Luego del Tedeum, Macri sirvió locro en Olivos

25 de mayo, 2016 | 15.50
Mauricio Macri blindó la Plaza de Mayo y los alrededores con decenas de policías por miedo a incidentes durante la celebración del primer Tedeum como presidente en la Catedral porteña. Luego se recluyó en Olivos para servir el tradicional locro a sus ministros, en lugar de hacer un acto público en la Casa Rosada.

Macri participó de su primer aniversario de la Revolución de Mayo como jefe de Estado con la tradicional ceremonia, que fue oficiada en la Catedral Metropolitana. Hasta allí llagó casi todo su gabinete y autoridades del Gobierno de la Ciudad. Más tarde, se trasladó hasta la Quinta de Olivos para encabezar un "locro patrio" que ofreció a funcionarios y referentes sociales.

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Al igual que lo hizo en los ocho años que estuvo al frente de la Jefatura de Gobierno porteña, el mandatario llegó a las 11 en el primer templo católico que tuvo la Ciudad de Buenos Aires, donde escuchó la homilía del arzobispo local, el cardenal Mario Poli.

Poli recordó en su discurso que "la palabra de Dios promueve la solidaridad y la igualdad" y sostuvo que "por eso, no rehuimos el compromiso en favor de los que sufren y son víctimas del egoísmo". Además, pidió "no perder la sensibilidad por los que menos tienen", en lo que se interpreta en otro mensaje al Gobierno nacional para combatir la pobreza.

El Tedeum se realizó bajo un clima de tensión por la presencia de decenas de trabajadores cooperativistas que prestan servicios para la Ciudad de Buenos Aires, que instalaron un acampe y vigilia en la zona para reclamar al Gobierno de Horacio Rodríguez Larreta que "cumpla el compromiso de 250 puestos de trabajo" y otorgue un aumento salarial.

Los cooperativistas se movilizaron el martes por la tarde desde el Obelisco hasta Diagonal Norte y San Martín, frente al Ministerio de Modernización, donde iban a mantener una protesta con acampe "hasta el que Gobierno cumpla con lo prometido". Allí, se montó un fuerte vallado frente a la Casa Rosada y sobre la catedral Metropolitana, con la presencia de Guardia de Infantería y de la Policía Federal, mientras que los ingresos a las cabeceras de las líneas de subtes A, D y E fueron cerrados.