El presidente de la Cámara Argentina de Biocombustibles (CARBIO), Luis Zubizarreta, consideró que la Argentina deberá concentrarse en la "exportación del aceite de soja" tras la penalización impuesta por los Estados Unidos. El gobierno de Donald Trump le impuso elevados aranceles del 70% al biocombustible argentino. Allí se destinaba el 90% de las exportaciones.
En declaraciones a radio Mitre, Zubizarreta insistió con la estrategia de "reprimarización de nuestra producción, ya que deberemos exportar más aceite de soja para cubrir" la falta de ventas externas a Estados Unidos de biodiésel.
Este incremento de la exportación, para el directivo "derrumbará el precio" internacional. No debemos olvidar que nuestro país es el primer exportador mundial de aceite de soja". También destacó que "las exportaciones de biocumbustible representan un 30% de toda la exportación a Estados Unidos". Zubizarreta confirmó: "Estamos muy preocupados, Estados Unidos significaba el 90% de nuestras exportaciones de biodiésel, por más de 1.200 millones" de dólares en un año.
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Por otro lado, frente a las acusaciones, el presidente de la cámara sostuvo que aquí "no existen subsidios y no existe dumping". Reiteró que la medida impuesta por Estados Unidos "se va a sentir en toda la cadena sojera. El aceite es la materia prima que se usa para producir el biodiésel".
Sin embargo, Zubizarreta cree que la medida "no tendrá impacto en la gente en los próximos meses". "Lo que es crítico es poder reabrir el mercado europeo", que también había acusado de dumping a la Argentina lo que fue desestimado por la Organización Mundial de Comercio (OMC) en un dictamen.
Además, el titular de CARBIO detalló que "hay un montón de usos de los subproductos de la soja, es clave seguir creciendo en estos nuevos eslabones para seguir generando trabajo. Hay pocas cosas en las que Argentina es competitivo, hay que aprovecharlo".
Durante el gobierno kirchnerista se dio impulso a la industria del biodiésel y se instalaron por lo menos dos decenas de plantas medianas y chicas. El Gobierno norteamericano consideró que la Argentina "fuerza la producción de biodiésel a través de un diferencial arancelario, es decir un beneficio para generar este producto energético".