Con apariciones en los medios, call center para denunciar "la corrupción" y excavadoras, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, gestó la operación judicial contra la senadora Cristina Kirchner. Hoy comenzó la última etapa del plan: mostrar que en una estancia del empresario Lázaro Baez había dinero enterrado. Sin embargo, las pruebas muestran que todo estuvo premeditado.
La maniobra comenzó cuando Patricia Bullrich afirmó que instalarían un call center para recibir llamados que denuncien la corrupción en el Estado y ofrecían una recompensa de hasta dos millones de pesos. "Que todo ese dinero vuelva a la gente, a obras, escuelas, equipamiento policial. La plata de la gente vuelve a la gente", afirmó la ministra de Seguridad.
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Luego la ministra de Seguridad siguió con su plan en los medios: visitó al periodista oficialista Luis Majul a quien le dijo que había denuncias de personas que vieron cómo enterraron un container con dinero en el sur de la Argentina. La frase incluso llegó a generar burlas en las redes sociales por lo extravagante de la afirmación.
Tras la afirmación de la ministra comenzaron a llegar mensajes a El Destape que alertaban sobre los movimientos de excavadoras al sur de la Argentina para terminar con la operación judicial: desenterrar el supuesto dinero de una estancia de Lázaro Baez en Cruz Aike, Santa Cruz.
La operación comenzó a terminar hoy con la llegada de las excavadoras. Sólo queda una parte: el circo mediático que mostrará por días el supuesto contenedor con el dinero. Sólo tuvieron un error: las pruebas que muestran que la SIDE estuvo detrás de la maniobra judicial para ensuciar a la líder de Unidad Ciudadana.