Desde ahora, los miembros de Gendarmería van a poder usar sus armas particulares en servicio por recortes en el presupuesto destinado a equipamiento. La controvertida medida levantó la alarma entre especialistas en seguridady ex funcionarios y los organismos de derechos humanos buscaran impugnarla.
La disposición, que data de la semana pasada y que fue publicada por Ámbito Financiero, lleva la firma del director de Gendarmería, comandante general Gerardo Otero. De esta manera, anuló la prohibición que regía desde 2013 por el "Programa sobre el Uso de la Fuerza y Empleo de Armas de Fuego". Como excusa, utilizó la vigencia de la "emergencia de seguridad pública", que Mauricio Macri decretó en 2016.
"La institución enfrenta una falta en los recursos materiales como el armamento de puño de propiedad institucional, por lo que resulta dificultosa la provisión al personal, a fin de realizar los correspondientes actos de servicio", señala la disposición que firmó.
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Para colmo, solo se habilita el registro, control y seguimiento de las armas particulares a ciertas áreas internas de la fuerza. Para la ex ministra de Seguridad Nilda Garré,"muy errada e injustificada": "La mayor cantidad de muertes de policías y miembros de las fuerzas se produce cuando están fuera de servicio pero van armados e intentan repeler un asalto".
"Con esta decisión de Bullrich no sólo no se busca limitar las armas sino que además se autoriza el uso de las personales, en la dirección contraria a la que debería impulsarse", afirmó la diputada nacional.
Según Garré, la norma de Gendarmería "cita equivocadamente" el programa de 2012. Además, le dijo a este diario que en su gestión hubo varias medidas "para limitar el uso de armas, aún las reglamentarias", y entre ellas mencionó "la prohibición a los agentes con antecedentes por violencia de género retirarse a sus domicilios con el arma reglamentaria una vez cumplidas sus actividades".
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