El Tribunal Oral y Criminal N° 1 de La Plata le quitó la tobillera electrónica a Juan Ignacio Buzali, el marido de la diputada nacional Carolina Píparo. De esta manera el Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB) ya no lo podrá monitorear aunque éste continuará con prisión domiciliaria. Juan Ignacio Buzali está acusado de la tentativa de homicidio de dos motociclistas el 1 de enero de 2021.
La defensa había solicitado el quite de la tobillera, medida que le otorgaron los jueces Ramiro Fernández Lorenzo, Cecilia Sanucci, Silvia Hoerr, y la auxiliar letrada, Paula Mariana Zabala, mientras Buzali espera el inicio del juicio oral que podría ser entre 2024 y 2025. El Destape accedió a la resolución que habilita a Buzali a que "retire a su hijo del Colegio los días lunes, en el horario comprendido entre las 16:50 y las 19:30 horas". También podrá llevar a su hija a realizar actividades deportivas "en el Club al que asiste los días martes, en el horario comprendido entre las 18:30 y las 20:30 horas", y a la psicóloga "los días viernes, en el horario comprendido entre las 18:00 y las 21:00 horas".
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La madrugada del año nuevo de 2021
Durante altas horas de la noche del 1 de enero de 2021, Carolina Píparo denunció que fue asaltada por tres parejas de “motochorros” en calle 47, entre 15 y 16, en la ciudad de La Plata. En ese mismo momento su esposo, Juan Ignacio Buzali, había dejado a su padre en su casa. Según la legisladora, cuando se dirigía con su esposo a realizar la denuncia a bordo de su Fiat 500L negro con techo blanco, Piparo habría visualizado a los “motochorros” y comenzaron una persecución hacia ellos que duró más de 10 cuadras.
En la calle 2, entre 39 y 40, Buzali chocó por detrás a una de las motos en la que viajaban dos jóvenes que nada habían tenido que ver con el robo a Píparo, y los que dejó tirados en el piso e intentó darse a la fuga. En su declaración indagatoria, el marido de la legisladora afirmó que “lo que pasó fue un infortunio y un accidente”, y que “jamás quiso lastimar a nadie”.
Los "sobornos" que habría efectuado Carolina Píparo
En junio del año pasado, I.C., el joven de 17 años en 2021 que fue atropellado el 1° de enero por Juan Ignacio Buzali declaró ante la fiscal de la causa, María Eugenia Dilorenzo, y afirmó que sus ex abogados, Juan Beluardo y Juan Ignacio Fontana, organizaron una reunión con la funcionaria macrista “sin su consentimiento”.
El joven acudió a la UFI 17 de La Plata, acompañado de su nuevo representante legal, Damián Mitre y su madre, Cecilia Rodríguez. Ante la Fiscal confesó que el encuentro se realizó “en casa de Juan Beluardo”, quien fuera uno de sus dos letrados días antes que le dieran la prisión domiciliaria a Juan Ignacio Buzali. Según detallaron a El Destape los letrados del joven, “antes de comenzar la reunión todos los presentes apagaron sus celulares y no los tenían con ellos al momento de hablar”. Además, Píparo le habría afirmado que “sabía que en el ‘accidente’- y no así en el choque – se le había roto un buzo, un par de zapatillas y el celular". Y agregaron: "En esa instancia le ofrece pagarle”.
I.C. accedió al pago y en su testimonio relató que “le llevaron a su casa $10 mil y un celular". "Se presentó un hombre en representación de la diputada provincial y dejó el dinero y el teléfono”, detallaron. Respecto del celular, I.C. ratificó que desde que lo tuvo, “lo llamaban 4 o 5 veces por día con una característica que respondía a Capital Federal". Sobre esto, agregaron a este medio: "Cada vez que atendía, escuchaba un ruido, por lo que llevó el teléfono a un técnico, quien le dio a entender que estaba intervenido. A partir de ese momento dejó de utilizarlo”.
Por su parte y sobre dichas acusaciones, Carolina Píparo utilizó su cuenta personal de Twitter para dar su versión del hecho: “Me sorprende y entristece la cantidad de barbaridades que leí. Me remito a contar lo que sucedió para dejar de lado las operaciones berretas”.
“Hace meses me informaron que una de las personas involucradas en el accidente tenía problemas de índole personal. Inmediatamente me puse a disposición y su abogado ofreció su casa como punto de encuentro. Nadie se veía incómodo en el lugar, fui con mi hermano, mi gran pilar, estaba obviamente su abogado y también su mamá. Conversamos sobre varias cosas y sobre lo sucedido, la reunión fue muy cordial”, agregó.
“El joven manifestó que en el accidente se le había roto el celular y las zapatillas, ofrecí hacérselo llegar, se mostró contento y cuando lo recibió, me manifestó estar feliz y agradecido, incluso intercambiamos mensajes después de aquella reunión porque todo fue de corazón. Fue una reunión súper positiva y que nada tenía que ver con todo el proceso penal en marcha, sino con poder escucharnos sobre cómo cada uno vivió la situación. Se me reprochó que no me acerqué, se me reprocha que me puse a disposición, entonces entiendo qué hay una voluntad de perseguirme y no otra cosa”.
Y finalizó: “La bajeza y la politiquería no dejan de sorprenderme. No hubo reuniones secretas con nadie, mi vida entera es pública. Yo no necesito fotos para la tribuna. Trabajo y estoy cerca de la gente siempre. Y así voy a seguir. Espero que no se utilice más el tema”.
“A la política le pido que se concentre en trabajar por quienes lo necesitan. Menos rosca y más barrio, porque con operaciones y ataques personales no llegan más vacunas, no abren más escuelas, nadie se siente más seguro, no se come, no se genera trabajo y muchísimo menos llega la paz y certidumbre que todos necesitamos. Laburen”, finalizó.