas, arribar a la verdad objetiva y esclarecer tanto los hechos aquí imputados como las circunstancias que rodearon la génesis de este proceso”, añadieron.
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Desde el entorno de la vicepresidenta explicaron que ahora “habrá que ver si los jueces hacen lugar a las medidas requeridas” para luego definir los siguientes planteos. Por ejemplo, pide la nulidad del proceso. Previamente, Beraldi como Llernovoy, como muchas otras defensas, habían pedido que se peritaran los 8 anotadores algo que aún no fue resuelto.
Otra de las defensas que interviene en la causa central consideró que la revelación de las adulteraciones “debería generar cuanto menos que se haga un peritaje completo de los todos los cuadernos originales” en el caso principal. “No se puede empezar un juicio con una causa donde ya está probado que en los 6 hechos adjudicados al empresario Armando Loson hay mentiras, que un hecho achacado a Gerardo Ferreyra es mentira y donde se comprobaron 1600 adulteraciones en solo 3 anotadores”. Este abogado consideró que “la solución salomónica que debiera ordenar el tribunal de juicio es peritar todos los anotadores, en virtud de lo que trajo Loson al caso principal y a lo que pidió la defensa de Cristina”.
Según indicaron a El Destape desde el entorno de Loson, este empresario quiere determinar la data de las adulteraciones realizadas por Bacigalupo, lo que se hace a través de un peritaje químico sobre los anotadores originales. Esto es a cuenta de que el hecho manipulado que involucra a Ferreyra aparece en el cuaderno del año 2008/2009 y los de Loson fueron en los cuadernos de 2013 y 2015. Esto implica que una misma persona, es decir, el sargento retirado de la Policía Federal, adulteró esos fragmentos, lo que pareciera indicar que las manipulaciones no fueron en tiempo real sino que fueron posteriores. Loson quiere saber cuándo se hicieron. Según la versión oficial, Bacigalupo tenía los cuadernos en custodia porque Centeno no los quería tener en su casa y fue quien los entregó al periodista Diego Cabot de La Nación para su difusión. Este empresario también analiza iniciar una demanda civil contra el expolicía.
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Un dato refleja el alcance que puede tener un peritaje completo de los 8 cuadernos: el peritaje caligráfico de la PFA que se hizo en la causa a cargo del juez Marcelo Martínez de Giorgi fue sobre los hechos vinculados a Loson y sobre 1 hecho correspondiente a Ferreyra. Es decir, fue sobre una decena de las más de 1600 irregularidades que se encontraron. A este se suma que las pericias fueron solo sobre 3 cuadernos. El estudio lingüístico de la UBA, por su parte, alcanzó a los mismos anotadores.
En esta línea, el abogado José Ubeira, que en la causa Cuadernos defiende a Oscar Thomas, ve con buenos ojos pedir la nulidad de la causa principal de Cuadernos a partir de estas novedades en la causa paralela. Ubeira analiza seguir esa línea tras el peritaje que confirmó la adulteración: "Vamos a esperar a que en la causa a cargo de Martínez de Giorgi se abran los teléfonos y en función de lo que allí surja definiremos los pasos a seguir", le dijo a El Destape. La referencia del letrado es a la apertura de los celulares y computadoras de Bacigalupo que ordenó Martínez de Giorgi. "Tienen un gran problema", acotó respecto a quienes impulsaron el caso Cuadernos.
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Ubeira apuntó al tribunal y a la fiscalía por su comportamiento “criticable” en la causa central. No obstante, destacó que “lo verdaderamente importante es quien autoriza esta operación de inteligencia: nada de esto se pudo haber hecho sin el conocimiento de Mauricio Macri”, advirtió.
Las estrategias con respecto a cómo actuar en el caso central tras los resultados del peritaje en la causa paralela varían según las defensas, que son más de 40.
Otra de las defensas consultadas para esta nota explicó a este medio que en su momento ofreció la prueba para el juicio y entonces realizó planteos de nulidad y requirió pericias. “Todo eso en algún momento deberá ser resuelto por el tribunal. Lo tiene que hacer antes de definir el inicio del juicio. A ese fin será útil esto que ya pedimos. Se resolverá cuando se tenga que resolver. Por nuestra parte, esperaremos a que las cosas se sigan acumulando”, explicó. Y aclaró que por el momento no volverá a pedir la nulidad del proceso.
“La pericia en la causa de Loson evidencia el enorme déficit probatorio de la causa principal. Avala y legitima mucho más la necesidad de realizar la pericia caligráfica y scopométrica de todos los cuadernos, que nosotros como defensa ya pedimos”, señaló finalmente otro abogado defensor consultado. “Y lo pedimos con respecto a los originales, que nunca se pudieron ver de manera directa. Solo se conocen las digitalizaciones hechas por el tribunal. Los originales siguen reservados sin que ninguna de las defensas pueda acceder a ellos”, agregó este letrado. En el caso de Loson, por ejemplo, los peritajes se realizaron sobre el escaneo de los anotadores originales.
Para esta defensa, cuando se disponga la pericia sobre los 8 cuadernos “el resultado va a dar una verdadera y real dimensión del estado de la causa central de acuerdo a su prueba en sí. Esto tiene que ver con lo parcial de los cuadernos y los hechos de la pericia de la causa paralela”, señaló. Es que en esa causa solo se peritaron 3 anotadores. “Esos peritajes, no obstante, se pueden proyectar y generan una incidencia directa en la causa principal”, sumó. Y aclaró que entiende que no necesariamente el hecho sea “una causal de nulidad en sí”.
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Para este letrado, el peritaje muestra “el déficit probatorio de la causa central, donde faltan realizar estudios similares a los de la causa paralela. En definitiva, la causa Cuadernos se sostuvo solamente en base a la existencia de estos cuadernos primero quemados y luego reaparecidos, todo lo que ello podía reportar, más la declaración de los arrepentidos coaccionados. Y digo coaccionados porque todos declararon bajo esa condición. Es una causa en la que no hay testigos. Por lo que probatoriamente se desinfla”, consideró. “Una vez llegados a este punto, se podría sostener que las acusaciones son nulas porque tienen un déficit de fundamentación. Básicamente están sustentadas en prueba que fue adulterada y, por ende, las conclusiones a las que arribó el Ministerio Público Fisca en su acusación no pueden ser tenidas como válidas. Ahí se podría construir una nulidad”, opinó.
La insólita reacción del TOF 7
El nivel de impacto de los peritajes en el caso de Loson puede medirse en la reacción que tuvo el tribunal de juicio. Este 10 de agosto, los jueces Fernando Canero, Enrique Méndez Signorini y Germán Castelli (designado a dedo por Mauricio Macri), que componen el TOF 7, instaron a Martínez De Giorgi de que se abstenga de producir cualquier tipo de prueba como las pericias caligráficas que confirmaron la adulteración de los anotadores. Tal como publicó Ari Lijalad en este medio, se trata de un apriete a un juez federal que produjo pruebas que pueden hacer caer todo el caso Cuadernos.
Es que el TOF 7 no tiene ningún alcance sobre el juzgado de Martínez de Giorgi, que además investiga una causa que tiene un objeto diferente al de la causa Cuadernos, tal como ya lo confirmó hasta la Cámara Federal porteña (una investiga una maniobra para perjudicar al empresario Armando Loson y otra investiga corrupción en la obra pública). La reacción del tribunal de juicio es porque los magistrados se vieron expuestos por las pericias que destrozan la acusación.
El accionar de Canero, Méndez Signorini y Castelli fue luego de que la fiscal de juicio, Fabiana León, pidiera que no se hagan más peritajes en la causa a cargo de Martínez de Giorgi. En su escrito la fiscal León dijo que había que "comenzar a poner un coto a la pretensión de recurrir -y lo que es peor- obtener el beneplácito de actores externos al proceso para procurarse intereses o acciones que, o bien antes se obturaran -con sus garantías y sus instancias-, o que -por motivos que desconozco- algunos optan por canalizarlos ante extraños". El actor externo sería el juez Martínez de Giorgi. En esa línea León pidió a los jueces del TOF 7 que le ordenen a Martínez De Giorgi "abstenerse de invadir órbitas ajenas". Y los jueces resolvieron tal como se los pidió León al "instar al titular del Juzgado en lo Criminal y Correccional Federal N° 8 (Martínez De Giorgi) a que se abstenga de invadir la órbita de este Tribunal".
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El punto es que el escrito de más de 60 páginas, en el que el juez Castelli hasta sostiene que se puede denunciar penalmente a Martínez de Giorgi, no es más que un texto declarativo, no tiene ningún efecto práctico. No hubo denuncia contra el magistrado ni pedido de inhibitoria, es decir, una solicitud del tribunal para que el magistrado deje de intervenir en el proceso. Por lo que todo seguirá igual en el caso de Losón.
Martínez de Giorgi tiene a su favor más de un antecedente para continuar con su pesquisa. Tal como publicó este medio, León ya había pedido que se frene la investigación sobre la adulteración de los cuadernos porque expone toda la farsa de la causa central. Lo que hace la fiscal de juicio -que también intervino en la instrucción del caso principal- es repetir un planteo similar que había hecho el fiscal Carlos Stornelli (fiscal de instrucción del caso central de Cuadernos) cuando empezó el caso de Losón, que tiene más de un año. Y ese planteo ya fue resuelto.
En su momento, Stornelli le pidió a Ercolini (juez de instrucción de la causa central de Cuadernos, que vino a ocupar el rol del difunto Claudio Bonadío) que le solicite la inhibitoria a Martínez de Giorgi. Entonces, Ercolini rechazó el planteo. El fiscal apeló y la cámara porteña ratificó la posición de Ercolini, el 13 de febrero pasado. Leopoldo Bruglia, de la sala I del tribunal revisor (puesto a dedo allí por Mauricio Macri) sostuvo: “Los hechos investigados en el expediente Nro. 1031/2022 tramitado por ante Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 8, se evidencian como disímiles a los abarcados por el objeto procesal de las presentes actuaciones y, por lo tanto, absolutamente escindibles, no conformándose un supuesto de conexidad”. Es más, el juez añadió: “La conexión existente entre ambas actuaciones, radica únicamente en que, en aquella en la cual el Fiscal solicita su acumulación a este legajo, se investigan presuntas irregularidades en la prueba incorporada en esta causa. Pero ello, no necesariamente conlleva a imponer un trámite conjunto, resultando inclusive propicio en este caso, que sea un magistrado ajeno a la valoración de esta prueba que se denuncia como irregular, quien lleve a cabo la pesquisa en este sentido”.
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Ahora el TOF 7 vuelve a expresar que quiere frenar la pesquisa de Martínez de Giorgi. Pero no tiene jerarquía para hacerlo.
Evidentemente, los peritajes de la causa paralela golpearon de lleno al caso central de Cuadernos. También expusieron por qué en la instrucción ni el juez Claudio Bonadío ni el fiscal Carlos Stornelli pidieron peritar los anotadores adjudicados a Centeno. Se les hubiera caído apenas iniciada esta operación político-mediático-judicial que ahora el tribunal de juicio busca sostener.