La misma gestión libertaria que patentó la respuesta "no hay plata" a cualquier gobernador o intendente que acude a la Casa Rosada en busca de auxilio financiero, en los últimos días combinó la baja de las retenciones agropecuarias con una insólita reducción del impuesto para la compra de autos de alta gama, donde predominan los importados. Estas recientes bajas impositivas benefician a dos sectores que tienen espalda para hacer frente a esos tributos, en un marco de ajuste estatal brutal y reducción presupuestaria para jubilaciones, educación y salud. De acuerdo a un sondeo reciente, los argentinos no sólo no están de acuerdo con que el Estado beneficie a los más ricos sino que entienden que se les debe aumentar, y no bajar, los tributos. Del mismo trabajo surge que buena parte de la población defiende el rol del Estado que el Gobierno quiere eliminar de raíz.
Los datos surgen de un trabajo que vienen realizando en conjunto la consultora Alaska, que dirige Juan Courel, junto Trespuntozero, de Shila Vilker. Desde hace algunas semanas, en sus sondeos incluyen preguntas que buscan indagar sobre las convicciones de los argentinos más allá de la actual coyuntura. Respecto a la pregunta "¿Usted está de acuerdo en aumentar impuestos a los que más tienen?" casi un 60% respondió que "sí" contra un 34% que dijo que "no". En la división según el voto en la primera vuelta presidencial, lógicamente la mayor parte de las respuestas afirmativas correspondieron a votantes de Sergio Massa, pero también hubo de Patricia Bullrich (un 46,4% de sus ex votantes) y de Javier Milei (el 33,1% de sus electores).
El ministro de Economía, Luis Caputo, presentó la medida como un logro de su gestión porque permitirá reducir los precios de autos y motos. La decisión sorprendió a los especialistas porque está dirigida al segmento de autos entre 41 y 75 millones de pesos, vehículos de gama alta entre los que prevalecen los importados y a los que sólo pueden acceder los sectores de alto poder adquisitivo. Además, con el dólar planchado, son bienes que ya se encontraban "abaratados" para el nivel de ingresos de los más ricos, a quienes se buscó beneficiar. Que la baja de los autos más caros va a incidir también en los de gama media y baja, como prometen, será algo que constatar todavía.
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Milei suele presentar en sus discursos como un logro haber terminado con la obra pública, a la que asocia con la corrupción. El sondeo arrojó que un 60% de los consultados rechaza terminar con las obras de infraestructura que realiza el Estado contra un 34,7% que se mostró a favor. La ausencia de obra pública es algo que se empieza a notar con claridad en provincias y municipios que buscan la manera de mantener rutas que lucen muy deterioradas u concluir construcciones que se abandonaron por la mitad.
Un tema de actualidad tiene que ver con las negociaciones paritarias. Por un lado, el Gobierno ejerce actualmente un control sobre las negociaciones porque no homologa ningún acuerdo que pueda poner en peligro las pautas inflacionarias. Por el otro, anticiparon que apuntan a un modelo de paritaria restringido, dejando de lado los acuerdos rama por rama y favoreciendo las negociaciones por empresa, lo que debilitaría a los sindicatos. En la encuesta. un mayoritario 46,5% consideró que el Estado debía seguir interviniendo en las negociaciones paritarias para favorecer la posición de los trabajadores. En tanto, un 36,5% consideró que se trata de un acuerdo entre privados en el que el Estado no debe intervenir. Aquí también, curiosamente, una buena porción de los electores de Milei en octubre pasado -un 35,8%- se inclinó por la participación estatal en las negociaciones.