La gran mayoría de los intendentes con los que habló el gobernador Axel Kicillof en los últimos días le manifestaron que quieren que las elecciones bonaerenses del año que viene se hagan separadas de las nacionales, en un desdoblamiento que diferencie la discusión provincial y municipal de las cuestiones del país. "En los municipios a quien conoce la gente es al intendente", explicaba un jefe comunal el razonamiento por el que entienden que desdoblar los beneficia. La adopción a nivel nacional de la Boleta Unica de Papel (BUP) produjo un "desdoblamiento de hecho", como lo definió el gobernador, ya que todo indica que se votará con sistemas diferentes. Pero a Kicillof le generó dudas el presupuesto que le pasaron -de alrededor de 100 mil millones de pesos- para desdoblar, aunque la posible eliminación de las PASO lo abarataría. "El sistema democrático tiene un costo y el Estado tiene que pagarlo. No puede ser que casi todas las provincias desdoblen y Buenos Aires no pueda hacerlo", respondía un intendente de la primera sección electoral.
Los intendentes manejan una lógica. Son quienes tienen el mayor control y conocimiento en sus distritos y las elecciones conjuntas con los candidatos nacionales se llevan toda la discusión. "Si se desdobla no nos tenemos que preocupar quienes encabezan las listas ni del peronismo, ni si el Gobierno pone a Espert, a Santilli o quien sea", explicaba un jefe comunal. Tal vez algún intendente con problemas de imagen sea partidario de la elección conjunta, pero por gran mayoría se inclinan por desdoblar y así se lo manifestaron al gobernador en el encuentro que mantuvieron 42 de ellos esta semana en la residencia de La Plata. "Claramente, consiguen más independencia y una mayor exposición en la campaña", explicaba un funcionario bonaerense que participó de la conversación con los jefes de los jefes de los municipios.
Para los usos bonaerenses, si se desdobla quedaría una boleta muy corta, de apenas tres cuerpos: legisladores provinciales, concejales y consejeros escolares. Por lo general, los legisladores no son dirigentes conocidos y algunos imaginan en ese escenario la vuelta de las candidaturas testimoniales, con algunos intendentes apostando a una candidatura legislativa. Un ingrediente extra a tener en cuenta es qué sucederá con la reelección de los jefes comunales, actualmente limitada a dos mandatos por una ley votada durante la gestión de María Eugenia Vidal y apoyada con entusiasmo por el Frente Renovador de Sergio Massa. Por ahora, no hay quórum para derogarla, así que varios intendentes apuntarían a la Legislatura como posible futuro cercano.
El problema surgió cuando a Kicillof le estimaron un presupuesto de alrededor de 100 mil millones de pesos para hacer la elección bonaerense. El ministro de Gobierno, Carlos Bianco, ya mantuvo reuniones con el secretario de Interior, Lisandro Catalán, en las que le adelantó que la Nación no aportará recursos para los comicios en cada provincia. Algunos intendentes creen que el cálculo de 100 mil millones es exagerado pero, aunque fuera real, debería afrontarlo. "Provincias con muchas menos posibilidades desdoblan siempre, no puede ser que Buenos Aires no pueda afrontar una elección propia", argumentaba un jefe comunal. En un marco de fuertes restricciones presupuestarias a las que obligan las políticas de la Casa Rosada,